Os propongo un pequeño ejercicio de imaginación de dos ruedas. Pensad en un ciclista que inspire la misma simpatía entre la afición que respeto entre sus compañeros de oficio; en un corredor que nunca ha pertenecido a la élite del mundo de la bicicleta, pero con numerosos éxitos no demasiado frecuentes en el ciclismo de su país; pensad en un auténtico líder de la ruta que va a afrontar su 15ª temporada consecutiva en la misma estructura. Lo tenéis, ¿no? El título de la entrevista era un poco obvio, pero en efecto: Pablo Lastras (Madrid, 1976) habló con Cobbles & Hills sobre lo que espera de 2012, lo que espera del Movistar Team y algunas cosas más.
¿Cómo te encuentras a estas alturas de temporada?
Estoy lanzado, sinceramente. Este año tenía que empezar más tarde pero no más tranquilo, y lo he conseguido, sobre todo cuidándome mucho durante el invierno y dedicándome tiempo a mí.
¿Qué es lo siguiente que vas a correr?
Tengo la Clásica de Almería, la Eroica, Tirreno y Milán-San Remo. Eso es lo que voy a correr durante el próximo mes.
Después supongo que harás las clásicas, que con Valverde en el equipo se afrontarán de otra manera.
Sí, lo que pasa es que allí yo no estaré. Yo tengo otro tipo de clásicas, las del pavé, que son a las que Alejandro no va a ir. Pero en las que haga yo estaré encantado de ayudar a Rojas o a Visconti e incluso buscando brillar a título individual. A nivel colectivo, en las otras, como en las Árdenas, ¿por qué no va Alejandro a optar a una tercera Lieja?
Parecía que el año pasado a Movistar, pese al gran número de victorias y el sensacional nivel de la temporada, le faltaba un nivel de primera talla. ¿Eso es lo que este año buscáis con la llegada de Valverde y Cobo?
El año pasado decíamos que teníamos el bloque y así fue, con 21 victorias y sobre todo mucha imagen. Este año tenemos el bloque con la experiencia de Movistar de un año más la garantía de tener dos líderes sólidos, como son Alejandro y Juanjo, que nos aportarán seguridad. Esta confianza y seguridad en la bicicleta se traduce en ir muy rápido sobre los pedales; yo lo resumo así. Esta confianza nos va a dar un extra para ir sobre la bicicleta.
A nivel personal, ¿tu papel en el equipo va a cambiar?
Va a ser un poco como el año pasado. Con algo más de responsabilidad con la retirada de Chente García Acosta, que era el hombre más veterano. Pero no me asusta, porque estoy rodeado de los mejores compañeros y amigos. No me asusta el reto en ningún aspecto.
El mes pasado cumpliste 36 años. ¿Temesque se empiece a notar en las piernas?
No. Te lo digo rotundamente: no. En los primeros años como profesional, tuve problemas con varias operaciones. Igual ahora ha sido algo favorable para alargar mi vida deportiva. A mí me gusta verle el lado positivo a las cosas y me quedo con eso: puede que esos años pasándolo mal hayan servido para hacer más larga mi carrera.
¿Cuál es tu gran objetivo o deseo para esta temporada?
Ganar una etapa en el Giro, sin duda. Sí, ganar en el Giro.
Siempre has sido un corredor de características atípicas para lo que estamos acostumbrados en España: con mucho talento para buscar victorias de etapas y participar en las clásicas. ¿Nunca te has visto tentado de salir a un equipo extranjero?
No, sinceramente. Tuve la oportunidad, pero no me lo planteé, así te lo digo. A mi estilo de correr, con las clásicas, hay que agradecerle la ilusión que trajo Flecha cuando llegó a iBanesto.com. Nos contagió a todos. ¿Por qué no íbamos a poder hacer algo grande en las clásicas? Ir conociéndolas, preparándolas de una manera especial, cuidándolas, ir enamorándote de ellas… y ahí están los resultados: tanto él en Flandes y en Roubaix, como yo en Lombardía por ejemplo, hemos ido brillando. A lo mejor a un nivel más modesto, pero ahí está.
Personalmente opino que siempre has tenido un gran potencial para las clásicas. Sin embargo, con alguna excepción como aquel podio en Lombardía, nunca has tenido demasiado protagonismo en ellas y quizá ha sido por la mentalidad vueltómana patria.
Sí, ha sido así. Es una cuestión de cultura. En España nos preparamos para ser vueltómanos y menos clasicómanos. En este caso, ha faltado un poco de cultura ciclista, de enriquecimiento, por así decirlo. Poco a poco ha ido llegando una generación de corredores que nos ha enseñado que hay más ciclismo. Freire ha sido el revulsivo, con sus hechos y sus resultados en los Mundiales. También están las Clásicas de San Sebastián que se han ganado en las últimas generaciones: Tino Zaballa, Florencio, Perdi, Luis León, Alejandro… El ciclista español está preparado, y no sólo el ciclista, sino también auxiliares y todo el mundo. Si coges ahora mismo las plantillas World Tour, están llenas de auxiliares españoles. Ha sido un cambio de mentalidad hasta ser una potencia mundial como somos ahora mismo.
¿Y tú crees que esto se va a mantener en el futuro?
En el inmediato, sí. Me da más miedo el futuro a largo plazo, de tres a cinco años. En el campo amateur se está trabajando bien, pero se deberían hacer más cosas, porque va a haber un vacío grande. En el campo amateur me refiero a los sub23; hay gente muy mayor que no está aportando nada ahora mismo al ciclismo español. Va a haber un nivel más bajo en unos años y va a haber falta de corredores. Se tenían que hacer algunas normas nuevas a este nivel.
La falta de patrocinadores también influirá.
Esto también lo veo como una cuestión de cultura. En otros países la situación es distinta y se pueden beneficiar mucho empresas que inviertan en el deporte y en el ciclismo. El ciclismo es un deporte absolutamente rentable, te diría que no al cien por cien: al trescientos por cien. Hay estudios hechos, hay gente que se ha dedicado a medir el impacto y ya digo: el ciclismo es rentable al trescientos por cien. Ojalá invirtieran las empresas.
En la Vuelta pasada te salió de dentro un pequeño discurso que venía a decir que el ciclismo merece la pena y que había que confiar en él. ¿Por qué hay que hacerlo?
Porque está controlado. Porque el ciclismo es sano. Porque es beneficioso. Porque está limpio. Porque merece la pena publicitariamente, económicamente, deportivamente. Culturalmente también le da unos valores a los nenes, aunque no lleguen a profesionales, que un padre no le va a poder dar. Un padre le puede dar cariño, le puede dar afecto, le puede dar sentimiento; pero el ciclismo crea escuela. En las categorías inferiores se trabaja muy bien: hay buenos educadores, buenos monitores y buenos directores. Yo creo que el ciclismo es un deporte totalmente beneficioso, empezando desde la base y llegando a un nivel empresarial. Y si el año pasado mi mensaje era “merece la pena”, este año es “queremos más”. Para mí también es un órdago que me exijo cada día.
Después de tantos años en el ciclismo profesional, ¿de dónde saca uno la motivación para seguir queriendo más?
Eso es fácil: de tener ganas de aprender cada día. Aprender de todo el mundo.
La pregunta inevitable: ¿qué opinas del caso Contador?
Opino como Cancellara: ¿qué credibilidad vamos a tener en el órgano sancionador cuando nos hemos estado riendo de todo? Un órgano sancionador tiene que ser más rápido, más estricto y más fiable. Han salido unos vacíos legales que demuestran totalmente la inocencia de Alberto. Para mí es inocente. Esto debería estar controlado de alguna otra manera por un órgano independiente.
Como siempre, un auténtico placer leer a Pablo Lastras. Grandes
Es tan grande cómo ciclista que cómo persona