Aunque se puede discutir dónde situar exactamente su talla como ciclista, nadie tiene ninguna duda sobre la grandeza de este suizo de origen italiano que está dispuesto a reventar los cánones más arraigados en este deporte. Hay ciclistas que ganan más carreras, otros que tienen victorias algo más importantes -difícil se lo ha puesto a este grupo en 2010-; pero nadie, ningún ciclista del pelotón internacional, se acerca a la forma de ganar que tiene Fabian Cancellara. Y eso le convierte en un mito viviente de las dos ruedas.
Su casillero de victorias se estrenó pronto, con la general del Tour a Omán por delante de Edvald Boasson Hagen. Siguió su camino por la temporada en Italia, con la Strade Bianche, Tirreno Adriático y Milán-San Remo, sin la ilógica brillantez de 2008 ni los pésimos resultados de 2009. Así llegó a las piedras del norte, su máximo objetivo de la temporada 2010, y consiguió su segunda victoria de la temporada en Harelbeke, en un duelo directo resuelto con maestría ante Boonen y Flecha. Fue una gran victoria de la que casi nadie se acuerda, por culpa de la magnitud de lo que pasaría siete días después.
Y es que Fabian Cancellara iba a reventar todas las expectativas en Flandes y Roubaix. Primero, en un duelo épico de deidades de la piedra, reventó a Tom Boonen en el Kapelmuur como no se recuerda, para llegar en solitario a Meerbeke y apuntarse su primer Tour de Flandes; después, en un ataque a 50 kilómetros del velódromo de Roubaix en el que destapó todas las miserias de sus rivales, intimidados por el recuerdo de su maillot con la bandera suiza arrasando la capilla de Grammont. Fue un doblete legendario, en el sentido más gráfico de la palabra; sin duda, el momento del año ciclista.
Tras el parón previo al Tour de Francia, Cancellara volvió al asfalto en California y Suiza. En su país logró la quinta victoria del año, la que siempre consigue en el prólogo de la ronda helvética. De la misma forma llegó la sexta en Rotterdam, donde se vistió una vez más el maillot amarillo de líder del Tour. Completó la ronda gala con una actuación notable en la etapa de los tramos de la París-Roubaix y con la victoria en la última contrarreloj. Siete victorias y otro parón para preparar el Mundial de Geelong.
Participó en la Vuelta a España de forma muy anónima antes de viajar a Australia, donde su objetivo era el cuarto título de campeón del mundo contrarreloj. Como casi siempre, Espartaco consiguió lo que quería: su cuarto arco iris llegó con su cuarta exhibición en esta prueba. En la prueba en ruta estuvo fuera de toda lucha por las medallas, y ahí se acabó su año. 2010 deja un listón difícil de superar para Fabian Cancellara, pero que apunta muy claramente a un nuevo objetivo: los cinco monumentos. Sólo le quedan dos. Liberen su sofá el domingo de la Lieja-Bastogne-Lieja 2011: el ciclista del año estará allí.
David Vilares
Increíble, Fabián es lejos el ciclista que mas atrae miradas, un competidor muy aguerrido y que gana carreras con clase. Posiblemente el que tiene los triunfos mas codiciados de todos los ciclistas.
Ojalá siga ganando este año y siga deleitándonos con esa fuerza y potencia que lo caracterizan y que hace tan entretenidas las carreras donde es participa.
Saludos.