Este año el equipo Cofidis empezaba una aventura que ya tenía pensada desde el verano de 2008, renunciar a la licencia Pro Tour para centrarse en carreras francesas y de menor nivel. El resultado ha sido más que positivo, 22 victorias así lo atestiguan, una de las mejores marcas de la historia de la formación que se fundó allá en 1997. El rendimiento en general del equipo ha sido bastante correcto, la única mancha en la temporada han sido los pobres resultados de corredores de los que se esperaba más. Los jóvenes Taaramae y El Fares no han dado el paso al frente que se esperaba de ellos.

La primera parte del año fue la más exitosa del equipo. 12 victorias se consiguieron antes de que acabase el mes de marzo. El pequeño Samuel Dumoulin aportaba 5 triunfos en esta parte de la temporada, lo que le valió durante algunas semanas estar en los primeros puestos en el ranking de victorias, triunfos exóticos como una etapa en Gabón, de importancia como una etapa en la Volta y una etapa y la general de la Estrella de Besseges.

La otra gran referencia del equipo en estos todavía fríos meses fue el joven belga Jens Keukeleire, quien con 21 años conseguía victorias de importancia en el siempre complicado calendario belga. Pruebas de un día como la Nokere Koerse y Le Samyn y la general de los 3 días de Flandes Occidental inauguran el palmarés de un corredor que los próximos años dará mucho de que hablar.

Llega Mayo y con ello la primera grande, el Giro de Italia. El mes anterior el equipo no había cosechado grandes resultados, la victoria de Sebastian Minard en la Paris Camembert fue lo más destacado. Para el Giro la figura más destacada del equipo era David Moncoutie que a sus 35 años debutaba en la carrera italiana y buscaba con una victoria de etapa completar así el trío de victorias en grandes vueltas, pero nunca llegó a estar cerca de la ansiada victoria. Sin embargo el equipo no se fue de vacio, el día que la carrera llegaba a Peio Terme, Damian Monier encontró la gloria tras estar atento a los cortes en el grupo de cabeza y sentenciar a sus compañeros de fuga en el repecho final.

El siguiente objetivo en el calendario era el Tour de Francia. Días antes de empezar la Grande Boucle, Moncoutie, quien decidía renunciar al Tour para centrarse en la Vuelta, había conseguido una victoria de etapa y la general en la Ruta del Sur. En el Tour la consigna estaba clara, había que buscar fugas e intentar no irse con las manos vacías, pero esta vez las cosas no salieron bien. Nunca se estuvo realmente cerca de conseguir una victoria y hombres como Moinard o Taaramae no se mostraron al nivel que se les presupone.

Para acabar la temporada la Vuelta, que últimamente parece la carrera preferida del lider de este equipo. Moncoutie en las 2 ediciones anteriores había conseguido victorias de etapa y llevarse la clasificación de la montaña y como hombre de costumbres que es no quiso faltar a su cita. En Xorret de Catí -donde el año anterior cierto compañero de equipo empezó a ser conocido como Petaamae- lograba hacerse con su victoria de etapa habitual y días más tarde volvía a recoger el maillot de los escaladores en Madrid. Aquí es donde el equipo galo dio prácticamente por cerrada la temporada.

En conclusión se puede valorar la temporada como positiva, buen numero de victorias, incluyendo etapas en Giro y Vuelta y descubrimiento de nuevos valores como Keukeleire. La nota menos positiva es que algunos corredores como Taaramae (a pesar de ser 3º en la Volta y 7º en Paris Niza) y El Fares (sólo ha ganado una etapa en el Tour del Mediterráneo) no han cumplido las expectativas. Son corredores que por potencial deberían estar los próximos años entre la élite mundial. Respecto a los movimientos en la plantilla de cara al año que viene, serán bajas corredores de cierto peso en el equipo como Kern, Minard, Pauriol y sobre todo Moinard. Para suplirlos el fichaje más destacado es el de Nicolas Vogondy.

Álvaro Ferreiro