La región de Ardenas es una zona montañosa extendida por áreas de los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica y la parte noreste de Francia. Ni que decir tiene que son los belgas quienes se llevan la mejor parte. En primer lugar, porque tienen dos de las tres pruebas que conforman el Tríptico, carreras que suponen casi una fiesta nacional y que se disputan en apenas siete días. Pero sobre todo porque de Bélgica provienen la mayoría de los ciclistas que las ganan.

Este domingo vamos a tener la otra cara de la moneda: la holandesa. La Amstel Gold Race será la encargada de abrir esta semana mágica de cotas y muros. Y los tulipanes anhelan ver que uno de los suyos rompa la sequía de victorias que tiene el país naranja en su día grande de ciclismo. Baste decir que Bélgica es el segundo país con más vencedores de la Gold Race, con 11 triunfos sobre 45 ediciones. En Flecha Valona y Lieja, los Países Bajos suman una y tres victorias. La diferencia es palpable.

¿Y desde cuándo no ven los holandeses a uno de sus héroes alzando los brazos en Limburgo? Pues las últimas victorias tulipanes tuvieron lugar en 1999 y 2001. Primero fue Michael Boogerd, gran jinete y escalador que consiguió un impresionante triunfo frente a toda una leyenda como Lance Armstrong. Justo antes, eso sí, de que el americano se alzara con su primer Tour de Francia. Atacando en el último muro antes de llegar a Maastricht –entonces se terminaba en un suave descenso- los dos sacaron 16 segundos a Gabriele Missaglia, quien completó el podio. El propio Boogerd rozó la proeza de ganar dos años seguidos en 2000, pero Zabel se interpuso en su camino.

Dos años después, en 2001, llegó el turno de Erik Dekker. Y, circunstancias de la vida, el rival que mordió el polvo en aquella ocasión fue otra vez Armstrong. El estadounidense ya tenía dos Tours por aquellas fechas y, aunque se prodigaba poco en el calendario europeo, casi todo lo que corría era para ganarlo. Aquella vez, Armstrong aprendió la lección y quiso arrancar detrás de Dekker. Pero el holandés, que ya era perro viejo, esperó a los últimos 300 metros para lanzar el sprint y Armstrong no pudo con él. Serge Baguet completó el cajón.

Desde entonces, Holanda busca un ciclista que alce los brazos en Valkenburg. Boogerd estuvo en el segundo lugar del podio, a la derecha del ganador, en 2003, 2004 y 2005. Y Kastern Kroon también lanzó al palo en 2009, seguido además de un jovencísimo Robert Gesink. Pero la gloria no llega, y ya pasa una década desde que la afición tulipán celebró un triunfo de los suyos.

Los candidatos

Ahora viene la pregunta inevitable. ¿Tienen los holandeses alguien capaz de ganar esta carrera? Pues fácil no va a ser, eso desde luego. Pero haberlos, haylos. Por ejemplo y por no ir más lejos, el propio Robert Gesink. El problema es que el escalador de 25 años va a llegar más bien flojo. No ha competido mucho, y en Catalunya, su última carrera de nivel, se le vio poco en los momentos decisivos. De hecho, el dorsal ‘1’ de su equipo lo llevará previsiblemente Lars Boom, quien recientemente ha hecho una buena París-Roubaix –sexto al final-. Pero este ciclista es mucho más rodador. De hecho, nunca ha tenido una actuación medianamente decente en esta prueba. Siguiendo con Rabobank, la otra baza es Bauke Mollema. De hecho, es la gran opción del equipo. Viene de hacer podio en País Vasco, un terreno de continuos puertos cortos y explosivos no igual, pero sí parecido al de la Gold Race. Parece la opción más sólida, aunque no esté entre los cuatro o cinco favoritos.

¿Y Lieuwe Westra? ¿Conseguirá este contrarrelojista de casi 30 años dar el salto definitivo? En el Col de Mendé, allá por marzo, fue el mejor. Y tiene más ganas de competir y lograr grandes éxitos que nunca. Dice que quiere saber dónde está su techo. Qué mejor ocasión para comprobarlo y pasar a ser, ahora sí, un gran referente en el pelotón naranja y, por tanto, el internacional. Junto a él estará en Vacansoleil Johnny Hoogerland, cuyas opciones serán escasas. Es un ciclista combativo y que siempre está en todas las batallas, pero un par de escalones por debajo de los favoritos y que además arrastra una ligera gripe. Y veremos cómo evoluciona Wouter Poels, que quizás no para esta edición, pero en un futuro puede ser un hombre a tener muy en cuenta. Eso sí, en principio, el jefe del equipo para la carrera será Mateo Carrara.

Otro equipo holandés, el recién bautizado Argos-Shimano sale con sólo tres locales: De Kort, Dumoulin y Timmer. El primer espada será De Kort, un hombre que todos los años hace buenos puestos pero nunca gana.

Saliendo de los equipos holandeses, también hay varios ciclistas ‘de la tierra’ que deben ser tenidos en cuenta. El primero de ellos es Joost Posthuma. El problema de este pedazo de rodador es que tiene por delante a los hermanísimos Schleck y le va a tocar trabajar para ellos. Sólo en caso de que los dos quedasen descartados para la victoria, y si Bruyneel no decide sacrificarlo, Joost podría entrar en la pelea. Aún así, hay un buen ramillete de ciclistas por delante de él.

Con los vecinos del Omega Pharma estará Niki Terpstra. Gran rodador que en los muros de Flandes echó una mano de incalculable valor a Tom Boonen. En principio tendrá que hacer de gregario para Sylvain Chavanel, pero con cierta libertad y quién sabe si podrá dar la sorpresa. Pero realmente estamos ante uno de los hombres que en un futuro inmediato se jugará el dominio de las clásicas. Principalmente las de pavé, pero también –por qué no- en los muros. Más difícil lo tendrá el veteranísimo Kastern Kroon en el Saxo Bank. Con un equipo más bien flojo y sin ser el de otros años, un triunfo suyo se antoja poco menos que quimérico.

Y por último, los dos del Garmin-Barracuda: Thomas Dekker y Martijn Maaskant. Nunca sabe uno por dónde van a salir. Dekker ha demostrado ser capaz de lo mejor y de lo peor, aunque en este 2012 parece haber encontrado la senda para convertirse en una persona normal. De hecho, hasta ha ganado hace bien poco una etapa del Circuito de La Sarthe. Todo dependerá de lo inspirado que ande el domingo. Y el caso de Maaskant es parecido, aunque a la inversa. En lo que llevamos de año ni siquiera ha entrado entre los 50 primeros de una carrera. Lleva cuatro temporadas sin ganar y, de momento, no parece que este vaya a ser una excepción.

Así pues, Holanda afronta su gran día de ciclismo sin un candidato fijo al triunfo, pero con un buen puñado de corredores con Mollema y Westra al frente que, jugando en casa, quieren sorprender y dar una alegría a su siempre fiel afición. Que once años después, ya va siendo hora.

Víctor Martín