La primera jornada de los Mundiales de ciclocross 2012 ha llegado a su fin con un claro triunfador, el equipo holandés que tiene ya en el zurrón dos arcoiris y tres medallas. Tanto Mathieu van der Poel, en juniors, como Lars van der Haar, en sub23, cumplieron los pronósticos que les daban como grandes favoritos, aunque no sin apuros en dos carreras muy emocionantes.
Sin embargo, las noticias pare los españoles no han sido tan agradables, con actuaciones muy discretas superados por la dureza del circuito costero. En junior, José Manuel Ribera y Kevin Suárez su tuvieron que conformar con las 32ª y 33ª posición, mientras que Jaime Campo ni siquiera acabó. De nada mejor pueden presumir los sub23, ya que ninguno pudo acabar al ser doblados todos por el campeón del mundo.
Junior
Wout van Aert (Bélgica) fue en protagonista en los primeros compases de la prueba, quien con unos pasos realmente asombrosos para su cara de niño, abrió un hueco de 15 segundos con sus principales rivales en la primera vuelta, de los que intentaba tirar el gran favorito, Mathieu van der Poel (Holanda), a quien unos problemas estomacales no le dejaron rendir tan bien como hubiese querido. A la vista de los problemas del holandés, fueron Quentin Jauregui (Francia), Daan Soete (Bélgica) y Yorben van Tichelt (Bélgica), quienes en los pasos por Herygersduin en la segunda vuelta se echaron encima de Van Aert. Pese a los malos síntomas que estaba padeciendo, el nieto de Poulidor en un arranque de coraje fue capaz de aguantar el tirón de los belgas, y. con Quinten Hermans (Bélgica) a rueda, fue capaz de cazarlos nuevamente en el segundo paso por línea de meta, de los seis que habían dictaminado los jueces.
Pasada la línea de meta, tomó el mando el francés Jauregi, quien lo largo de la prueba demostró un pundonor y una valentía desaforada, intentando lograr un hueco en la pradera de cara a los tramos de arena que tanto se le atragantaban. En esta ocasión, fueron de Soete, Van Tichelt y Van Aert quienes salieron beneficiados por la travesía en las dunas en una carrera con continuos bajones y recuperaciones que provocaban un salto de posiciones poco habitual en carreras de categorías mayores. De nuevo Van der Poel descolgado, y otra vez que pudo recuperar en el tramo final de vuelta con Hermans pegado al culotte. Se quedaba con cuatro belgas en el ecuador de la prueba, mientras que Jauregi y Silvio Herklotz (Alemania), los seguían desde la lejanía.

De izquierda a derecha, Van Aert, Van der Poel y Jauregi saludan desde el podio / Foto: © Dave McElwaine
La segunda parte de la carrera empezaba como la carrera misma. El “asesino con cara de niño” Van Aert aceleraba sin mirar atrás antes de la llegada a los arenales. Sin embargo, en esta ocasión no tendría tanta suerte. El holandés parecía ya recuperado de los problemas iniciales y, tras recuperar el terreno perdido, se aprovechó del tramo intermedio del circuito (dese el primer paso de Herygersduin hasta la salida de Hoge Blekke) para consolidar cierta ventaja ante el líder de la selección de Rudy De Bie, que tenía pocos metros por detrás a Van Tichelt y Hermans. Tras el demarraje de Van der Poel, la carrera llegó por primera vez a una fase de consolidación, sin grandes cambios, hasta la última vuelta. Si exceptuamos, claro está, la absorción de Van Aert por parte de sus compatriotas y el comienzo de la remontada de Jauregi y Soete.
La última vuelta fue, para Mathieu van der Poel, un paseo militar (si es que en algún momento nos podemos permitir llamar a ese circuito, “paseo”) en el que, simplemente manteniendo la renta, pudo saborear el título de campeón mundial de la categoría que aspirará a revalidar el año que viene en Louisville. Por detrás, sí que se libraba una batalla más que interesante. Van Aert demostraba ser el más fuerte de los belgas y desde el inicio puso un ritmo imposible para sus compatriotas. Van Tichelt se hundía, mientras que Soete y Jauregi regresaban a la lucha por las medallas en una recuperación impresionante hecha entre Herygersduin y el tramo de pradera posterior. El paso por los siguientes arenales no determinó nada, de modo que solo quedaba esperar al sprint en el que Jauregi conseguía completar un comeback épico que le otorgaba la presea de bronce.
Clasificación final:
- Mathieu van der Poel (Holanda) en 43’36”
- Wout van Aert (Bélgica) a 8″
- Quentin Jauregi (Francia) a 21″
- Quinten Hermans (Bélgica) a 21″
- Daan Soete (Bélgica) a 21″
- Yorben van Tichelt (Bélgica) a 48″
- Silvio Herklotz (Alemania) a 1’00”
- Daan Hoeyberghs (Bélgica) a 1’25”
- Romain Seigle (Francia) a 1’32”
- Victor Koretzki (Francia) a 2’11”
Sub 23
Tras el “pistoletazo” de salida, el bronce en Sankt Wendel, Karel Hnik (República Checa), se pudo rápidamente en cabeza, pero Lars van der Haar (Holanda), no quería problemas y pegó un arreón inicial que parecía final, ya que descompuso la carrera en mil pedazos y le dejó, en medio giro, con una ventaja de una decena de segundos. Sin embargo, Wietse Bosmans (Bélgica) nos regaló varios pasos por Herygersduin totalmente antológicos que le dejaron en cabeza junto con el todocampeón espoir. El duelo, en el primer paso por meta, ya estaba servido. Por detrás Mike Teunissen (Holanda), Arnaud Grand (Suiza) y Marek Konwa (Polonia), encabezaban a los diseminados perseguidores haciendo la goma con los líderes.
Y es que por delante no se había consolidado un ritmo fuerte. Mientras que el holandés solía llevar el mando y cambiaba de ritmo un par de veces por vuelta para probar a su rival, el belga se limitaba a aguantar a rueda y a imponer su habilidad en la arena de Herygersduin, donde abriría un precioso hueco en las dos siguientes vueltas, que finalmente era recortado, no sin sufrimiento, en los últimos metros del trazado. Aun así, la distancia con sus rivales directos continuó incrementándose hasta mediada la cuarta vuelta de las siete programadas, ecuador de la carrera.
Mientras los dos de delante seguían a lo suyo, por detrás Michael Vanthourenhout (Bélgica), Arnoud Jouffroy (Francia) y Michiel van der Heijden (Holanda), atrapaban a los que hasta ahora formaban en segundo grupo de la carrera. No contento con eso, el holandés, tras unos pasos brutales por las dunas, dejó atrás a sus hasta entonces compañeros y siguió convencido en busca y captura de la cabeza de carrera. Fue paso de la quinta vuelta por el arenal dedicado (hasta mañana) a Paul Herygers, el punto clave para la carrera. Bosmans conseguía dejar atrás por primera vez en la primera parte a Van der Haar, que era a su vez cazado por su compatriota. Con los antecedentes vistos, parecía que en el paso de vuelta el belga podía decidir la carrera a falta de quince minutos. Sin embargo, chocó contra la arena por primera vez en la carrera y fue de nuevo absorbido por los holandeses de cara a los dos últimos giros del Mundial. Un trío en cabeza y los demás a 50 segundos.
Lo sucedido a partir de entonces es una oda al ciclismo y al espectáculo deportivo. El primero en dar fue el campeón europeo en Lucca, pero tan pronto como arrancó, el recién llegado lanzó su apuesta con más de vuelta y media por recorrer. Un ataque largo y duro, que aunque hizo sufrir a Bosmans, no logró descolgarle. Cuando las fuerzas de Van der Heijden comenzaron a flaquear, de nuevo los dos grandes protagonista de la carrera se lanzaban al ataque ¡a la vez! en el largo arenal de Herygersduin. Aunque estuvieron a punto de marcharse solos en Hoge Blekke, el aspirante oranje pudo recuperar el terreno perdido. Y mientras por delante sucedía esto, Jouffroy ponía un ritmo de extraterrestre que le dejaba a quince segundos de ellos a una vuelta de la conclusión.
Y aquí fue donde entró en juego la táctica holandesa. Tras hablar al inicio de vuelta, la idea era que ambos entraran en las dunas en cabeza, de modo que Van der Heijden bloqueara a Bosmans y Van der Haar pudiera irse en solitario. Sin embargo, el belga se percató y no solo evitó la situación, sino que fue quien encabezó el grupo en los primeros tramos de arena. Tras no conseguirlo en el primer paso, Van der Haar atacó en el tramo intermedio sin suerte, y decidió ser el mismo quien bloqueara a Bosmans en el segundo paso obligándole a bajarse de la bici. Como respuesta, el belga cerraba a Van der Heijden contra la valla, haciéndole perder unos metros valiosísimos, mientras Jouffroy estaba cada vez más cerca de ellos. Tres cuartos de hora llevaban en cabeza, y todo se decidía al final. Van der Haar, estando en cabeza, se caía en la bajada de Hoge Blekke, pero conseguía no perder la estela de Bosmans, a quien los comentaristas de Sporza ya coronaban como Wereldkampionen. Sin embargo, el sprint estaba servido, y la punta de velocidad del holandés fue demasiado para el joven ciclista de Braaschaat, quien subió llorando al podio. Van der Leijen, por los pelos conseguía mantener el bronce ante Jouffroy, quien con una vuelta más posiblemente hubiera repetido título.
Clasificación final:
- Lars van der Haar (Holanda) en 49’20”
- Wietse Bosmans (Bélgica) a 1″
- Michiel van der Heijden (Holanda) a 4″
- Arnaud Jouffroy (Francia) a 5″
- Laurens Sweeck (Bélgica) a 50″
- Marek Konwa (Polonia) a 56″
- Mike Teunissen (Holanda) a 1’03”
- Arnaud Grand (Suiza) a 1’13”
- David Menut (Francia) a 1’13”
- Gianni Vermeersch (Bélgica) a 1’28”
Clasificación final:
- Mathieu van der Poel (Países Bajos) en 43’36”
- Wout van Aert (Bélgica) a 8″
- Quentin Jauregi (Francia) a 21″
- Quinten Hermans (Bélgica) a 21″
- Daan Soete (Bélgica) a 21″
- Yorben van Tichelt (Bélgica) a 48″
- Silvio Herklotz (Alemania) a 1’00”
- Daan Hoeyberghs (Bélgica) a 1’25”
- Romain Seigle (Francia) a 1’32”
- Victor Koretzki (Francia) a 2’11”