¡Hola de nuevo!
Tras unas largas semanas de estudio y de viajes, aquí estoy de nuevo, ¡ya tenía ganas! Y es que estas fechas son complicadas para los estudiantes y en mi caso se ha juntado un buen retraso que estoy llevando con el proyecto debido a un virus que me entró en el ordenador y que además de hacerme perder la parte más difícil del trabajo y las que por lo menos para mí más tiempo lleva, los planos; está haciendo que éste me de problemas muy a menudo porque lo tuve que formatear y el Windows parece que no va muy bien y hay días que no enciende. Pero bueno, siempre nos quedará septiembre…
En cuanto a competiciones, la verdad es que no me puedo quejar porque no he parado y eso me gusta. Tras terminar la Vuelta a Navarra cargado de moral me fui a Portugal a correr el GP Abimota con profesionales, todos los equipos portugueses y los españoles Burgos, Orbea y Gios-Deyser (aunque éste de licencia griega). Para el equipo la cosa no pudo ir mejor. Moisés Dueñas ganó la etapa reina y la general, que costó muchísimo defender el último día pero que nos dejó como premio especial la clasificación por equipoa.
El primer día era “fácil” de Salamanca a Ciudad Rodrigo, se llegó al Sprint debido al férreo control de los equipos portugueses. Estuve echando una mano a mi compañero Alberto Sánchez a quien le faltó poco para batir a los españoles Carrasco y Pacheco, terminando 4º.
El segundo día llegaría el gran momento para el Super Froiz. Ya tras el primer puerto intentamos mover la carrera pero vimos que era imposible romper el orden puesto por los equipos profesionales portugueses que ya con la vuelta a Portugal en el horizonte empiezan a trabajar como auténticos ejércitos. Vaya remada que se pegaron los del Efapel, empezando el último puerto como si el US Postal se tratase, quitándose uno, otro, otro…¿cuántos quedan? Cinco aún…¡buff, menudo ritmo llevaban! En la subida final, coloqué a mis compañeros más escaladores al lado de la locomotora portuguesa y poco a poco fui perdiendo posiciones hasta que a falta de 3km arrancó mi compañero Moisés y el grupo de 30 corredores se desgranó totalmente. Cedí un minuto en meta, terminando el 37º pero con un alegrón enorme al ver que había llegado destacado a meta y Vallejo había hecho 6º. Un resultado increíble por el nivel que había, líderes de la general, por equipos…¡gracias al trabajo de todos!
La última etapa sí que fue un verdadero examen para nosotros: nos iban a coser a ataques desde el km 0 porque no les sentó muy bien que les ganase un equipo amateur y menos español. Así que en el día nacional de Portugal nos preparamos para una gran guerra en la que por primera vez yo no echaba leña al fuego sino que lo apagaba. El día tenía pinta de ser épico, amanece lloviendo y con niebla. Empezó la carrera muy rápida con grupos demasiado grandes como para dejarlos ir así que nos tuvimos que emplear a fondo. No podíamos dejar una fuga mayor de cinco o seis corredores porque luego echarla abajo iba a ser tarea imposible. Seguimos tirando neutralizando grupos, mientras los Efapel y los Carmin Prio arrancaban de tres en tres…vaya tostada nos esperaba iba pensando, pero había que tener paciencia y seguir.
Llegó un momento en el que dejamos la carrera un poco “suelta”, ya que tras 30km tirando sin parar veíamos que íbamos a quemar el equipo así que empezamos a filtrar a Vallo y De Mateos en los cortes grandes ya que estaban bien situados en la general también. Nos tomamos un respiro y volvimos a poner un ritmo fuerte Alberto, Miguel Gómez y yo a ver si quitábamos a la gente las ganas de arrancar pero no hubo manera. Hasta el km 50, de que se fuese un grupito de 5 que no nos preocupase mucho. De ahí hasta el km 100, donde estaba el primer puerto, relevos entre nosotros tres para dejar lo más frescos posibles al resto, ya que nosotros sólo éramos siete aunque los profesionales llevaron ocho.
Eso se acabó notando y según empezó el puerto, nosotros 3 nos tuvimos que abrir ya que empezó la fiesta de nuevo. Antarte, Onda, Carmin, Efapel, Orbea, Burgos…era un todos contra nosotros, pero tanto Moisés como mis compañeros respondieron a todos los ataques a partir del km 120, cuando aún quedaban 50 hasta meta, en los que fue imposible volver a entrar tras los dos puertos seguidos y el desgaste previo. Fue llegar a meta, ver a mis compañeros sonrientes, celebrando la victoria…¡¡que alegrón!! Ver la recompensa al trabajo bien hecho, el agradecimiento de tus compañeros por tu labor no tiene precio, igual que no lo tiene ganar la general individual y por equipos en Portugal ante equipos en teoría muy superiores.
Tras este nuevo “subidón” de moral para el equipo, me desplacé a Ourense para correr dos carreras, que no empezaron bien pero al final casi gano el Campeonato de la Península Ibérica..
Mañana os cuento
¡Un saludo a todos!