Giovanni Visconti (Turín, 1983) debe ser uno de los protagonistas del ‘Tríptico de las Ardenas’. El campeón italiano acudirá con la confianza que le ha otorgado su triunfo en la Klasika Primavera de Amorebieta. ¿Cuál será su misión? Él deja claro que trabajar para Alejandro Valverde en las pruebas en las que éste participe, pero dejando claro que si Movistar le necesita como jefe de filas, estará listo para la batalla.
Por fin llegó la victoria, ¿te sientes liberado?
Sí, es una liberación, porque llevaba un mes encontrándome fuerte, pero he tenido problemas, siempre ha pasado algo que me ha obstaculizado. Los resultados buenos no han llegado. En el Tour de Flandes sufrí un virus dos días antes, que hizo que andara mal. Por fortuna me he recuperado, me he mentalizado de que tengo que hacerlo bien, porque se acercan estas tres carreras en la Ardenas, que son muy importantes.
El equipo trabajó muy bien para ti, pero especialmente valioso es que lo hiciera Valverde
Es algo muy bonito, ya lo dije por Twitter que era tremendo tener un equipo así de grande, que te echa una mano para ganar. Además, tener un compañero como Alejandro, que se pone a tu disposición en el final es increíble. No ha hecho falta que habláramos entre él y yo. Quería estar conmigo, está claro. Él sabe que una victoria es importante, sea en la carrera que sea, y que me vendría muy bien para la moral. Sabe que puedo ser un hombre fundamental para él en Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja, y por ello no ha hecho falta hablar nada. Es una de las victorias que más recordaré, porque he llegado a meta junto a dos compañeros de equipo que han trabajado para mí.
¿Cómo llega Giovanni Visconti a las Ardenas?
Llego bien a estas carreras. La condición está, las piernas están bien, la moral es buena. Llego a tope para las clásicas. En la Amstel no sé si estará Valverde, por lo que es posible que corra como líder, y me siento preparado. En las otros dos, está claro que Alejandro estará para vencer, y estaré a su disposición. Mi objetivo era dar un salto de calidad en Movistar, y eso puedo conseguirlo ayudando a Valverde en el final de una carrera larga y dura como Lieja. Lo único importante no es ganar o quedar segundo o tercero. Trabajaré encantado para Alejandro si se da el caso de que esté bien. En las clásicas en las que esté él, haré lo que sea necesario: estar listo para trabajar para Valverde o para buscar un buen resultado.
¿Cuál de las clásicas puede ser mejor para ti?
La que me mejor me viene es la Amstel. Me recuerda un poco a Flandes, sólo que sin pavés. Es una carrera en la que hay que estar siempre delante, y hay muchas cotas pequeñas, y la llegada se adapta a mis cualidades. Pero honestamente, la más bonita es la Lieja. He tenido la suerte de reconocerla para estudiarla junto a Bettini un día antes de correrla. La conozco muy bien, pero en este momento sería un objetivo un poco exagerada para mí. Seguramente podré llegar a luchar junto a los mejores, trabajando para Alejandro, pero no para ganar.
Corriste en las Ardenas con Bettini durante tu etapa en Quick Step, ¿te influyó mucho?
Sí que ha sido importante. Se transformaba cuando llegaban las Ardenas, era otra persona. He tenido la suerte de haber estudiado en la habitación los recorridos junto a él. Así he conseguido enamorarme de estas carreras, sabiendo todo lo que significaban para él.
En la Amstel se sube el Cauberg, que a su vez será decisivo en el Mundial…
Será un buen test este domingo, sí. Aunque dos kilómetros después de coronar el Cauberg, cambia todo completamente. Para un corredor como yo, me conviene más la llegada del Mundial que la de la Amstel. Prefiero una llegada donde haya una subida próxima a la meta. Bettini ya me ha llamado, y me ha dicho que pruebe en la Amstel a modo de test pensando en el Mundial
Te gustan las Ardenas, pero siendo más joven no conseguiste buenos resultados allí
No es que fuera tan joven, pero soy un ciclista que ha crecido poco a poco, cada año un poco mejor. Tengo 29 años, y seguro que física y mentalmente me siento preparado para hacerlo mejor que nunca de ahora en adelante. He madurado físicamente un poco más tarde que otros, y ahora me siento mucho más tranquilo de cabeza. He estado tres años en Farnese Vini, y el motivo principal ha sido que con 25 años vi que no estaba listo para dar el salto de calidad para estas carreras. Quise dar un paso hacia atrás y de todas formas he tenido muchas responsabilidades como líder que otros no tendrían. Lo hice con la intención de mejorar como líder, y allí aprendí a saber comportarme con los compañeros y saber agradecer el esfuerzo de los demás.
Todo el mundo reconoce que el Movistar Team es un equipo muy unido
El ambiente es muy sereno, tranquilo. Es un gran equipo, un espónsor muy fuerte, pero a nivel interno se comporta como una pequeña familia. Mira mi ejemplo: me ficharon para conseguir números y victorias, y no me han metido ningún tipo de estrés, a pesar de no haber ganado hasta ahora. Eusebio me ha dicho que no me preocupara, que la forma terminaría llegando poco a poco, siempre me ha tranquilizado. Llegar a Movistar ha sido la mejor elección que podía haber tomado en mi vida. Tuve otras ofertas, como la de Omega Pharma-Quick Step, pero pensé que este equipo se adaptaba mejor a mi carácter.
¿Existe la misma presión corriendo en un equipo español que en uno italiano?
(se piensa la respuesta) Seguramente, menos presión. En Italia siempre hay más competitividad, siempre se quiere hacer bien, especialmente en una escuadra Profesional Continental, porque el organizador del Giro tiene que ver cuáles son los equipos que van más fuertes. Por los resultados, este año no he partido tan fuerte, pero es porque he tenido que soportar menos estrés. Sin embargo, tal y como me veo, tengo claro que voy a llegar como nunca a las Ardenas.
Siempre has admirado a Pablo Lastras, ¿cómo es tu relación con él, ahora que corréis juntos?
Pablo es una persona espléndida, incluso fuera de la bicicleta. Es un buen amigo y digamos que ha influido el destino. Durante el primer año, cuando íbamos en grupo, no sé por qué, pero venía a mi lado a decirme que me veía como un corredor que tenía clase, que debía tener la mentalidad justa porque yo podría ser un campeón. ¡No sé por qué lo hacía conmigo! Y mira, unos años después, nos hemos encontrado y hemos compartido habitación. Es un gran honor para mí, porque Pablo es un artista de la bicicleta, porque lleva la vida 100% de un ciclista, o incluso más. Es un corredor que es el primero en ponerse a disposición de la ‘squadra’ cuando hace falta, y que a la vez sabe vencer. ¡Chapeau! No conozco a ningún otro ciclista que ejerza de gregario, y a la vez sepa ganar.
Y tras las Ardenas, el Giro, ¿qué objetivos te marcas?
Como siempre, intentar conseguir esa victoria de etapa que nunca he conseguido… y más tras lo que pasó el año pasado, que gané una etapa, pero luego no la gané… No puedo pretender pensar en la clasificación, así que lo que me interesa es ganar una etapa.
Tu juventud no fue fácil, y tuviste que esforzarte mucho para ser ciclista. ¿Esos sacrificios te han ayudado para ser mejor ciclista?
Sí, seguro. Todos los sacrificios que haces en la vida te sirven de algo después. Siempre digo que los sacrificios que tuve que hacer con tantos viajes en avión, dormir en un coche antes de una carrera… son detalles que me han ayudado a crear las bases de mi carrera. No sé si será por la mentalidad de la gente del Sur, que es muy fuerte y muy dispuesta al sacrificio.
Cuando fichaste por Movistar, dijiste que querías aprender cuanto antes el idioma y también la cultura española.
A veces no respondo en español, porque tengo miedo de equivocarme… pero soy capaz de expresarme con mis compañeros, que me dicen que he mejorado bastante, aunque el domingo cuando gané hice una entrevista en un español un poco italianizado (se ríe). Lo que no me gusta de España es que la gente cena a las diez, y aquí en Italia a esta hora –sobre 19.45- cuando te cuelgue me voy a cenar ya (carcajada final).
Entrevista de Borja Cuadrado para Cobbles&Hills