La temporada 2010 se presentaba para el equipo Vacansoleil como la oportunidad idónea para consolidarse como uno de los equipos punteros en la categoría profesional antes de dar el salto definitivo al ProTour. Los resultados en general han sido buenos, pero como ya se explicó en “El maltrato a la ilusión” el principal quebradero de cabeza que ha ido recibiendo el equipo holandés han sido las constantes denegaciones de invitación a muchas de las pruebas a las que aspiraba competir.

En el capítulo de incorporaciones destacaron, por encima del resto dos figuras, los hermanos Feillu. El mayor, Romain, un menudo sprinter que pese a no haber conseguido resultados más allá de carreras menores francesas, era pieza importante para que llegara el menor de los hermanos, Brice, un espigado ciclista capaz de sorprender en la alta montaña como hiciese en el Tour 2009 en Andorra. La llegada de ambos tenía una finalidad clara que no se pudo conseguir, una plaza entre los 22 equipos que el 4 de Julio saldrían desde Rotterdam en el Tour de Francia.

La temporada se presentaba muy larga, con intención de rendir desde Febrero a Octubre. Y así fue, nada más empezar Hoogerland rozó la victoria en la Apertura Marsellesa y Bozic consiguió dos victorias en la Estrella de Bessèges, a las que siguieron otras victorias entre las que destaca el triunfo de Bobbie Traksel en la Kuurne-Bruselas-Kuurne. Llegaba el momento de París-Niza, donde el equipo no se mostró para nada a la altura, así que el siguiente bloque era el de las clásicas del pavé.

Bobbie Traksel

foto: cyclingweekly.co.uk

O lo que en Vacansoleil significa ‘territorio Leukemans‘. Con una segunda posición en la A través de Flandes, pero sobre todo con una cuarta posición en el Tour de Flandes y una sexta en la París-Roubaix, el flamenco había cumplido con creces la expectativas del equipo para la primera quincena de Abril. Para la segunda, la de las clásicas ardenesas, no había expectativas tan altas, y pese a tomar la salida únciamente en la Amstel Gold Race se consiguió una meritoria octava posición de la mano de Marco Marcato.

Con la llegada de Mayo y la no presencia en el Giro, el equipo se tomó un descanso general para afrontar lo que quedaba de temporada con más fuerza todavía, de modo que durante la siguiente fase de temporada serían otros corredores los que deberían tomar el peso del equipo, por lo que fueron Marcato y Carrara, con una buena actuación del primero en el Tour de Suiza, y la victoria del segundo en el Tour de Luxemburgo por delante del local Fränk Schleck. Además Romain Feillu empezó a asomarse en las primeras posiciones de los sprints, aunque sin conseguir triunfos.

Y tras el Tour y la llegada de Ricardo Riccò, empezó el recital Vacansoleil, brillando allí donde competían hasta final de temporada. Así consiguieron ganar el GP de Fourmies (Romain Feillu), Druivenkoers – Overijse (doblete Leukemans-Marcato), etapas en el Tour de Gran Bretaña (Bozic y Poels, además de la segunda posición general del esloveno), la Coppa Sabbatini (doblete Riccò-Marcato), además de las segundas plazas de Romain Feillu en la París-Bruselas y la París-Bourges y de Riccò en el GP de Valonia.

foto: velonation.com

En líneas generales el balance es muy bueno para un equipo holandés que intentará el año que viene repetir resultados en carreras más importantes. Para ello se refuerza con Devolder y Mosquera, además de la continuidad de Riccò, mientras que la única de las pérdidas importantes es la de un Brice Feillu, que tras haber decepcionado esta temporada toma rumbo a Luxemburgo para enrolarse en las filas del nuevo equipo de Kim Andersen y de los hermanos Schleck.

En definitiva, la temporada de Vacansoleil, un equipo joven y ambicioso, puede resumirse en que paso a paso (adelante y detrás) va creciendo y seguirá creciendo, con el objetivo de acabar siendo uno de los importantes en el panorama ciclista, veremos si el año próximo siguen el mismo camino.

Xavier Andrés