El miércoles la tercera etapa en línea cambiaba el panorama, la carrera se metía de lleno en el Macizo Central, en la zona mítica del Puy de Dôme, subiendo en la parte final dos puertos encadenados: el Col du Chansert, de segunda categoría, y el final en el Col de Béal, de primera. Terreno para los escaladores. La batalla no se hizo esperar y ya en las rampas del Chansert empezaron los ataques, con la armada colombiana apareciendo en su terreno ideal. Finalmente, fue el belga Yannick Eijssen el que sacó más partido de la situación, lanzando un duro ataque en el descenso que, ante el poco entendimiento en el grupo perseguidor, le permitiría llegar con más de un minuto de ventaja al pie de la ascensión final, ventaja suficiente para un buen escalador para llegar en solitario a meta y colocarse como nuevo líder.
Eijssen, nacido en Lovaina, en el corazón del Brabante flamenco hace 21 años, es un belga, un flamenco atípico. Es escalador. Pese a destacar desde junior, sus resultados más destacados ya había que buscarlos en las carreras de fuera, como cuando ganó la Vuelta a Ístria, puntuable para la Copa del Mundo de la categoría. Pasó a sub23 y la misma historia. En lugar de brillar en las carreras flamencas, en Waregem, Harelbeke o Gante, con sus bergs adoquinados, sus carreteras estrechas, caídas y viento, sus prestaciones había que encontrarlas en carreras como la Ronde de l’Isard, en los Pirineos franceses, o en el Giro de la Valle d’Aosta, en los Alpes franco-italianos. Eran buenos puestos entre los 10 primeros pero sin victorias. Así, le costó convencer a los equipos belgas de su potencial. El año pasado volvió a brillar en l’Isard, en la Alta Savoya, en la Vuelta a los Pirineos y en el Valle de Aosta. Seguía sin ganar pero consiguió que Omega Pharma le probara como stagiaire a final de temporada. Corrió un par de carreras de un día en Bélgica y otras dos en Italia sin demasiado éxito y no consiguió un hueco en el equipo ProTour. Este año ha sido el de su consagración. Empezó ganando en febrero ¡en una carrera belga! la Beverbeek Classic, eso sí, disputada en el Limburgo belga, en la parte ciclisticamente hablando menos flamenca de Flandes, dónde abundan los repechos asfaltados al estilo de la Amstel Gold Race. Dos meses más tarde confirmó su buen hacer en esta media-montaña siendo sexto en la Lieja-Bastoña-Lieja de la categoría y en mayo ganó por fin la Ronde de l’Isard tras dar una exhibición en la subida a Plateau de Bonascre. En agosto lo refrendó con el tercer puesto en la Vuelta a los Pirineos y poco después se confirmó su fichaje por BMC. Consolidado como uno de los mejores escaladores del panorama sub23, era uno de los reclamos del mercado de jóvenes promesas, y ahora evolucionará lejos de los equipos belgas que en su día pasaron de él. Finalmente, Eijssen no pudo conservar el maillot amarillo hasta el final, hundiéndose en Risoul ante la debilidad de su equipo en la montaña y los constantes ataques de los escarabajos colombianos, pero dejó su huella en la carrera.

Yannick Eijssen, joven talento belga
Al día siguiente, etapa de teórica transición por un terreno pestoso que incluía seis cotas puntuables pero con unos 60 kilómetros finales muy favorables hasta Vals-les-Bains. Equipos con pocos ciclistas y muchos corredores todavía relativamente cerca en la clasificación general, un cóctel que podía deparar una escapada peligrosa que diera un vuelco a la carrera. La fuga se hizo y llegó a meta, pero no hubo vuelco. El francés Bardet y el alemán Rosch progresaron en la general y la victoria de etapa fue para el también francés Romain Hardy. Normando de nacimiento, Hardy se ha hecho ciclista en la vecina Bretaña, primero en el pelotón amateur y después en el equipo continental Bretagne-Schuller y es uno de los jóvenes franceses más prometedores, siendo claramente lo que ellos definen como “puncheur”. Buenos resultados en la Copa de las Naciones en Portugal y Canadá con la selección francesa y una gran temporada este año en el circuito continental (especialmente en carreras de un día) así lo confirman. El año pasado se quedó a las puertas de la selección para el Mundial de Mendrisio (a última hora prefirieron al escalador Geniez) pero este año en un circuito más apto a sus características estará en Melbourne, siendo junto al Cofidis Gallopin la punta de lanza del equipo galo. Hardy ha renovado dos años más con un equipo que poco a poco va progresando que no es descartable que dé el salto a Continental Profesional en relativamente poco tiempo.
La quinta etapa en línea también era de transición hasta los Alpes, con un puerto de segunda prácticamente de salida y una cota de cuarta en la parte final antes de la llegada a Loriol-sur-Drôme. Otro día para fugas, con mucha calidad en la que finalmente fue buena y segunda victoria de etapa de Degenkolb por delante del conquense Jesús Herrada, hermano pequeño de José, el ciclista del Caja Rural continental. Jesús corre en el conjunto amateur aunque con toda probabilidad el año que viene compartirá equipo con su hermano y con solo 20 años es una de las mayores perlas de la cantera española. Gran rodador, muy bueno en la media montaña y con buena punta de velocidad, es un corredor muy completo que prácticamente tiene su único lunar en los puertos largos de más alta montaña. En esa fuga también estaba el portugués Nelson Oliveira, subcampeón mundial contrarreloj sub23 el año pasado y que este año ya ha competido en profesionales con el Xacobeo. Oliveira es un extraordinario rodador que también es capaz de pasar medianamente bien la montaña, una perla con su futuro todavía por conocer ante la incertidumbre que plana sobre el equipo gallego.
El sábado llegó la montaña decisiva. Etapa con final en alto en Risoul y cinco puertos previos, un primera, un segunda y tres terceras. Territorio colombiano. El mejor de ellos parecía Darwin Atapuma, segundo en el Col de Béal y que venía de hacer sexto en la durísima Vuelta a Colombia, pero finalmente el que la rompió fue Nairo Quintana, quizás el tapado del equipo por ser el más joven de todos (nacido en 1990). Se marchó en solitario en la última ascensión y aventajó a un grupo formado por el mismo Atapuma, el vasco Landa, el holandés Slagter y el americano Talansky (tres escaladores que el año que viene estarán en el ProTour con Euskaltel, Rabobank y Garmin respectivamente a los que también hay que seguir la pista muy de cerca) en unos 40 segundos, vistiéndose el maillot amarillo ante el hundimiento de Eijssen. Por si fuera poco el día siguiente en la cronoescalada final a Risoul repetiría triunfo mostrando claramente quién era el más fuerte de la carrera. Quintana no es un “escarabajo” al uso, pese a su diminuto físico también anda bien contrarreloj, de hecho hasta la fecha su mejor victoria era el campeonato colombiano amateur contrarreloj. Habrá que ver hasta dónde le catapulta esta prestigiosísima victoria.

El equipo colombiano del Tour del Porvenir 2010
Pero su éxito no es solo suyo, hay que valorarlo en conjunto. Jarlinson Pantano hizo una gran cronoescalada y terminó en el tercer peldaño del podio. Y es que los colombianos llevan unos años dominando la montaña del panorama sub23 cada vez que vienen a correr a Europa. Desde que Fabio Duarte diese la sorpresa proclámandose campeón del mundo en Varese, los Henao, Sarmiento, Betancour, Atapuma, Pantano, Beltrán, Quintana y compañía han sembrado el pánico ante el resto de la concurrencia. El Mundial que hicieron el año pasado en Mendrisio fue antológico, aunque al final no pudieran estar con Sicard en el momento clave. La culminación, este año, con doblete en el GiroBio (Betancour y Beltrán) y tres entre los 10 primeros en este Tour del Porvenir (Quintana, Pantano y Atapuma). La dificultad para mantener una estructura colombiana compitiendo en Europa durante buena parte del año es manifiesta, pero esta generación de brillantes ciclistas merece oportunidades como las que tuvieron los míticos Parra, Herrera o Rincón a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Algunos ya han conseguido la oportunidad de fichar por equipos europeos y otros la conseguirán, pero un bloque completo de escarabajos no solo sería muy positivo para el ciclismo colombiano, también lo sería para las carreras y los aficionados de todo el mundo que deseamos ver espectáculo en las grandes montañas. Porque los colombianos llevan en la sangre atacar cuando la carretera se empina, solo falta que además de protagonizarlo en categorías inferiores, puedan hacerlo en los grandes escaparates del ciclismo mundial.
Jordi Martínez
Habrá que ver qué pasa ahora con toda esa generación de colombianos que llega. Durante los últimos años lo hubieran tenido complicado para seguir creciendo y hacerse un hueco en el pelotón más allá de contadas excepciones. Su baza ahora es Movistar, la estrategia de la empresa de consolidar su mercado en América Latina hace que Abarca Sports vaya a crear un equipo filial allí, y con base presumiblemente en Colombia, por lo que muchos de todos estos corredores que estos días han estado despuntando puede que tengan la oportunidad que a otros les ha faltado.
Así es porque, además, el problema era de pasta -también de la calidad, obviamente- y ahora, si esto se completa, que está por ver, será un paso adelante para que tengan más oportunidades -y no sólo las que se les está dando a los Sarmiento, Duarte, etc-.