Análisis global

Podríamos resumir el recorrido de este Tour como una muy buena idea no muy bien llevada a cabo. Supone un refrescante cambio de rumbo respecto a los diseños de las GT de los últimos años, recuperando la importancia de la disciplina contrarreloj con un kilometraje decente y sin abusar de finales en alto. Sin embargo, cuando analizamos las etapas concretas hay decisiones poco comprensibles y se echan de menos algunos detalles.

Prometía Predhomme una carrera con más importancia para las trampas, la media montaña y macizos montañosos diferentes a los clásicos Alpes y Pirineos, y desde luego ha cumplido con la reducción de sprints claros y novedades como La Planche des Belles Filles, Grand Colombier o la etapa de Porrentuy. Pero queda la sensación de no haber aprovechado el terreno del todo, con un paso por Bélgica bastante intrascendente evitando el pavés de Roubaix o las cotas de Lieja – Bastogne – Lieja y con perfiles algo decepcionantes tanto en Belles Filles como en Bellegarde-sur-Valserine.

Como es tradicional en el Tour, las etapas llanas dominan la primera semana siendo así 5 de los primeros 7 días, aunque el final en cuesta de Seraing será un escenario diferente. Tras esto quedan otras 4 etapas aisladas para el sprint, pero el complicado final de Le Cap d’Agde puede deparar más de una sorpresa.

La media montaña tiene un papel más importante que otros años, algo muy de agradecer pese a que sigue siendo algo secundario. Tenemos 4 etapas de este tipo: Boulogne-sur-Mer, Belles Filles, Porrentruy y Annonay Davézieux. Boulogne y Porrentuy son dos días interesantísimos, el primero siendo la gran dificultad del inicio de carrera con un final lleno de cotas, y el segundo un perfil diente de sierra en Suiza. Sin embargo Belles Filles es poco más que su final en alto y Annonay una etapa claramente para escapadas.

La montaña consiste en 5 etapas de las cuales solo 2 tienen final en alto, y ninguno es especialmente duro. Lo que no quiere decir que falte terreno para hacer diferencias pues no faltan los grandes puertos como Grand Colombier, Madeleine, Croix de Fer, Tourmalet o Balès.

El primer bloque montañoso empieza con la llegada a Bellegarde-sur-Valserine. Si bien se evita la vertiente más dura del colosal Col du Grand Colombier y no se pasa por el otro coloso del Jura, Col de la Biche, hay terreno para ver cosas. Al día siguiente, La Toussuire en una etapa corta pero llena de puertos, con el terrible enlazado de Madeleine y Croix de Fer a los que siguen el corto Mollard y la larga subida final. Entre bloques queda la etapa de Foix, con el Mur de Péguère y sus 3 km finales al 12,3% como puerto estrella.

Para rematar la montaña quedan los puertos más conocidos de los Pirineos. Primero, la clasiquísima Pau – Bagnères-de-Luchon con Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. Y al día siguiente una etapa corta pero con 50 km finales trepidantes con los puertos de Balès, Peyresourde por la cara contraria y el nuevo final en al estación de Peyragudes.

La mayor pega a la montaña de este Tour es la falta de un par de etapas de verdadero fondo, que superen las 6 horas encima de la bicicleta, además de una etapa reina que destaque por encima de las demás con mucho desnivel salvado, pues ni La Toussuire ni Luchon llegan a ese nivel.

Queda solo analizar la crono, que claramente es el punto fuerte de este Tour. Los 101 km repartidos entre prólogo y dos cronos largas vuelven a la linea clásica de la carrera y le hacen un grandísimo favor a la montaña. Con la necesidad de atacar para recuperar tiempo, los corredores pueden enmascarar los puntos débiles del recorrido aprovechando cada puerto para ir a por la victoria.

Análisis etapa por etapa

  • Sábado 30: Liège – Liège 6,4 km CRI

La carrera comienza con el clásico prólogo que solo en muy raras ocasiones ha faltado, esta vez en una de las cunas del ciclismo como es Lieja, único lugar del mundo donde han tenido comienzo las tres Grandes Vueltas por etapas del calendario. Es muy apto para especialistas, ya que apenas cuenta con curvas donde dejar de dar pedales más allá de dos giros de 180º en sendas rotondas y un par más de curvas sueltas.

  • Domingo 1: Liège – Seraing 198 km

La segunda etapa sale de Lieja y termina a menos de 10 km en linea recta… para totalizar casi 200 km de recorrido circular por una de las zonas más emblemáticas del ciclismo mundial, las Ardenas, Cabría esperar ver en el recorrido nombres tan míticos como La Redoute, Stockeau o Mont-Theux donde Indurain se exhibió… pero nada más lejos de la realidad.

Aunque el perfil se muestre algo quebrado, la ruta parece ir evitando cotas por el camino. Queda pues una etapa decepcionante, con las dificultades lejos de meta, precedida de un buen tramo llano. Y si bien se acaba en cuesta, esta tampoco reviste excesiva dificultad, será difícil que se pique tiempo y un sprinter que suba puede ganar como hizo Erik Zabel en 2001.

  • Lunes 2: Visé – Tournai 207,5 km

Si la anterior etapa decepcionaba por evitar los terrenos de un monumento como la Lieja, en esta ocurre algo similar pues Tournai queda a menos de 15 km del Carrefour de l’Abre, tramo de pavés clave en la Paris – Roubaix. Y no hace falta ir muy lejos (a 2010) para recordar el espectáculo que un poco de pavés puede regalarnos en el Tour y ver lucha por la general en terreno llano, sirviendo además como vínculo con un pasado donde el adoquín era clave en la carrera francesa.

En su lugar tenemos una etapa llana con muchas rectas abocada al sprint masivo.

  • Martes 3: Orchies – Boulogne-sur-Mer 197 km

Junto al Canal de La Mancha, acaba la etapa más interesante de los primeros días, en pleno territorio de los Cuatro Días de Dunkerque, carrera que ya ha visto bonitas etapas con final en Boulogne. Lo interesante se encuentra todo al final. La primera cota de importancia es Mont Violette con un duro km al 9,2% a 33 de la meta, pero la cosa se pone realmente seria cuando restan 17 km a meta. A partir de entonces se enlazan 4 cotas sin un metro llano entre ellas, casi todas con rampas de dos dígitos.

La primera es Herquelingue, una cota estrecha con dos ecalones donde destacan 400 metros al 11,8%. Siguiendo por carretera estrecha llega Quéhen, más tendida y regular con 1,4 km al 5,9%. La más exigente de este final es la cota de Mont Lambert, 1,3 km al 8,4% por una ancha carretera sin una mala curva que se corona a menos de 7 km de la llegada. Ya en las calles de Boulogne la meta se sitúa ascendiendo hacia la ciudadela, en un final con los primeros 400 m durísimos y los 300 finales ya más tendidos.

  • Miércoles 4: Abbeville – Rouen 214,5 km

Esta etapa de Rouen tiene dos particularidades. La primera es que los 140 km iniciales, hasta Fécamp, discurren pegados al Canal de La Mancha con el peligro de tener viento de costado y abanicos siempre presente… y además se va a acelerar mucho de cara al Sprint Especial de Fécamp debido al nuevo formato de los mismos. Posteriormente se gira hacia el interior, por un terreno en principio más cómodo pero donde es habitual que siga soplando el aire de costado. El otro aliciente es una cota no puntuada de 1,7 km al 4% a 10 km de la meta, seguida de un terreno pestosete y la bajada que termina a 4 de la linea de llegada.

  • Jueves 5: Rouen – Saint-Quentin 196,5 km

Esta etapa no tiene vuelta de hoja, muchas rectas y sprint masivo salvo tremenda sorpresa.

  • Viernes 6: Épernay – Metz 207,5 km

Al igual que la anterior, etapa clarísima para velocistas.

  • Sábado 7: Tomblaine – La Planche des Belles Filles 199 km

Los Vosgos se reducen a poco más que el puerto final del día, pero los corredores no lo pueden desperdiciar por ser el primero de solo 3 finales en alto de la carrera. Presenta una dureza significativa y mantenida en sus 5,9 km al 8,5%, rematados con una polémica rampa de meta construida para la ocasión al 14%. Y no olvidemos que los primeros contactos con la montaña suelen deparar sorpresas. Se podría haber diseñado una etapa mucho más atractiva aprovechado los muchos puertos de la zona.

  • Domingo 8: Belfort – Porrentruy 157,5 km

El Macizo del Jura es el protagonista de esta etapa de media montaña, una de las más brillantes de la temporada. Pasando de Francia a Suiza se ascienden hasta 7 puertos concentrados en apenas 130 km, un diente de sierra precioso que da oportunidades a todo tipo de corredores y tácticas de equipo.

Algunas de las subidas son ciertamente exigentes. La cota de Saulcy con sus 4,6 km al 8,6% es perfecta para una primera selección fuerte, la cota de la Caquerelle da continuidad a la dureza para rematar con el Col de la Croix. Si bien no merece la 1ª categoría que le otorga la organización, sus 3,7 km al 9,2% y rampas del 17% suponen un duro escollo. Ninguna bajada es especialmente difícil, pero quizá si lo suficiente como para que un especialista busque romper la carrera.

Tras coronar el Col de la Croix restan 16 km a meta, la mayoría llanos, con lo que no solo hace falta estar fuerte sino planificar la estrategia, ya sea buscando aliados de escapada o lanzando compañeros de equipo por delante. Una pena que el día de descanso no sea a continuación. Mención aparte en este Tour merecen los rodeos finales que alejan los puertos de meta. Aquí vemos el primero, pues se podrían ahorrar 3 km facilitando así la empresa de los valientes.

  • Lunes 9: Arc-et-Senans – Besançon 41,5 km CRI

Primera crono larga de la carrera, y a diferencia de lo habitual transcurre desde un punto A hasta un punto B y no es un trazado de ida y vuelta en la misma ciudad. Esto nos libra de los temidos conos y condiciona que la dirección del viento será casi constante en todo el recorrido. No abundan las rectas interminables y tiene algunos repechos en el camino, el más significativo de 2,15 km al 5,3% antes del primer punto de cronometraje en Abbans-Dessus. Pese a ello es una crono clara para especialistas.

  • Martes 10: DESCANSO
  • Miércoles 11: Mâcon – Bellegarde-sur-Valserine 194,5 km

Primera etapa de alta montaña y de nuevo por el Jura, esta vez en Francia y con el estreno de un puertazo como el Col du Grand Colombier. No es su vertiente más dura, pero es un coloso con un durísimo inicio (varios kilómetros enteros por encima del 10%) que suaviza algo en la parte superior. Coronándose a 43 km de meta, si se quiere hacer daño habrá que subir fuerte y buscar eliminar gregarios de cara a las interesantes bajadas posteriores y especialmente para la subida al Col de Richemond, más tendido. De nuevo es un día para buscar aliados o compañeros de equipo en las escapadas.

La meta se coloca en un último kilómetro al 5,5% donde decidir el ganador de la etapa.

  • Jueves 12: Albertville – La Toussuire / Les Sybelles 148 km

Probablemente sea esta la etapa reina de la carrera, pese a sus menos de 150 km, porque acumula 4750 m de desnivel con dos interminables HC de paso. Primero se sube el Col de la Madeleine para salvar casi 1600 m, aquel donde en 2010 se fueron solos Andy Schleck y Alberto Contador. Posteriormente (rodeo innecesario mediante) se encara la Croix de Fer por el Col du Glandon. Muy regular en casi toda su ascensión, lo más exigente llega con 3km al 10% antes de coronar Glandon, quizá el punto que escoja algún valiente para atacar.

La bajada queda interrumpida por el empinado Col de Mollard. También es interesante su técnico descenso, que podría romper el grupo. Para rematar queda la larga ascensión final, irregular y con alguna zona dura pero bastante más tendida que las anteriores.

  • Viernes 13: Saint-Jean-de-Maurienne – Annonay Davézieux 226 km

La etapa más larga de la edición es a su vez la menos comprensible. En el primer tercio de etapa se suben dos puertos muy duros como los cols de Grand Cucheron y Granier, pero luego quedan más de 100 km llanos hasta el quebrado final. La cota de Ardoix son 5,9 km a solo el 3,4% y ni una mala rampa, para rematar con otra suave subida hasta meta en torno al 3-4%. Un bonito lugar para resolver la escapada del día.

  • Sábado 14: Saint-Paul-Trois-Châteaux – Le Cap d’Agde 217 km

Peligrosa jornada por su final, donde se pasa el bonito Mont Saint Clair, de 1,6 km al 10,2%. Pero ahí no se acaba el peligro, sino que empieza, ya que a continuación y hasta la meta se transita por una lengua de tierra entre el Lago de Thau y el Mar Mediterráneo, por una carretera estrecha (¿se mantendrá la isleta central?) en una zona donde el viento está casi asegurado.

  • Domingo 15: Limoux – Foix 191 km

Llegan los Pirineos con la sucesión del Port de Lers, un buen primera de desgaste, y la estrela del día, el Mur de Péguerè, y es que tan solo al subida al Aeródromo de Mende puede competir con este muro en cuanto a rampas en la historia del Tour. Una subida muy rompedora que puede dar espectáculo lejos de meta. Inexplicablemente ASO ha programado un rodeo que aleja la meta de Foix con 12 km llanos innecesarios, que favorecen enormemente los reagrupamientos y el control de carrera por parte de un equipo en la parte final

  • Lunes 16: Samatan – Pau 158,5 km

Etapa de transición favorable para los sprinters pese a que se suban algunas cotas en el tercio final de etapa.

  • Martes 17: DESCANSO
  • Miércoles 18: Pau – Bagnères-de-Luchon 197 km

La etapa con final en Luchon es tan clásica que apenas sí hace falta comentarla. Este mismo encadenado se vio por primera vez nada menos que en 1913, y hoy en día sigue siendo exigente y atractivo. Si los pasos por el Aubisque y el Tourmalet se hacen duros, puede romperse la carrera muy lejos como antaño. Sin embargo, los falsos llanos antes de las caras menos exigentes de Aspin y Peyresourde pueden quitarle las ganas a más de uno, jugándose todo en el puerto final y su descenso, algo parecido a lo ocurrido en 1998 sobre este mismo perfil. Sin duda esta etapa pide a gritos actualizarse con Hourquette d’Ancizan y Col d’Azet sustituyendo a Aspin.

  • Jueves 19: Bagnères-de-Luchon – Peyragudes 143,5 km

Última oportunidad de montaña y además con final inédito. La etapa comienza con el duro Col de Menté, para continuar por el suave Col des Ares. Pero a continuación se da un rodeo llano que separa los puertos entre sí de manera incomprensible antes del trepidante final. Primero el empinado Port de Balés, escenario del famoso lío con la cadena de Andy Schleck. Sus 12,5 km al 7,5% esconden muchas rampas de doble dígito, y con el terreno posterior es un gran lugar para probarlo incluso en solitario.

Su siempre difícil descenso nos deja en la primera rampa del Col de Peyresourde, esta vez por su vertiente más dura, 14 km al 6,8% muy constantes, allí donde en 2007 Contador se lió a continuos hachazos contra Rassmussen. Una brevísima bajada nos deja en la novedad del día, los 3 km al 7,5% de acceso a la estación de Peyragudes, que esconde un tramo de 500 m al 11%. Los últimos 1000 m son llanos.

  • Viernes 20: Blagnac – Brive-la-Gaillarde 222,5 km

A estas alturas de carrera, una etapa larga y con una cota a 10 km de la meta podría ser buena para una escapada, pero la cota no es muy dura y el terreno posterior es bueno para cazar, por tanto si trabajan los equipos de los hombres rápidos sería más normal ver un sprint.

  • Sábado 21: Bonneval – Chartres 53,5 km CRI

La última etapa decisiva será esta contrarreloj llana, con grandes rectas y larga donde un corredor que llegue fuerte y se maneje en la especialidad puede meter buenas rentas. Puede aparecer el viento, pero flojo y a favor con mayor probabilidad.

  • Domingo 22: Rambouillet – París Champs-Élysées 120 km

Paseo, champán, Campos Elíseos, sprint y pódium.