El Tour de Francia es una carrera única. Para empezar, cuenta con la gran ventaja de disputarse en julio, lo que permite que haya muchísima más gente de vacaciones y por tanto muchísima más gente en los arcenes de las carreteras. Y para acabar se disputa en un país de paso con muchísimos vecinos, otra ventaja añadida sobre sus grandes rivales, el Giro de Italia y la Vuelta a España.
El Tour es único porque además sirve para despejar incógnitas. Por ejemplo, ¿tiene Cavendish algún rival a su altura? Hasta ahora parece que no existe nadie más rápido que él, pero en 2012 el equipo Sky piensa y mucho en la general mientras que Greipel y Kittel no parecen tan lejanos al campeón mundial y aspiran ambos a ceñirse sobre su cabeza la corona de rey del sprint.
Por lo que a la general se refiere, la gran duda girará alrededor de dos hombres: Cadel Evans y Bradley Wiggins. Por un lado, ¿será el australiano capaz, con un año más a sus espaldas, de volver a dominar en Francia? Y, por otro, ¿puede un equipo como Sky, que también piensa en los Juegos Olímpicos de Londres, mantener el nivel de forma de sus hombres durante dos meses completos: desde la primera semana de junio –Dauphiné– hasta la primera semana de agosto y sus esperados Juegos?
Tal vez en un análisis previo se esperan respuestas más que preguntas. Pero en realidad eso no son análisis sino predicciones sin mucha base científica. Sólo la intuición o las filias y fobias hacia los diferentes corredores. De todos modos, el aficionado español seguirá centrando su mirada en los ciclistas de Movistar, Euskaltel y en los muchos que españoles que lucen los colores de otros equipos. ¿Aspiraciones? Sin Contador no hay ningún hombre que pueda decir que viaja a Lieja para ganar el Tour. Hay ciclistas que aspiran al podio, como Samuel Sánchez o Alejandro Valverde, pero que con tantos kilómetros contrarreloj como hay en 2012 necesitarán tener un año realmente inspirado para poder desbancar a los contrarrelojistas.
Desde Velofutur, las miradas estarán fijas en varios ciclistas. Por un lado, resultará más que interesante comprobar la evolución de Rui Costa. El portugués sigue quemando etapas y en el futuro puede acabar siendo un vueltómano importante. Este Tour aún no es ningún reto personal ni hay que esperar de él un resultado concreto. Pero sí es un buen test para ver si durante las primeras dos semanas es capaz de estar con los mejores. Un ciclista todavía más joven que Rui y que vuelve al Tour con una sonrisa es Rafa Valls. El alicantino tiene esta cita como objetivo personal, pero no llega pletórico después de la caída en Murcia y las fracturas de costillas. Llega tal vez corto pero esa frescura puede incluso acabar siendo buena de cara a una carrera tan exigente como es la francesa. Y también habrá que seguir de cerca a otro alicantino, Rubén Plaza, quien se marcó desde el inicio de año el Tour como reto y quien en su única participación hasta ahora fue capaz de rozar el top ten: 11º.