Hace 16 años, cuando nació el equipo ciclista Euskadi, el conjunto contaba con tan solo 15 corredores. Era un equipo pequeño, con Petronor como único patrocinador, lo que le llevó a pasar verdaderas penurias económicas. En aquél año, 1994, uno de los objetivos del conjunto era dar salida a las jóvenes promesas vascas. Entre ellos, estaban Cesar Soláun, el hoy en día comentarista de EITB Xabier Usabiaga, Robeto Laiseka, Iñigo González Heredi o el incombustible Iñigo Cuesta. Sin embargo, aquello no era el único objetivo. Una de las condiciones primordiales que se pusieron para que la estructura ciclista saliera adelante era que tenía que dar cobijo a aquellos corredores vascos que se habían quedado sin agrupación donde correr, gente importante como Peio Ruiz Cabestany, Juan Carlos González-Salvador, Javier Murguialdai o Thierry Elissalde. Centrémonos en éste último corredor, ya que es el punto de partida de éste artículo.
Thierry Elissalde, nació en en el año 1969 en Baiona (a escasos kms de Irun, tan de moda durante estos días), lugar donde el honor de ser el deporte rey se lo discuten el rugby y el fútbol. El ciclismo no está muy arraigado en Iparralde, pese a estar a pocos kilómetros de los Pirineos y cerca de otras zonas francesas que sí tienen una gran afición a la bicicleta. Elissalde, un corredor rocoso, destacó en amateurs, donde ganó el Circuito Montañés (1993) entre otras pruebas. En cambio, durante su corto periodo en profesionales (1994-1995), no pudo levantar los brazos en ninguna ocasión. Se retiró después de dos años en el Euskadi. Hoy en día, es el ojo del Euskaltel en Iparralde.
Durante quince años, desde 1995 hasta 2010, no ha habido ningún corredor de Iparralde que haya lucido el maillot naranja.
El año pasado, surgió una esperanza dentro del entramado de la Fundación Euskadi, concretamente en el Orbea. Un tímido chaval llamado Romain Sicard, empezaba a destacar en el equipo continental. Un diamante en bruto en la cantera menos explotada por el ciclismo vasco, el del más allá del Bidasoa. Sicard, oriundo de Hazparne, después de rayar a buen nivel en juveniles y destacar como pistard, recaló en un centro de alto rendimiento de Toulouse. Allí es donde muchas de las promesas galas se forman tanto deportiva como académicamente. Durante la etapa de aficionado, continuó en Toulouse, hasta que en 2009, se abrió la puerta del equipo continental Orbea. Despuntó a las primeras de cambio. En ese mismo año, ganó la Subida al Naranco, una etapa en la Ronde de l’Isard, el Tour del Porvenir y se proclamó nada más y nada menos que campeón del mundo sub23 en la modalidad de ruta. Junto a otra gran promesa como Jonathan Castroviejo, en 2010 ha subido al primer equipo, el equipo con licencia Pro Tour, Euskaltel-Euskadi. Este mismo año ha dado buenas señas de su calidad, como lo hizo en la Dauphine Libere.
Con Romain, el Euskaltel ha retomado una nueva vía, donde parece que los corredores originarios del país vasco-francés tendrán más lugar que nunca. Es en este momento donde entra el tercer corredor de Iparralde en escena, Pierre Cazaux. Éste último, natural de Donapaleu, pasó a profesionales con 23 años, en el equipo Roubaix-Lille Metropole. Después de dos buenos años en el equipo continental, y a pesar de que no logró ninguna victoria, uno de los equipos más famosos de Francia, el Française des Jeux, se interesó en él. Éste año, ha corrido con el equipo galo pruebas importantes como la Vuelta a España, donde participó en más de una escapada. Este corredor trabajador y combativo, ha tenído el contrato de renovación en la mesa, a falta de su firma. Sin embargo, el Euskaltel-Euskadi le ha propuesto un contrato de dos años de duración, que al parecer le ha seducido más, ya que ha sido el que ha terminado firmándolo. Por tanto, se ha convertido (desde 2011) en el tercer corredor vasco-francés en la historia del conjunto naranja.
Estos tres ciclistas, con diferentes recorridos en sus vidas deportivas han terminado por correr en el Euskaltel-Euskadi. Madariaga, González de Galdeano y compañía, han ampliado sus miras, y parece que en los años venideros pueden recalar más corredores de más allá de Biriatou. Justamente, al termino de este artículo ha saltado la noticia de que la Fundación Euskadi ha contratado a Loic Chetout, de Baiona y junior de segundo año y al espigado Karl Baudron, juvenil y natural de Pau para reforzar al equipo Naturgas Energia, el primer eslabón de la Fundación por detrás de Orbea y Euskaltel-Euskadi. Por último, más de una vez ha salido el nombre de Mickael Queiroz de 20 años, que corre en el Blagnac de Toulose, equipo donde también corrió Sicard, pero parece que por ahora no va a dar el salto en el equipo naranja. Estos tres últimos ciclistas parecen tener un futuro realmente prometedor, por lo que solo nos falta esperar como evolucionan.
Iñigo Igarza