Esta es la presentación editorial de Cobbles & Hills del Tour de Francia de 2012, que comienza este sábado en Lieja (Bélgica). No vamos a centrarnos en quién no está; que Andy Schleck no pueda estar presente debido a una caída, y Contador tampoco al estar sancionado resultado de su positivo en esta misma carrera en 2010, no es tan importante como el hecho de que estamos ante el punto más frenético, trascendental y comunicable de todo el año ciclista.
Sí queremos hablaros del recorrido; nivelado, medido, compensado y justo como pocos en los últimos años, con etapas de media montaña muy interesantes (Porrentuy) y de alta montaña para todos los gustos; desde cuestas empinadas (La Planche des Belles Filles), encadenados muy bien diseñados que concluyen en puerto duro (La Toussuire), puertos más livianos, e incluso en bajada (Bagnères-de-Luchon), o con un puerto HC a bastante de meta y con terreno para poder mantener diferencias (Bellegarde-sur-Valserine). El recorrido de la edición de 2012 del Tour de Francia es un diseño -tristemente- anacrónico, pero diríamos que casi perfecto, con cronos largas que concluyen con la fantástica cifra de 101,4 kilómetros de lucha individual en la especialidad. ¿Un recorrido diseñado para Bradley Wiggins o Cadel Evans? No, un recorrido diseñado para corredores completos.
Los mencionados Wiggins y Evans, además de Denis Menchov (que ‘comienza’, esperemos, su temporada en Lieja), Vincenzo Nibali, Fränk Schleck, Jurgen Van den Broeck, Chris Froome, Robert Gesink, Samuel Sánchez, Pierre Rolland o Alejandro Valverde serán los encargados de personificar la lucha por la clasificación general. Para que varios de ellos puedan tener opciones de, al menos, alcanzar el pódium, la batalla deberán presentarla desde el primer día y sin especular; la desventaja con los anglosajones es manifiesta contra el crono. Por lo que aprovechar el terreno y plantear una guerra de guerrillas, día tras día, para desbloquear lo que, más que otra escuadra, Sky pueda bloquear, los corredores deberán aprovechar todas las oportunidades (etapas 7, 8. 10, 11, 15, 16 y 17). Si no, los más de 100 kilómetros de crono dictarán sentencia en contra de escaladores y vueltómanos poco agresivos.
El Tour también presentará otras batallas interesantes. La que más, la lucha por unas llegadas masivas dominadas por un Mark Cavendish con la cabeza muy puesta en los Juegos Olímpicos de Londres. ¿Le lastrará su pérdida de peso a favor de los potentísimos Marcel Kittel y Andre Greipel? Donde, en cambio, no parece que habrá mucha batalla, es en la lucha por los uphill-finish. Ya dijo Peter Sagan que todos los lugares son buenos para él… y las llegadas a Seraing, Boulogne-sur-Mer o Annonay Davézieux podrían coronarle como el mejor esprínter en cuesta del momento, como ya se coronaran Alejandro Valverde (2008) o Philippe Gilbert (2011) tiempo ha. ¿Podrán plantearle un cara a cara digno los antes imbatibles uphill-finishers?
Tenemos un Tour que debería picar el orgullo de los Gesink, Nibali, Schleck o Valverde. Corredores suficientemente valorados como para temer por los puntos (el murciano ni debería preocuparse por el puestómetro, e ir a por todas), y que necesitan un all-in para alcanzar el éxito. ¿Se atreverán a compensar los kilómetros de crono con agresividad y ataques de peso en la alta montaña?