La temporada 2010 para el corredor italiano Vincenzo Nibali no ha podido ser mejor. Ha sido la temporada en la que ya ha dejado de ser una promesa -si no lo había dejado de ser tras su buen 7º puesto en el Tour de 2009- para pasar a ser una realidad, un corredor que ya es favorito para llevarse cualquier vuelta de 3 semanas a la que se presente. Tras su actuación en Giro -donde quedó tercero- y Vuelta a España -donde consiguió la victoria-, el corredor de Liquigas ha conseguido además terminar como líder del CQ ranking con más de 2200 puntos.
Bien es cierto que Nibali lo tenía fácil para brillar en las grandes vueltas, ya que se encontraba en, probablemente, el mejor equipo para estas lides. Con gente como Kreuziger, Szymd o Zaugg como gregarios de lujo, es muy difícil no hacerlo bien, pero aún así es muy meritorio lo del italiano. La temporada empezó bien para él, ya que se llevó la primera prueba del año, el Tour de San Luis por delante de Serpa y Rafa Valls, pero no hizo una buena primavera ya que no contaba para hacer el Giro de Italia, por lo que no se preparó para dicha prueba. Cuando Pellizotti fue sancionado por valores anormales en su pasaporte biológico, el Liquigas se vio obligado a llamar a Nibali días antes del comienzo de la prueba italiana para que ayudara a Basso en la conquista de la Maglia Rosa, de la misma manera que el Astaná llamó a Alberto Contador cuando ganó su Giro tras venir de la playa.
Y no pudo ser mejor decisión. La actuación de Nibali en el Giro fue simplemente sensacional. Destrozaba el pelotón cuando su líder Basso lo necesitaba. Además, pudo liderar el Giro durante tres días y llevarse la etapa con final en Asolo en solitario. Por culpa de la fuga que llegó con una ventaja muy grande con respecto al pelotón días atrás, Nibali no pudo conseguir un doblete para la escuadra italiana y fue Arroyo quien se coló entre los dos italianos. En cualquier caso, la decisión de incluir al siciliano en el nueve de Liquigas para este Giro fue muy buena.
Por “culpa” de esto, Nibali no pudo correr la prueba en la que tan buenas sensaciones había dejado el año pasado y a la que tantas ganas le tiene, el Tour de Francia, por lo que su siguiente y último objetivo en el calendario de 2010 sería la Vuelta a España. Su preparación para esta prueba no fue gran cosa, pero aún así, se llevó el Tour de Eslovenia y el Trofeo Melinda, además de quedar tercero en la exigente Vuelta a Burgos.
Y así llegaba a la Vuelta a España; con Kreuziger como gregario de lujo y con muchas opciones de llevarse la victoria. Todo parece indicar que si no llega a ser por la caída de Igor Antón antes de subir Peña Cabarga, Nibali no tendría una Vuelta a España en su palmarés, pero en eso también se basa el ciclismo, en la suerte, y ahí Nibali tuvo mucha. En cualquier caso, no se mostró muy combativo durante la prueba, hizo lo justo para llevarse la victoria y supo aguantar las diferencias, especialmente en la Bola del Mundo, que lograba sacar cuando Ezequiel Mosquera le apretó las tuercas bastante y le hizo emplearse a fondo.
Tras esta temporada, la vida de Nibali es diferente. Ya es un favorito a cualquier cosa. Un corredor que destaca tanto en media como en la alta montaña y que es aceptable en la contrarreloj, con un amplio margen de mejora, además de ser un gran bajador. Dará que hablar en los próximos años, especialmente en el Tour de Francia. Todo dependerá de la planificación que hagan para él en su equipo, el Liquigas.
Carlos Correa