¿Hay alguien que pueda llegar a dudar de la calidad de Philippe Gilbert? Nadie ¿Hay alguien que pueda cuestionar su compromiso con el ciclismo? Menos ¿Existe la posibilidad de que haya un sólo aficionado, de los de verdad, que no se haya quitado el sombrero al menos un par de veces con el valón? No lo creo ¿Y que no haya apelado a su huevera como motivo de halago? Es algo que no entra ni en mis pensamientos más remotos. Desde hace mucho, desde sus primeros años en la Française des Jeux, Gilbert apuntaba a corredor de talento, con cuerpo y mucha tenacidad. Lo que terminó por demostrar en 2009 y ha confirmado en este 2010 dibujó aquello… y mucho más. Dibujó emoción, épica, leyenda y compromiso.
Porque el compromiso de Philippe Gilbert con el ciclismo va más allá de cumplir con un objetivo o con unos resultados. El ciclismo del líder del Omega Pharma – Lotto es un compromiso con el aficionado y con el recuerdo. Es un compromiso desatado que se sirve de una aptitud extraordinaria, con su evolución y condiciones innatas, pero que alcanza otra dimensión gracias a la actitud del valón. Siempre buscando el ataque, el momento adecuado para buscar una victoria, siendo alguien que tiene en las clásicas y las etapas de grandes vueltas sus objetivos y más claras posibilidades. Porque tratar de entrar en la historia del ciclismo, o guardarse un lugar especial en el corazón de los aficionados, es más complicado si no eres un Cancellara o un Contador. Pero Gilbert lo está consiguiendo, y con creces.
Una evolución instigada por el deseo de convertirse en el ganador de la clásica de su región, la Valonia, la Lieja-Bastoña-Lieja, le ha llevado de ganar pruebas como la Omloop Het Volk (2006 y 2008) o parciales en el Eneco Tour (2006) a otras como el Giro del Piemonte (2009 y 2010), la Amstel Gold Race (2010) o el Giro de Lombardía (2009 y 2010) pasando por las victorias en una clásica como la París-Tours (2008 y 2009). Carreras dispares, aptas para trotones del norte, corredores más finos o más adecuadas para velocistas, que ha ganado porque ha sabido moverse, adaptarse y apostar por ello de verdad y con decisión. La irrupción definitva de Philippe Gilbert es una de las mejores noticias que ha podido vivir el ciclismo en el último lustro.
Esta evolución le ha llevado a ser el clasicómano más completo, capaz de ganar en terrenos y finales muy diferentes, y siempre implicado con el elemento épico que el aficionado al ciclismo con normalidad ha sabido premiar. Por est0 y no por haber ganado su 2º Monumento u otra gran clásica como la AGR, amén de otros grandes resultados (3º en De Ronde y 4º en La Doyenne), ni siquiera por haber vestido y defendido por primera vez, y con mucho honor, dignidad y coraje, su primer maillot de líder de una gran vuelta o por haber sido, de largo, el más fuerte en el Mundial de Geelong/Melbourne, Philippe Gilbert es para Cobbles & Hills el segundo mejor corredor del año… y sólo superado por quien todos sabemos y nadie discute.
Y es que, cuando tengamos que decir qué ciclismo nos gusta, qué actitud es la que premiamos como aficionados, las imágenes de un Gilbert imperial en Het Volk, Amstel Gold Race, Lombardía, Piemonte, Giro, Mundial, Lieja o Vuelta que hemos visto hasta ahora del valón serán, sin duda alguna, un ejemplo perfecto para explicar qué es el compromiso en el ciclismo.
Javier Cepedano
Que decir de Gilbert ?? Nada sólo que es el ciclista que más me hace saltar de la silla cuando veo ciclismo, y eso es impagable!