En Luxemburgo cuando salen corredores, salen muy buenos. Es un caso curioso, único, de país con tradición ciclista; el ratio de calidad por número de ciclistas es alto. Con apenas 500.000 habitantes, Luxemburgo tiene la capacidad de justificar hasta cuatro campeones del Tour y muchas otras victorias de prestigio conseguidas a lo largo de la historia ciclista.
Los cuatro ciclistas luxemburgueses ganadores del Tour responden a los nombres de François Faber, el primer ganador del Gran Ducado de la ronda francesa (1909), además de un Giro de Lombardía, Nicolas Frantz (1927 y 1928, y ganador de la París-Tours y 14 nacionales consecutivos en los años 20 y 30), Charly Gaul (1958), el mejor ciclista luxemburgués de todos los tiempos, con el Giro también en su palmarés y unas maneras de correr muy distintas al último, el más reciente, Andy Schleck (2010).
Tras ellos, otros como Kim Kirchen, retirado en 2010 cuando corría para Katusha, o el hermano mayor de Andy, Fränk Schleck, han ido dando más importancia a un país pequeño pero ultra-especializado en la creación de buenos ciclistas y esquiadores alpinos. Otros como Ben Gastauer (Ag2r – La Mondiale), Laurent Didier (Radioshack-Nissan) o Jempy Drucker (Accent.jobs – Willems Verandas), como antes hicieran Roger Gilson, Jean Diederich, Johnny Schleck (padre de los hermanos) o Benoit Joachim, le dan un poco de base a un país que puede llegar a discutir si ha tenido más corredores de clase alta, que media.
Así como en Bélgica parece evidente la construcción de ciclistas destinados a correr clásicas de piedras, o en países anglosajones se está desarrollando la capacidad de cronear muy bien (además de ser muy rápido), en Luxemburgo la saga de ‘pocos pero magníficos ciclistas’ está lista para seguir su desarrollo con la llegada de Bob Jungels (Rollingen – Luxemburgo, 1992) a principios de año. Es complicado, por ahora, decir qué corredor será Jungels. Las condiciones son unas, pero las influencias son otras muy distintas. Como ciclista hasta el momento ha demostrado potencia (no obstante mide 188 centímetros y pesa 70 kilos), ser muy bueno contra el crono, pero con aptitudes destacadas para rematar en pruebas de un día; pasa bien la media montaña y aunque no tiene una gran punta de velocidad, se desenvuelve bien para resolver clásicas y parciales de vueltas por etapas.
Es el más joven de entre todos los corredores del Continental Leopard – Trek (auspiciado por Flavio Becca y vigilado por los hermanos Schleck), pero, a su vez, es el líder de un equipo que gracias a él ya se ha dejado ver en varias carreras. El joven ciclista del Grand-Duché está muy cerca de los Schleck por ello, pero al mismo tiempo parece estar muy alejado por unas condiciones como ciclista que no se asemejan tanto a las de los hermanos. Incluso ya ha triunfado en las piedras de la París-Roubaix Espoirs hace unos días.
La sombra de los Schleck es muy alargada, porque Jungels, corredor intrépido y de coraje, que corre siempre buscando la victoria, va a deber mucho a los hermanos en el desarrollo de su carrera. Tras dejar el UC Dippach (equipo presidido por su padre Henri, y donde le dirigía el padre de Laurent Didier, Lucien –buen ciclista también y gregario de Bernard Hinault-), donde quiso permanecer hasta finales de 2011 para finalizar el instituto, las dudas de dónde correr ser cernieron sobre un Jungels tan prometedor como inmaduro. El World Tour era demasiado. La solución llegó de parte de los líderes del Radioshack-Nissan, quienes junto con Becca crearon el Leopard-Trek con Bobby como líder, y con otras promesas como Jesús Ezquerra, Giorgio Brambilla, Julian Kern o el más experimentado de todos, Alexander Pliuschin (ex de Ag2R y Katusha).
Esta solución a medida está resultando perfecta para Jungels; ha ganado y ha ganado bien, no siempre confiando en su mejor arma hasta el momento conocida, la crono (Triptyque des Monts et Châteaux), pero también sirviéndose de ella (Fléche du Sud). Además, ha demostrado que el carácter es parte importante de su forma de pedalear; ganó en la versión Espoirs del Infierno del Norte con casi 3 minutos de ventaja siendo ofensivo (atacó en el sector donde perdió la carrera corriendo como junior; Cysoing) y sufriendo sobre la bicicleta. Tras ello, su 9ª posición final en el Tour de Luxemburgo (corriendo para una selección del país) confirma su buen año y un parón merecido que tendrá lugar tras los nacionales. En unos meses tendrá el Mundial como gran objetivo de la temporada.
Y en 2013, ya veremos. Su temporada, hasta la fecha, demuestra madurez, pero contando con solo 19 años no parece claro que Jungels deba pasar a profesionales. Lo que sí es obvio, es que haciéndolo el año que viene o en 2014, pasará allí donde corran los hermanos Schleck. Estará cerca de ellos pero, a la vez, muy lejos. Porque el talentosísimo Bobby pinta a ciclista completo, y entendedor del buen ciclismo; el de ataque. ¡Qué no lo pierda!
Bob tiene la suerte de ser un corredor completo, aunque quizá esta un punto por encima la contrarreloj. Yo no veo tan disparatado que pueda saltar a profesionales en 2013, hacer un top-10 en Luxemburgo da muestra de su clase, si lo cuidan y a la sombra de los Schleck, le doy mi bendición para dar el paso.
Creo que, a diferencia de Sagan o Herrada, que pasaron con la edad que Bob pasaría si fuera 2013 el año de su salto, el luxemburgués tiene más razones y resultados para hacerlo. Pero bueno, que cada uno lleve el ritmo que piense oportuno. Al final lo que importa es que perduren.