Si hay un bloque en lo que va de temporada 2012 que ha superado las expectativas de la plana mayor del ciclismo mundial, y por ende de C&H, ese es el conjunto GreenEdge. El equipo australiano, nacido y constituido para proveer al país oceánico de un hueco en la élite del deporte de la bici y con una vocación de medio-largo plazo es ya una realidad, tan sólo poco más de 2 meses después de que arrancara la temporada. Con permiso de Liquigas, y respetando el desorbitado inicio de Omega-Pharma Quick Step, GreenEdge se muestra como uno de los equipos más en forma del inicio de temporada y ostenta un récord que habla por sí solo: han ganado el primer campeonato nacional, la primera prueba WT por etapas y el primer Monumento.

Simon Gerrans consigue la victoria más importante para GreenEdge, en Milano-Sanremo

Simon Gerrans es el principal culpable del éxito. Su contribución empezaba temprano con el campeonato nacional australiano en ruta, una cita casi obligada para el equipo de casa en el campeonato de casa. Por si fuera poco tres días más tarde el jovencísimo Luke Durbridge (campeón del mundo U23 CRI) se hacía con el campeonato contra el crono secundado por su compañero Cameron Meyer. Inyección de moral para un conjunto que se ganaba el portar con orgullo los dos maillots de campeón nacional con todo un año por delante. Poco más tarde llegaba la primera cita del World Tour, la primera oportunidad de medirse con los más grandes, el sueño de un país y de unos dirigentes visionarios… y era en casa. Se daba el escenario perfecto, la conjunción de factores perfecta para un equipo que no falló. Gerrans se batiría en un duelo apasionante con un Alejandro Valverde renacido para llevarse la general de la prueba y cumplir con dos de los grandes objetivos de la temporada -en sólo 15 días de competición-. Otro de esos objetivos consistía en revalidar la Classicissima por el que a priori partía con la vitola de líder indiscutible y último ganador de la carrera Matthew Goss. Un Goss cuyo inicio de temporada poco tiene que ver con el de 2011 y que no pudo hacer nada más un decimoquinto puesto sin ninguna opción de victoria. Las mieles estaban reservadas para el más veloz de entre los más valientes que se citaron en San Remo.

Gerrans y Valverde han protagonizado uno de los mejores duelos del inicio de temporada

Pero la sociedad con el número uno no termina ahí. La primera contrarreloj por equipos de una prueba WT también iría a parar a manos de los debutantes en la categoría. GreenEdge pasaría por encima del todopoderoso Radioshack-Nissan, de Garmin-Barracuda o el no menos poderoso Sky en la etapa inaugural de Tirreno-Adriántico sobre 16,9 km de recorrido. Otros resultados de interés son los segundos puestos de Gerrans en París-Niza, también por detrás de Valverde, y de Baden Cooke tratando de hacer sombra a Peter Sagan en la segunda etapa de Omán. Cameron Meyer además de conseguir el segundo puesto en los nacionales contra el crono australianos acabaría décimo en la general de Tirreno, y Simon Clarke 5º en Haut Var.

Con todos los registros de precocidad batidos sólo queda seguir sumando y en ello está Michael Albasini en la Volta a Catalunya, con victorias parciales en las dos primeras etapas en Calella y Girona y liderato a la lo largo de toda la prueba que da a los aussies la segunda carrera por etapas WT de las cuatro disputadas. Un inicio de campaña memorable para un equipo debutante que a estas alturas ya ha justificado parte de su temporada. Por delante queda un calendario suficiente para seguir haciendo cosas importantes, con ciclistas que aun no han aparecido y muchas citas para refrendar las sensaciones de este inicio para el recuerdo.