Mikel Landa (Vitoria, 1989) es producto de las canteras del Euskaltel Euskadi, ha pasado por Naturgás y por Orbea. Debutó con los naranjas el año pasado y ya se hizo con la victoria de la etapa reina de la Vuelta a Burgos. No ha tenido mucha suerte con las lesiones, con 3 fracturas de clavícula en menos de una año, la última en pretemporada, aunque no le quitan la ilusión de hacer un buen 2012.
Tras la Iberostar Challenge a Mallorca, ¿en qué carreras te vamos a ver en este año?
A finales de mes corremos una clásica en Francia y luego la Tirreno-Adriático, Milán-SanRemo, GP Induráin, País Vasco, Llodio, Rioja, Asturias, Castilla y León y Vuelta a Madrid. Ahí acabaría el primero bloque, para descansar y luego correr la Vuelta a España.
Ya recuperado por tanto de la fractura de clavícula que sufriste a principio de temporada. Has tenido muy mala suerte con las fracturas de clavícula, en menos de un año 3 veces. Primero en la Vuelta a Murcia, luego con el accidente de las vacas en la Dauphiné y otra vez en pretemporada. ¿Qué se te pasa por la cabeza en esos momentos? ¿Y cuando ves que te pasa otras dos veces más?
Pues la primera vez no eres consciente de lo que tienes porque nunca te ha pasado, entonces sobre la marcha, quieres arrancar, “espera un poco más”… Al final fue un poco grave la primera, recuperarme costó más de lo que esperaba. Luego vuelves a entrenar y parece que se te olvida y justo cuando ya estás entrando en otra vez en la dinámica de las carreras te vuelves a romper. Ahí se te cae el mundo un poco encima. Porque te acuerdas de todo lo que has tenido que pasar para volver a estar bien, desde operatorio, postoperatorio, las horas de rodillo que tienes que hacer, la gente que necesitas alrededor para que te cure la herida, para que te dé de comer, porque no puedes hacer nada. Se hace duro. Y luego la tercera ha sido la que menos me ha fastidiado digamos, porque aunque me ha retrasado la preparación un mes, ya sabía un poco cómo dormir, en qué posturas estaba bien, trucos para comer mejor, para no torcerte tanto. Es un incordio porque lo tienes roto y tienes que operarte y esperar un tiempo pero bueno, ya tienes un poco más de soltura.
Este es tu tercer año como profesional, tras 2010 en Orbea y 2011 en Euskaltel, ¿qué diferencias has encontrado entre ser profesional en Orbea y Euskaltel?
Sí, es muy diferente. En Orbea corres también en equipo, te inculcan los valores de un equipo, pero al final es un poco más individual, intentas hacerte ver para ganarte un puesto en el Euskaltel. Luego ya en Euskaltel es todo mucho más colectivo, se trabaja para un líder y enivel de exigencia es mayor, si que hay diferencia.
Estáis preocupados por la situación del equipo, si se va la Fundación Euskadi, si se va Euskaltel… ¿O tenéis la seguridad de que el equipo, con otro nombre y otras circunstancias seguirá?
Pues incertidumbre hay, pero desde el equipo, tanto Miguel como Igor o Guerri, nos han transmitido tranquilidad, que este equipo va a salir adelante, con otro nombre, o con el mismo, con Miguel al frente o sin Miguel. Estamos en ese aspecto tranquilos, con un poco de incertidumbre pero bueno, tranquilos.
¿Y os afecta en las carreras, el rendimiento…?
No, si que hay más presión ya desde antes, para intentar salvar los papeles lo antes posible, conseguir puntos porque esto cada vez es más competitivo, entran más potencias nuevas y equipos fuertes.
El año pasado conseguiste una importante victoria en la etapa de la Vuelta a Burgos con final en las Lagunas de Neila, aprovechando que Samuel Sánchez no se encontraba como para luchar por la victoria. ¿Cómo fue? ¿Qué hablasteis?
Fue una cosa que surgió en carrera, teníamos previsto disputar la etapa y la general con Samu, no pudo, acusó la fatiga del Tour y casualidad que yo tuve el día y las fuerzas. Me dejó ir para delante y el resto ya sabéis.
Cuando te volvieron a coger a 500 m de meta, ¿confiabas en volver a irte?
Bueno, quedaban 500m, veía que llegaban “Purito” y Cobo. Tenía la esperanza de que “Purito” no disputara la etapa porque ya iba a ganar la vuelta. Tenía que aguantar 300m, porque los otros 200 iban a ser de sprint. Siempre se me han dado un poco bien los esprines para arriba, si hacía segundo bien, y si ganaba la etapa, pues mejor.
¿Crees que una victoria de etapa tan joven puede provocar que tengas más presión en el futuro, o este mismo año?
Puede que sí, puede que no, no lo sé. Ahora confían más en mí, me están dando igual otras oportunidades que no teníamos previstas, pero bueno, tenemos gente inteligente que sabe cuidar a los jóvenes y creo que dentro de la presión que pueda tener o las oportunidades que me puedan dar creo que van a seguir tirando como antes.
¿Qué te parece por ejemplo el caso de Navarra, que ha hecho un gran inversión en la Vuelta a España, pero que puede que deje morir el GP Miguel Induráin?
Pues una pena, que se pierdan carreras tan bonitas como Induráin, o cualquier carrera, que se pierdan es una pena. No sé cuales son los números que hay ahí dentro de la Diputación de Navarra pero es una pena, no sé si podrán hacer un mayor espfuerzo para recuperar esa carrera y menos esfuerzo para lo de la vuelta será posible, ojalá sea posible.
¿Y no crees que a lo mejor otras ciudades que no tienen una carrera local, en años de crisis, podrían llevarse la vuelta, para poder mantener todas las carreras?
Podría ser, pero es que al final nunca llueve a gusto de todos. Este año la Vuelta es toda por la mitad norte, no baja para el sur. Los del sur dirán que por qué no pasa la Vuelta, y otros años ha sido al revés. O por ejemplo yo no había visto pasar la Vuelta por Euskadi hasta el año pasado. Siempre hay muchos intereses y muchos interesados.
¿No corriste la Vuelta el año pasado, cómo viviste la victoria de Igor Antón?
Estábamos en Canadá, corriendo una clásica y Álvaro nos lo dijo por el pingajillo que había ganado Igor, y luego lo vimos todos repetido en el ordenador. Una bonita etapa.