Ion Izagirre (Ormaiztegi, Guipúzcoa) es una de las grandes esperanzas de la cantera vasca. Con 22 años, y tras un arranque de temporada muy esperanzador, nos cuenta lo que siente un ciclista cuando afronta una prueba que no tiene que ver nada con las que pueblan el calendario UCI: la París-Roubaix.
¿Cómo vive un ciclista la semana previa a correr una París-Roubaix?
Pues se llega con ganas e ilusión de estar en una carrera tan grande… pero a la vez con mucha cautela, porque sabemos que es una carrera muy dura. Es verdad que no se asemeja a mis características, porque soy más bien pequeño, y con mi peso… No estoy acostumbrado a correr este tipo de carreras con pavé, pero llegamos con ilusión de hacerlo bien.
¿Has hecho algún tipo de preparación específica?
No, la verdad. La preparación específica la he hecho pensando en el Giro. Estas clásicas no las he preparado. El próximo objetivo será el Giro, y poco a poco iremos cogiendo la forma para ir allí.
Seréis un bloque joven: ¿qué os ha pedido el director?
El objetivo es terminar, no se puede pedir nada más en estas carreras. Siempre se nos pide actitud en carrera. Somos un equipo humilde y luchador, y si podemos estar en alguna fuga mucho mejor.
¿Qué recomendaciones te dieron antes de correrla por primera vez?
Que es muy importante ir todos juntos. Suele haber mucha tensión en la entrada de los tramos de pavé, y es determinante entrar bien colocado… pero es muy difícil, porque prácticamente todos los equipos quieren hacer lo mismo y la carretera no da más de sí. La colocación es crucial, y si luego no te acompañan las ‘patas’, pues es el doble.
A nivel mecánico, es una carrera especial
Solemos llevar tubulares más anchos de lo común, de unos 28 mm de anchura. La presión se suele bajar también, para avanzar mejor en los tramos de pavé, y poder amortiguar los golpes y avanzar mejor. La cinta de manillar es también doble para amortiguar las vibraciones en las manos. Aunque al final haces lo que puedes, mirando por dónde van los demás por el pavé, y te metes por donde puedes.
¿Qué recuerdas de Roubaix’2011?
(suspiro) Buff, muy, muy dura. Hay mucha tensión. En los primeros 100 kilómetros, que son de asfalto, fuimos a mil. Costó mucho hacerse la escapada, y cuando se hizo se frenó un poco, pero enseguida se volvió a acelerar, porque venía el primer tramo de pavé, y la tensión creció para colocarse por delante. Allí ya iba con mi hermano, que justo pinchó, y le cedí la rueda. Tuvimos que esperar al coche, que iba de los últimos, y cuando llegó, ya había perdido la carrera.
¿Qué corredor te llamó la atención?
Todos los belgas. Estas clásicas son muy importantes para ellos, enfocan toda la temporada allí y se les ve muy motivados, tanto a corredores como equipos. Luego se nota… mira Boonen, que este año se está saliendo, y seguro que en Roubaix ahí andará.
¿En qué eres mejor ciclista desde aquella carrera?
Pues en que ya sabes lo que hay. Una cosa es lo que te digan y otra que estés tú ahí y lo vivas. Una vez que lo has probado, esos hachazos y esos pavés… pues te conoces un poco más y ya sabes cómo tienes que ir. Aún soy joven, y tengo mucho que aprender.
Dices que eres un corredor pequeño, pero en las clásicas estás rindiendo muy bien.
Las clásicas que hemos hecho hasta ahora no tienen nada que ver con París-Roubaix. Por ejemplo, en Harelbeke o Gante-Wevelgem eran carreras duras, con tramos de pavés, pero era diferente. Había cotas pequeñas, y físicamente me he encontrado en un buen estado de forma, y eso al final se nota. Si estás bien andas bien donde sea. Pero vamos, París-Roubaix es otro mundo y los rodadores y los que tienen más experiencia saben lo que tienen que hacer. Los equipos que tienen están enfocados a estas carreras, y las preparan al detalle. Nosotros haremos los que podemos: somos ciclistas ligeros, pequeños…
Gante-Wevelgem fue uno de los mejores días de tu carrera
Me encontré muy bien. Desde el principio cogimos la escapada, y nos entendimos muy bien los fugados. La primera parte de la carrera era todo llano, y los compañeros eran más rodadores que yo, así que no me sentí con buenas sensaciones. Luego cuando llegaron las cotas, en mi terreno, me vi con otro aire, y me marché con otro compañero de fuga –Anders Lund (Saxo Bank)- y hasta los últimos 15 kilómetros, estuvimos peleando con buenas sensaciones. Sabíamos que por detrás venían muy fuertes. Y había gente como Boonen, Freire, Sagan…
Un detalle: después de que os cogieran, tuviste fuerzas para esprintar en busca de un buen puesto
Me veía bien y sabía que había que intentar puntuar. Con el tema de los puntos es muy difícil puntuar en cualquier carrera. Me vi con fuerzas para hacer un ‘top 10’, pero al final me quedé contento (finalizó 15º)
Para un ciclista de Euskaltel, en la semana de Itzulia: ¿es un premio o es un marrón ir a Roubaix?
(risas) Alguien tiene que correr estas carreras, sin más. Es otra carrera del UCI World Tour, y aunque me gustaría correr en la carrera de casa, es lo que toca y ahí seguiremos…
En Italia estuviste brillante: ¿esperabas una Tirreno tan buena?
El año pasado ya estuve con buenas sensaciones. Esta vez ya conocía mejor la carrera, y enfoqué la preparación para Tirreno y San Remo. La verdad es que nunca esperas estar delante, pero año a año veo que voy mejorando y espero volver para hacer otro puesto mejor.
Tu hermano Gorka también brilló en E3 Harelbeke: ¿hay pique por las clásicas?
No creo que haya ningún pique. Nos llevamos muy bien, y cualquiera que ande, bienvenido sea. Él está muy bien ahora. Igual al principio de temporada no rindió al nivel que se esperaba, pero en la Vuelta a País Vasco está ahí peleando por la victoria con Samuel.
Dicen que Gorka es el hermano aplicado y tú un poco más ‘cabra loca’…
Yo sí que le veo aplicado, y muy profesional en su trabajo, en su día a día, en sus descansos, alimentación… es muy profesional, y a mi igual me cuesta un poco más. (ríe). Oye, que esto no quiere decir que me vaya de juergas… aunque es verdad que me cuesta ser tan aplicado como él.
En un mes llega el Giro, tu primera gran vuelta.
Llego con motivación, con la primera parte de temporada en la que hecho carreras bonitas. No sé cómo llegaré, porque falta aún un mes, pero confío en llegar bien. Nunca he corrido una prueba de tres semanas, pero estoy con ganas. Se me dan bien las carreras en Italia, y espero que con el Giro pase igual. Llevamos a un líder como Nieve, y esperemos ayudarle en todo lo que podamos. Y si llega alguna ocasión, con alguna fuga, intentaremos hacer un buen puesto.
¿Qué siente un ciclista cuando una aficionada hace un striptease delante de él?
(rísas y risas) Bueno, no le dí mucha importancia. Pensé que era como en el fútbol, como en algún partido, cuando hay alguien muy eufórico… y les gusta ‘enseñar’ cuando hay alguna cámara. Me dí cuenta en el momento, pero no quise hacer ninguna cosa extraña, y seguí mi camino, que bastante tenía con lo mío…
Ah, el domingo dicen los del tiempo que lloverá…
Bufff, ni he visto el tiempo… Entonces con lluvia y pavé se puede ser ver una fiesta bonita. (risas)