Siempre se ha dicho que para probar la gloria se ha de saborear primero el fracaso y son casos contadísimos los que consiguen saltarse el paso previo a la alegría que es la decepción, en la vida y en el deporte, y especialmente en el ciclismo. Pongámonos en situación y volvamos unos meses atrás, al Mundial de Copenhague, en un circuito nada duro propicio para sprinters cuya única dificultad podría decirse que fue el kilometraje. Muchos eran los candidatos que se perfilaban para poner en aprietos a Mark Cavendish: Peter Sagan, Edvald Boasson Hagen o Denis Galimzyanov, todos ellos ciclistas con un denominador común, rápidos y jóvenes a los que la carrera les plantó como líderes de sus selecciones para luchar por el arcobaleno. Pero al final los kilometros se les hicieron bola.

Porque es la magia de estas carreras, se llega al final y el simple goteo de kilometros hace que las piernas tiernas fallen, por lo que son aquellos ya curtidos los que saltan a escena para jugarse las grandes citas de infinito kilometraje. Y si hablamos de infinito kilometraje es inevitable remitirnos a la Milano – Sanremo, a los casi 300km de la Classicissima. Unos necesitan haber sufrido más miserias como Pettachi, otros necesitan menos como Goss y únicamente talentazos como Cavendish son capaces de lograr el éxito en su primera participación.

En esta situación de no saber cómo reaccionará su cuerpo en la Cipressa, el Poggio o en el sprint de Lungomare Italo Calvino se encuentran este año algunos de los más jóvenes talentos emergentes, algunos de ellos llamados a escribir su nombre en el palmarés de la prueba a muy corto plazo. Claro ejemplo es el de Elia Viviani, una de las grandes sensaciones de principio de temporada, quien ha encontrado en el calendario italiano de principio de temporada la oportunidad brillar para centrarse en la carretera antes de centrarse en la pista de cara a Londres’12. ¿Su handicap? No haberse visto nunca en estas lides, por lo que muy probablemente sea él -ganador de cinco carreras en este 2012- quien tenga que lanzar a un veterano de 22 años recién cumplidos como es Peter Sagan quien sí que ha experimentado la sensación de fallar en el Poggio cuando se veía disputando la carrera.

Una situación diferente a la del italiano la vivirá otro de los jóvenes que más alto apunta y que ya ha demostrado que el paso al profesionalismo no ha repercutido en su capacidad para brillar sobre la bicicleta. Desde Turingia capitaneando al Project 1t4i llega John Degenkolb quien con un buen puñado de victorias como pro llevará las riendas del renacido Skil – Shimano tras conocerse la ausencia de Marcel Kittel para la carrera. En circunstancias normales no cabe duda de que el alemán se plantaría en meta para disputarse la victoria, pero la Classicissima no conoce de nombres ni palmarés.

Viviani y Degenkolb son probablemente las caras más visibles de los jóvenes que por primera vez afrontarán este reto, pero ni mucho menos los únicos. Quizás no sean potenciales ganadores tan claros como el italiano y el alemán, pero el sábado en la Via de la Chiesa milanesa serán hombres como el local Matteo Trentin (Omega Pharma – QuickStep) un corredor rápido más llamado a luchar en las piedras que en las volatas que ha entrado a última hora por Sylvain Chavanel, Kris Boeckmans (Vancasoleil – DCM) que tras su salida de Topsport Vlaanderen hacia la casa de los pirados ha dado un tremendo salto cualitativo, Tony Gallopin (RadioShack – Nissan) una de las esperanzas de futuro de Bruyneel, Simone Ponzi (Astana Pro Team) gran esperanza italiana, Pim Ligthart (Vancasoleil – DCM) campeón neerlandés o Enrico Battaglin (Colnago – CSF) quien tras brillar en categorías inferiores empieza a hacerse un hueco entre los profesionales.

Pierden por diferentes motivos esta primera oportunidad hombres como Marcel Kittel, Michael Matthews, Andrew Fenn, Giacomo Nizzolo, Arnaud Démare, Aidis Kruopis o Gianni Meersman, pero por el contrario otros que ya han sufrido con anterioridad para completar los 300km que separan Milán de San Remo serán más candidatos de lo que entonces lo fueron como en el caso de Peter Sagan y Oscar Gatto, uno ya claro favorito y el otro un outsider que podría dar más de un disgusto.

Veremeos qué ocurre el sábado con los rookies, pero sobre el papel todo lo que sea hacer algo más que aprender será una gran sorpresa.