Sexta etapa del Giro de Italia y el todopoderoso equipo Lampre ya portaba la maglia rosa. No se trata de Michelle Scarponi, por suerte para Giuseppe Saronni tampoco de Damiano Cunego. El afortunado era uno de los jóvenes talentos del equipo y del ciclismo italiano, pero su nombre no es Diego Ulissi. El invitado especial a la fiesta se llama Adriano Malori.
Adriano Malori (Parma, 20/01/1988) es una especie de ciclista rara avis. Italiano, joven y prometedor, hasta aquí todo normal. Sus atributos como ciclista sin embargo lo sitúan lejos del estereotipo de esa nueva hornada de coetáneos y compatriotas que ya asoman la cabeza en medio de uphills empinados o se dan de codazos con los que son sus ídolos de la infancia en las volatas. Su especialidad es la contrarreloj, uno de los mejor situados para poner en entredicho la hegemonía del ciclismo anglosajón en esta disciplina.
El idilio con la cabra viene de lejos. En el año 2006 -siendo junior- se hizo con el Campeonato italiano contrarreloj en la categoría, haciendo segundo en la disciplina de ruta (por detrás únicamente de Alfredo Balloni. ¿Les suena?). El mismo año acabaría tercero en el Campeonato de Europa CRI disputado en Valkenburg. Ya compitiendo como U23 un sinfín de buenas posiciones lo avalan, a destacar el triunfo en el Campeonato de Italia de contrarreloj en 2007 y 2008, el Campeonato de Europa contrarreloj en 2008 y del mundo contrarreloj en Varese, también en 2008. Esa triple corona significaba la confirmación del mayor talento contra el crono que venía desde abajo, paradójicamente desde Italia. Ciclistas como Patrick Gretsch, Cameron Meyer, Kristjan Koren, Rui Alberto Costa, Brian Bandborg, Daniel Oss o Edvald Boasson Hagen ya probaron la medicina de Malori antes de dar el salto a profesionales.
Este salto tuvo lugar en el año 2010 con el equipo Lampre-Farnese Vini. El joven Adriano con 22 añitos hizo tercero en el Campeonato de Italia CRI, y segundo en la crono individual de la Bayern Rundfahrt, lo más cerca que estuvo de la victoria en su debut. A destacar una anécdota de esa misma temporada, en la que quedó en último lugar del Tour de Francia a más de 4 horas del vencedor Alberto Contador. Su primera victoria en el campo profesional llegaría en 2011 en la crono de la Semana Internacional de Coppi y Bartali, 3 meses antes de conseguir su primera tricolore CRI, lo que a su vez impedía a Marco Pinotti conseguir su quinto triunfo consecutivo.
El último hito en la carrera de Malori -probablemente el más importante desde que compite en el campo profesional- acaba de producirse en la presente edición del Giro de Italia, donde consiguió colocarse la maglia rosa tras la disputa de la sexta etapa con final en Porto Sant´ Elpidio. Gracias al buen hacer en los días anteriores durante buena parte de la etapa se convertía en líder virtual gracias a una fuga, situación que no desaprovechó siendo segundo en meta, aprovechando la bonificación y todo ello pese a estar lejos del ganador Rubiano. Aquella circunstancia valía, sea como fuere, para vestir de rosa. Si bien es cierto que la alegría no iba a durar más de un día –un Malori castigado por el esfuerzo de la jornada anterior se dejaba llevar a 15km de la meta de Rocca di Cambio- no menos cierto es que otro joven talento se deja ver en una GT.
Adriano Malori, de 24 años, con elegante planta de rodador y un talento innato para la lucha contra el crono se postula de esa forma, por qué no, como un futuro aspirante para las GT. Goza de la libertad y el margen de mejora que le otorga su edad, y también de la confianza de su equipo –Malori afirmaba en una entrevista concedida a la Gazzeta que desde el seno del equipo Lampre le habían dado la libertad para intentar llegar de rosa lo más lejos posible-. Fuerza, talento, progresión, ganas. El futuro es suyo.