La espectacular victoria en el prólogo de Taylor Phinney en Herning y la consiguiente maglia rosa prácticamente justificaban la presencia de BMC en el Giro d’Italia. Sin los Gilbert o Evans y sin ninguna baza medianamente sólida a la general el megaequipo suizoamericano no le quedaba sino esperar alguna genialidad de dos genios como Ballan o Hushovd. Pero por sorpresa, durante la sexta etapa saltaba la noticia. Poco después de conocer el abandono de Romain Feillu se sabía que, tras haber dado síntomas de flaqueza ayer en una etapa que en condiciones normales no hubiera tenido problemas para disputarla en el sprint, Thor Hushovd abandonaba el Giro.
Al campeón noruego no hay que descubrirle ahora. Fue un grandísimo sprinter y es ahora un grandísimo clasicómano con una muy buena punta de velocidad, que viendo su evolución como ciclista se ha ido reconvirtiendo en un ciclista que corre las vueltas por etapas como si de clásicas se tratase. Rememorando las exhibiciones camino de Gap y Lourdes en el Tour’11 no es extraño decir que todos esperábamos que Thor nos regalase alguna jornada épica de ciclismo. Pero no ha sido así.

Photo: © Roberto Bettini
El noruego ha puesto pie a tierra y ha acabado de consumar el desastre que ha supuesto para él sus primeros meses en el equipo BMC. Llegaba por fin consolidado como una estrella de primerísimo orden, aunque lo cierto es que desde que ha empezado la temporada ha estado realmente lejos de demostrarlo. Desaparecido en Paris-Nice y completamente superado por la actuación de Tom Boonen en las piedras, la temporada de clásicas acababa para él otra vez sin el Monumento que hace años que persigue sino también con la decepción de no haber podido pelear por él ni en Oudernaarde ni en Roubaix.
De este modo se presentaba el Giro d’Italia como el perfecto punto de inflexión para encontrar la dirección exitosa que seguían sus últimos años. Al contrario de lo sucedido en 2011, donde con el arcoíris en el pecho se le vio muy poco activo en los sprints, sorprendió verle disputando las volatas ante Cav’s y Goss, aunque sus débiles arrancadas fueron más bien fuegos de artificio, así que se esperaba de él que mostrase su mejor versión en una de esas etapas de media montaña que ha acabado haciendo tan suyas. Pero no, Thor Hushovd ha puesto pie a tierra.
Su llegada a BMC puede considerarse hasta el momento un auténtico fracaso tras unos años en que todo le sonreía y habrá que ver si compartir equipo con Gilbert y Evans le afecta durante el Tour; luego llegarán los Juegos Olímpicos y será difícil que tenga opción en una carrera diseñada para que Mark Cavendish se corone en Londres. No parece que el futuro próximo pinte demasiado bien para el noruego… Que nos devuelvan a nuestro Thor.