Hubo un tiempo en que casi todos los habitantes de la Meseta iban de vacaciones a Benidorm. Y algunos recordarán con nostalgia aquellos viajes a Punta Cana o Riviera Maya antes de que la crisis nos devolviera a los fines de semana en la sierra -que también tienen su puntillo- y lo más cercano al exotismo caribeño que vemos ahora sean las Canarias o, con suerte, Ibiza.
¿Y a qué viene todo esto? ¿Qué tiene que ver con el ciclismo? Pues, simplemente vengo a decir que hay lugares que se ponen de moda y visitarlos es casi obligatorio. Algo así le está pasando a Sierra Nevada, que prácticamente se ha convertido en la Punta Cana del ciclismo. Con la diferencia de que los ciclistas viajan a este enclave andaluz no a descansar, sino a machacarse para preparar carreras.
La fiebre ‘granaína’ parece no tener fin. En sólo unas semanas se ha juntado allí un nutrido grupo de ciclistas concentrados en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), situado a 2.500 metros de altitud para hacer entrenamientos especiales. Sin ir más lejos, quien se aventure a pedalear por las carreteras de Sierra Nevada puede encontrarse con buena parte del equipo Movistar, encabezado por Alejandro Valverde y José Joaquín Rojas, las dos estrellas murcianas. Con ellos están Erviti, Iván Gutiérrez, Rubén Plaza y Rui Costa. Tras una semana de adaptación, ahora empezarán a darse caña en serio.
Otro aspirante al Tour de Francia que se ha estado preparando en las instalaciones andaluzas ha sido el mismísimo Andy Schleck, con Haimar Zubeldia. Su hermano Frank, que en principio iba a ir con él, tuvo que partir hacia el Giro y el resto de la historia lo conocemos todos. También ha habido un ciclista local en las alturas: Luis Ángel Maté, que ha bautizado Sierra Nevada como “la Ibiza del ciclismo” en su Twitter y que comparte concentración con Rein Taaramäe. El estonio prepara el Tour de Francia tras superar un inicio de año lleno de lesiones. Los dos Cofidis han compartido entrenos con Valverde. “Va algo rápido, sí”, comentó Maté. Este miércoles, el ‘Lince andaluz’ y Taaramäe dejaron el CAR para volar a Estonia.
Los últimos en llegar han sido los del Rabobank. Robert Gesink, tras triunfar en California, se pegó un viaje por medio mundo en 30 horas junto con otro joven que también intentará hacer una buena general en la carrera francesa: Steven Kruijswijk. Luis León prefirió descansar dos días en Murcia y el jueves partió también a Granada.
Puertos encadenados en pocos kilómetros y buen clima
Pero, ¿qué tiene Sierra Nevada que atrae a tantos ciclistas de elite? Además de las instalaciones del CAR y un pueblo como Pradollano -que ahora no está en temporada de esquí pero permanece con cierta vida todo el año-, lo mejor de Sierra Nevada es su clima. Estando tan al sur de Europa se contagia del buen tiempo que reina en Andalucía entre mayo y octubre, lo que permite hacer buenos entrenos en altura y sin sufrir las inclemencias meteorológicas, con muchas horas diarias de luz solar y buena temperatura mientras no caiga la noche.
Bueno, salvo este pasado domingo. El termómetro bajó como unos 20 grados en sólo 24 horas y el lunes la sierra amaneció cubierta de un manto blanco. De hecho, Valverde, Rojas, Taaramäe, Maté y compañía tuvieron que quedarse haciendo rodillo en el CAR porque estaba cayendo una buena manta de agua, granizo y nieve.
Además del buen tiempo, otra de las ventajas de Sierra Nevada es el terreno. En muy pocos kilómetros nos encontramos con carreteras en las que se pueden hacer hasta encadenados que tienen poco que envidiar a las etapas alpinas del Tour.
Por poner un ejemplo, imaginemos una ruta ‘cortita’ saliendo desde el CAR. Bajada hasta la Vega de Granada -donde, en el inusual caso de que los ciclistas quisieran hacer llano, tienen terreno de sobra- y, desde Huétor-Vega, subida al durísimo Alto del Purche, que dicho así no sonará a muchos pero como Alto de Monachil se hace más familiar. Nos encontramos ante un puerto de 12,5 kilómetros al 6,2% de media. Que puede parecer poco, pero los primeros cuatro kilómetros son al 2%, así que toda la dureza -con máximas del 17%- se concentra del km. 4 al 11. Un Xorret de Catí a lo bestia.
Bajamos el Purche y llegamos casi a Pinos Genil, donde empieza el puerto de mayor coeficiente APM (549) de toda España: el Veleta. 44 kilómetros de subida hacia el cielo en la carretera asfaltada más alta de Europa que lleva hasta los 3.367 metros, junto al observatorio astronómico. Ya le gustaría al Stelvio. Es la vertiente que se utiliza en la Vuelta a España, aunque la carrera suele llegar ‘sólo’ hasta Pradollano. Desde ahí todavía quedan 14 kilómetros a una media del 7,5% y con la altitud haciendo de las suyas.
Todo eso es por la cara norte, la que mira a Granada. Al otro lado también encontramos subidas, más suaves pero con hasta 35 kilómetros seguidos. Por ejemplo hasta la localidad de Trevélez, situada a casi 1.500 metros de altitud, o al Refugio Molina (a 1.900) donde muere la carretera para dar a un camino que, si se asfaltara, posibilitaría cruzar la sierra por la mitad en bici. En esta última ascensión tenemos 10 kilómetros con un 7% de media.
Para rutas más largas hay otro montón de puertos que pillan muy a mano: La Ragua (2.041 metros y más de 20 kilómetros de subida), el mirador de la Cabra Montés (17 kilómetros al 6% de media) o la ascensión a Lújar que se empieza en el pueblo de Órgiva a 300 metros de altitud y acaba a 1.872 tras 22 kilómetros cuesta arriba al 7,5% de media, 19% de pendiente máxima y seis mil metros donde no se baja del 10%.
No es de extrañar que tantos equipos elijan este rincón del sur para preparar los grandes objetivos de la temporada. Y sirvan como ejemplo todos los ciclistas que han pasado en estas últimas semanas por Sierra Nevada. Una muestra en miniatura del pelotón de máximo nivel.