Cuando nació hace dos años el llamado calendario WorldTour todos los equipos lo tuvieron claro, para estar en la élite del ciclismo había que conseguir -y en algunos casos por lo civil o lo criminal- una licencia ProTour que les diese el pase automático a todas las pruebas que estuviesen dentro de ese calendario WorldTour. ¿En qué se traduce dejando de lado el neolenguaje de la UCI? Para asegurarse el Tour hay que tener la licencia, por mucho que luego toque ir a correr a lugares donde no haya demasiado interés.

El mejor ejemplo es el caso de Euskaltel – Euskadi, que desde hacía un tiempo había decidido que el Giro d’Italia iba a quedarse fuera de su planificación. Con Samuel Sánchez luchando por hacer buenos Tour e Igor Antón cada vez más capacitado para brillar en la Vuelta, el equipo vasco ni siquiera solicitaba plaza. Pero con la llegada del WorldTour, a pesar de intentarlo hasta el último momento el equipo vasco se vio obligado a participar en la Corsa Rosa.

Su respuesta no pudo ser mejor. A principio de Mayo’11 se plantó en Italia un equipo capitaneado por Igor Antón y con Mikel Nieve de escudero. Tras la Vuelta’10 parecía que ambos habían dado un paso adelante, uno para luchar por las vueltas de tres semanas y el otro para ser el gregario que todo líder necesita. A pesar de perder tiempo en la crono por equipos de Turín, el bloque vasco jamás perdió la cara a la carrera, y con la llegada de los Dolomitas llegó el delirio naranja. Primero, el día de la supresión del Crostis con la victoria de Antón en el Monte Zoncolan, y al día siguiente, mientras Fuji perdía sus opciones de podio, con la exhibición de Nieve en el Refugio de Gardeccia en una de las jornadas de ciclismo más bonitas que se recuerdan. Tras la descalificación de Contador, el líder de equipo al que se le hizo eterna la tercera semana acabó 17º, y un fondista como Nieve 10º. Luego lo pagaron en la Vuelta, pero para no querer ir al Giro no les salió mal la jugada.

Pero por desgracia el noble Giro de los hombres de naranja es rara avis en el ciclismo. Aquella fue la decisión que tomó Euskaltel – Euskadi, y otros han buscado italianizar sus plantillas para acudir con mayores garantías a la Corsa Rosa, como Movistar con la llegada de Giovanni Visconti o los franceses de Ag2r – La Mondiale con la llegada de Manuel Belleti, dos equipos que el año pasado tuvieron muy buena actuación y que aspiran a mejorar en territorio italiano. Y es que las plantillas -en los casos de los equipos más modestos- son cortas y los directores prefieren apostar sobre seguro y dejarse de experimentos en lugares donde no acuden de buen gusto.

Este año parece ser que el Giro, la carrera que por dureza y posición en el calendario más desgasta a los que la corren, volverá a ser testigo de nuevas calamidades. Se hace muy extraño que con la plantilla del existoso Omega Pharma – QuickStep, polivalente donde las haya, la mejor carta a jugar sea la general de Cataldo, cuando es muy probable que en el Tour se solapen las opciones de buenos vueltómanos. Otro caso a estudiar es el de Lotto – Belisol, en el que ninguno de sus grandes referentes acudirá, con Greipel haciendo un calendario muy diferente al de Cav’s y reservando la dupla Jurgen Van Den Broeck – Jelle Vanendert para el Tour; la cuestión que surge es si podrá Gianni Meersman justificar el Giro de los loteros. Y doliéndonos mucho, también en esta ocasión merecen un palo nuestros pirados de Vacansoleil – DCM, que dejan en casa a toda su plana mayor y deberán encomendarse a un sprint de Romain Feillu que no parece el mejor momento para que llegue o una jugada maestra de De Gendt, que acude al Giro por la coincidencia del Tour… con su boda.

Pero si alguien merece un comer aparte es el equipo de Bruyneel, por no hablar del Team Saxo Bank de Riis y sus circunstancias. La lesión de Fulglsang y la consiguiente entrada de Fränk Schleck da algo de brillo al nueve de RadioShack – Nissan, que antes de este cambio dejaba en casa a, atención, los hermanos Schleck, Horner y Klöden, siendo todos ellos candidatos a podium.

Y mientras tanto la Acqua&Sappone de Garzelli o los escarabajos de Colombia Coldeportes comandados por Fabio Duarte, dos equipos que podrían haberle dado muchísimo juego al Giro estarán viéndolo por la tele…