Si históricamente asocias el ciclocross a tres nombres, éstos deberían ser Erik De Vlaeminck, Roland Liboton y Sven Nys. Los tres, han sido claros dominadores de los cross en sus respectivas épocas, pero además lo fueron en el Mundial. Así, Erik De Valeminck obtuvo siete títulos mundiales, seis de ellos consecutivos, mientras que Roland Liboton consiguió cuatro en la primera parte de la década de los ochenta, siendo además campeón nacional desde 1980 hasta 1989 de manera consecutiva. En cambio, Sven Nys sólo ha conseguido un título a lo largo de su dilatada trayectoria.
Para un crossman que lleva la friolera de catorce temporadas siendo top a nivel mundial, ganador de nada más y nada menos que 240 cross desde su estreno en profesionales en la temporada 1998-1999, el título logrado en 2005 se queda corto para un ciclista de la talla del belga. En sus trece participaciones hasta la fecha, en sólo tres ocasiones ha salido del top10 de la prueba. Tanto en 2004 como en 2006 tuvo que abandonar tras sendas caídas, la segunda de ellas más dura todavía puesto que iba liderando la carrera junto a sus compatriotas Erwin Vervecken -a la postre ganador- y Bart Wellens. Entre medias, su único título, un título que pasó a la historia del ciclocross. La temporada de barro de 2004/2005 será recordada con el paso de los años. Sven Nys se convirtió tras ganar el Mundial de Sankt Wendel en el primer ciclocrossman -y único- en lograr el Grand Slam. El Kanibaal van Baal consiguió ese año la victoria en el citado Mundial, en la Copa del Mundo, en el Superprestige, en el Gazet van Antwerpen Trophy y el campeonato belga además de liderar el ranking de la UCI, aunque tal aplastante superioridad no se vio en la cita mundialista donde tan sólo ganó con dos segundos por delante de su compatriota Erwin Vervecken.
Tras ganar claramente sendos Campeonatos del Mundo sub23 en 1997 y 1998 por delante de Bart Wellens, su primera toma de contacto en la categoría elite le llevó hasta la quinta posición en la victoria de Mario de Clercq en 1999. Un año más tarde, en Sint-Michielsgestel conseguía su primer metal al finalizar tercero tras Richard Groenendaal y Mario de Clercq. El Kaanibal Van Baal se estaba convirtiendo en un clásico de los mundiales, pero le faltaba rematar. Cuarto en Tábor, tercero en el igualadísimo Mundial de Zolder y quinto en Monopoli, los años pasaban y el título se le resistía. Después conseguir la tan ansiada victoria en Sankt Wendel y el abandono en el año siguiente, cosechó su peor resultado en 2007 en el circuito de Hooglede al finalizar undécimo en la victoria de Erwin Vervecken. Desde entonces no se ha bajado del podio. Tres bronces consecutivos y la plata alcanzada en 2011 son su bagaje que se transforma en un oro, una plata y cinco bronces en sus trece participaciones.
Ahora, en Koksijde, se batirá junto a Kevin Pauwels, Zdeněk Štybar y Niels Albert por subir de nuevo a lo más alto, aunque su condición de favorito número uno se haya desvanecido tras los dos últimos fines de semana en el que su rendimiento ha caído en lo que parece llegar pasado de forma a la cita mundialista.