El único corredor que se presentará en la línea de salida en Lieja sabiendo lo que es ganar un Tour será el australiano del BMC, que con 35 años ha encontrado en la madurez una serenidad en carrera que le ha permitido cosechar grandes éxitos desde su transformación en 2009. Otro corredor como demostró a lo largo del 2010, pero quedaba la merecida guinda. Dos Tours perdidos en la última contrarreloj -aunque sería más correcto decir no ganados, ya que en ambos Cadel partía como el cazador- hacían difícil ver al aussie en lo más alto del podio el año pasado, pero en un acto de justicia poética la contrarreloj final camino de Grenoble dictaba sentencia y el Tour viajaba a Asutralia.
La preparación de este año ha sido parecida a la del pasado, con la máxima de no cambiar algo que funciona bien presente en la mente de Evans y el BMC. Tanto es así que Wiggins ha copiado su preparación, consistente en pocos días de competición pero salir en todos y cada uno de ellos a disputar. En fin, la reválida del título en Tirreno no salía según lo esperado con un 32º puesto final, pero dos semanas después llegaba la primera victoria del año en la crono del Critérium International, que sería doble al lograr tambien imponerse en la general. Evans volvía saltarse las Árdenas y volvía a quedar por debajo de las expectativas en Romandía, pero en Dauphiné llegaba la tercera victoria del año unida a un tercer puesto final -quinto podio consecutivo en esta carrera-.
Es cierto que los resultados no han sido tan brillantes como los de Wiggins, pero la preparación marcha por buen camino de cara a un Tour en el que Evans deberá sacar lo mejor de sí mismo para plantar cara al británico y su superescuadra del Sky. A tal fin se dedicó a tantearle en esta Dauphiné, y si algo ha sacado en claro es que deberá tentarle en los descensos, para lo que seguro que contará con la inestimable ayuda de Vincenzo Nibali. En cuanto a su propio equipo, es cierto que no puede compararse con el Sky o el RadioShack, pero con lo que si podrá contar Evans es con su implicación al 100 por 100 en la ayuda de su líder. En ese sentido Philippe Gilbert puede resultar el factor discordante en la ecuación del BMC, y es que la falta de resultados del belga este año pueden hacerle ir por libre en busca de sus propios resultados.
En fin, quizás Wiggins sea la opción más jugosa visto lo visto este año por la victoria para la ronda gala, pero nadie presenta la combinación de veteranía, oficio y calidad en todos los terrenos del australiano. Si alguién quiere ganar este Tour primero deberá superarle, y si hay algo seguro es que Evans va a defender su dorsal número uno con uñas y dientes.