¡Muy buenas!

Voy a seguir con la segunda parte de la Vuelta a Navarra que como os dije no tuvo nada que ver con la primera. Fue un punto de inflexión que creo que se empezó a fraguar en el momento en el que le dije a mi padre que ya me encontraba mejor, que no había sufrido tanto al terminar el segundo día y él me dijo que sólo con eso ya le dolía menos la cadera así que me dije a mí mismo que lo que estaba haciendo yo no era nada; él tiene que ir todos los días a trabajar así y yo estoy haciendo lo que me gusta así que voy a empezar a disfrutar con ello.

Empezó la tercera etapa muy rápido con muchos ataques en los dos altos no puntuables que había al principio y me decidí coger la escapada aunque para ello tuviera que gastar muchas fuerzas. Era un día en el que un equipo lo iba a tener difícil para controlar así que en una, en otra y al final, claro, cogí la escapada. Nos fuimos unos 20, con tres belgas, dos Lizarte, dos compañeros del líder que no pasaban y al principio era un desorden total, íbamos atacándonos entre nosotros, sin continuidad en los relevos. Por suerte empezamos a entendernos aunque muchos relevos fuesen “de peseta” pero al ser muchos y al insistir más los dos equipos que antes os he dicho, fuimos haciendo camino.

Pasamos el puerto de Erro y entramos en un duro terreno lleno de repechos hasta el puerto de Artesiaga donde se desató la batalla final. Los belgas estaban muy fuertes y se fueron dos pero uno se caería bajando y se unirían al que quedaba otros 3, cogiendo mi grupo con otros 4 al accidentado. Nos pusimos a dar fuertes relevos para volver a coger y lo hicimos a pie del último puerto, juntándonos de nuevo 10, con los 3 belgas de nuevo que ya empezaron a meter miedo. Ahí empecé a notar yo falta de gasolina, el pulso llevaba todo el día muy alto y había gastado mucho, ¡pero estando ahí no iba a darme por vencido!

Empezaron los ataques en el puerto. Me puse a mi ritmo, neutralizándolos poco a poco, hasta que a falta de 2km tuve que bajar un puntito porque veía que no acababa. El depósito vacío del todo a pesar de comer mucho y beber aún más pero el hecho de haber empezado ya vacío la Vuelta me pasó factura en ese momento, porque las piernas no se quejaban mucho. Llegué a meta 8º cediendo 35” pero recuperando las ganas de hacer una buena carrera y de pasar al ataque en los días posteriores.

Así, el cuarto día salí concentrado en llegar al nuevo final en alto en perfectas condiciones. Comer, beber, y a rueda de los belgas, que vaya como tiraban. La carrera totalmente controlada, todos los cortes eran neutralizados o dejados a tiro de piedra. Al paso por los pueblos nos enlatigaban bien y parece que sin despeinarse viendo como bajaban y subían bidones. Llegó San Miguel de Aralar y Arkaitz Durán quiso desquitarse del tiempo perdido el viernes arrancando de lejos lo que me hizo dudar ya que los comienzos violentos de los puertos no son mi fuerte pero pronto encontré mi ritmo y arranqué al grupo donde estaba para ir remontando en los últimos km y terminar 10º subiendo al 5º en la general.

Tras los 2500m ascendidos del sábado ya empezaban a doler las piernas pero las ganas que tenía de seguir progresando y disfrutando de la bici hicieron que me olvidara de ello y me centrase en luchar por la última etapa. Otra oportunidad de terminar más contento la vuelta aún después de lo mal que lo había pasado. De nuevo los belgas controlaron todo hasta los últimos puertos y allí estuve atento a los movimientos importantes pero guardando fuerzas para el duro final en el repecho de Pamplona. Fue una pena que no cogiesen los belgas con la ayuda de mis compañeros del Super Froiz a Durán, que de nuevo fue el más fuerte pero me quedé impresionado con la forma de tirar de los Lotto.

Llegado el último repecho arranqué desde abajo buscando picar tiempo ya que la victoria era imposible. Logré sacar 4” al pelotón pero me remacharon un belga y De Mateos que salieron a mi rueda. Hice 4º en la etapa y 4º en la general pero lo que es más importante, muy satisfecho por haberle dado “vuelta al cuerpo” y haber pasado una situación difícil. ¡Si me dicen esto alguien el primer día, le habría llamado loco! Así que ya sabéis, a veces hay que confiar más en nosotros mismos y tener paciencia…¡si siembras, recoges!

Ahora, con más ganas aún de dar pedales, estoy descansando para correr en Portugal del 8 al 10 el GP Abimota con profesionales. Aquí os dejo una pequeña entrevista que me hicieron mis amigos de Desde La Cuneta.

¡Un saludo a todos!