1. El desplome de los favoritos. Lieja repitió el mismo escenario vivido en la Amstel Gold Race. Salvo Vincenzo Nibali el resto de favoritos sufrió un desplome en toda regla. Valverde, los hermanos Schleck, Joaquín Rodríguez, Philippe Gilbert o Jelle Vanendert se vieron superados sin poder remediarlo. Sin un favorito claro, los outsiders tuvieron su oportunidad como demostró Maxim Iglinskiy.

2. Maxim Iglisnkyi. El kazajo es un corredor todoterreno como se pudo comprobar en el día de ayer. Ganador de la Strade Bianche o capaz de realizar top10 en Sanremo, Harelbeke, De Ronde o Gent-Wevelgem, se llevó la victoria de su día. El zorro de Astaná aprovechó su oportunidad y en una lucha de uno contra uno contra Vincenzo Nibali decantó la balanza hacía su lado llevando la sorpresa a la línea de meta en Ans.

3. Valentía sin premio. Primero le ocurrió en Lombardía, segundo en Sanremo y ahora en la Liège-Bastogne-Liège. Vincenzo Nibali conservó la actitud ofensiva en el día de ayer y tras demarran en la Roche aux Facons le sobraron tres kilómetros para poder imponerse en su primera gran clásica. Su postura valiente y decidida se quedó sin recompensa.

Una cabalgada sin éxito © Sirotti

4. Lluvia en Lieja. El recorrido, duro de por sí, se vio acompañado por una lluvia intermitente que melló las condiciones de los participantes. La meteorología no acompaño la prueba y pudo ser uno de los condicionantes para que se viesen pocos movimientos en cabeza.

5. Superioridad de Astaná. Sin orden ni concierto, pero superiores en número. El Astaná sin una clara táctica encontró con las figuras de Maxim Iglinskyi, Enrico Gasparotto y Robert Kiservloski una superioridad número en el momento clave de la carrera. Durante el tríptico, la escuadra kazaja se ha mostrado como la más sólida ante la sorpresa del resto. Sin grandes nombres pero con mucha clase media han logrado dos victorias sobre tres.

6. Roche aux Facouns. Desde su inclusión en 2008 está considerada como el momento clave de la Liège-Bastogne-Liège restando todo el protagonismo de antaño a La Reduote. En ella vimos el ataque decidido de un Vincenzo Nibali mientras el resto de favoritos sólo podía contemplar como el siciliano ponía rumbo en solitario hacia Lieja.

7. Los hermanos Schleck. Sin actitud. Tanto Fränk como Andy perdieron toda opción de victoria muy lejos de la meta en Ans. Ni la carrera fetiche para ambos ha podido salvar un aciago comienzo de temporada para la pareja luxemburguesa. Sus ciclos encomendados al Tour de Francia hace que el resto de calendario pase desapercibido para el pequeño de los Schleck. Fränk, por su parte, parece contagiarse cada vez más de tan pésima actitud.

Stockeu, único lugar donde se vio a Andy con cierta actitud © Sirotti

8. La barrera de los 200 kilómetros para Joaquín Rodríguez. Lo vivimos en la Amstel y se volvió a repetir ayer. Puede ser una simple casualidad pero en las dos clásicas del tríptico que superan holgadamente los 200 kilómetros Purito pinchó en su parte decisiva. En la clásica cervecera falló en el Cauberg, en Lieja no pudo seguir el ritmo de Iglinskyi en Saint Nicolas con toda la carrera favorable para él.

9. El rey destronado. Philippe Gilbert cerró el tríptico siendo incapaz de defender ninguna de las tres victorias conseguidas la temporada pasada. Con actitud pero sin fuerzas. Pese al control que ejerció el BMC el valón se quedó sin fuelle en Saint Nicolas pero dejó patente el peso que ejerce sobre el resto de favoritos.

10. Kazajistán supera en el palmarés a España. Con la victoria de Maxim Iglinskyi unida a las dos conseguidas por Alenxandre Vinokourov, el país asiático supera en el palmarés a nuestros ciclistas que solamente cuentan con las victorias de Alejandro Valverde en 2006 y 2008. El favoritismo de los ciclistas españoles en la última década no acaba de plasmarse en el palmarés de La Doyenne.