No es el Monumento más complicado. No es ni siquiera el que más pueda desearse. Pero de entre todas las grandes citas de un día, la Milano-Sanremo es la que cuenta con un abanico de candidatos más heterogéneo. Y esta cualidad, la que reúne a esprínteres de distinto perfil y clasicómanos de piedras y cotas, es la que hace que el primero Monumento italiano del año sea tan especial. El debate de las semanas anteriores lo demuestra. Divertido. Soñador. Incesante. Y es que se nota que la Classicissima es el primer gran botín del año.

En este 2012 no existe ningún gran favorito, salvo Pippo Pozzato, que llegue con problemas serios de preparación. Mark Cavendish gana. Tom Boonen gana. Fabian Cancellara gana. Incluso Freire, en la que será su última Milano-Sanremo, también lo ha hecho. Muchos candidatos se aproximan, bien camino de Niza bien camino del mar Adriático, con la mira puesta en el sábado, y cada uno lo hace a su manera. Y ese es el principal debate sobre la edición de esta primavera de la Milano-Sanremo.

¿Es la preparación de Philippe Gilbert una manera de ir más tapado y poder tener más margen en el Poggio? ¿Acierta Fabian Cancellara mostrándose tanto como hizo en la Strade Bianche? La respuesta a estas y otras muchas cuestiones, como la aptitud de Peter Sagan o de esa gran generación de velocistas italianos (Manuel Belleti, Sacha Modolo o Elia Viviani), solo se verá durante las ascensiones clásicas del rápido y largo recorrido de la carrera. Casi 300 kilómetros frenéticos donde el Passo del Turchino representa el cambio del frío invierno a la primavera más agradable.

De entre todos los grandes favoritos, y sabiendo lo difícil que es cumplir con los pronósticos en un Monumento, Mark Cavendish, ganador en 2009, se presenta como el hombre a batir; porque el arcobaleno le está dando alas, porque lleva un invierno casi perfecto y porque, todo ello, le da ese aura de imbatible en las volatas que suele tener durante el Tour. Difícil papeleta la que se le presenta a los equipos con velocistas aptos para el triunfo. Omega Pharma-Quick Step, Lotto – Belysol, GreenEdge o Katusha, ¿querrán llegar al sprint con el de Isle of Man en el grupo? No parece lo más sensato. Por ello, la opción más lógica para todos, si quieren no tener a Cavendish con opciones al coronar el Poggio di Sanremo, es endurecer todo lo posible imponiendo un ritmo de carrera agobiante desde La Cipressa.

Si lo hacen, el británico podrá no llegar o llegar muy debilitado. Si no lo hacen, ¿buscarán conformarse con un puesto en el pódium? Sería uno de los denominadores comunes de nuestro ciclismo en 2012; correr buscando la foto del pódium y los puntos que reporta una 2ª o una 3ª plaza. Vincenzo Nibali, Greg Van Avermaet, Alessandro Ballan o Fabian Cancellara se antojan como algunas de las esperanzas para que eso no ocurra, y un alto ritmo del banco de peces más un Poggio a cuchillo, se traduzcan en una resolución espectacular y entretenida para el espectador.