Tardó el genio en aparecer, pero una vez que lo hizo no dejó opciones a sus rivales. Mark Cavendish, el británico de la Isla de Man, aprovechó las dos opciones que restaban al sprint antes de la aparición del bloque montañoso y la CRI de Peñafiel, que dará el segundo día de descanso.
Las etapas con meta en Lleida y Burgos tuvieron un simil desarrollo; la lucha de una fuga contra el pelotón fue una de ellas. En ambos caso fue un grupo de corredores los que intentaron vencer a la tiranía de un pelotón que no estaba dispuesto a perdonar llegadas al sprint. Primero, en Lleida, fueron nueve los fugados entre los que se encontraban hasta tres corredores del Xacobeo Galicia, pero cuando aún restaban 23 kilómetros a la meta se acabó su aventura. Era el tiempo para los sprinters, no sin antes un susto provocado por el viento y la actuación del Garmin en la búsqueda de abanicos. Después del intento todo volvió a la calma. Calma relativa teniendo en cuenta la preparación del sprint. Una vez más se pudo comprobar que tener un sólido equipo detrás de ti suele garantizar el éxito. Así, el sprint de Lleida se convirtió en un no sprint. Una curva de 90 grados situada a escasos tres cientos metros de la meta sitúo a dos Columbia con una ligera ventaja, Mark Cavendish y su fiel lanzador Matthew Goss, gracias a un gran trazado de la curva y al obstaculizar al resto un corredor del Lampre con un excesivo uso del freno. Cavendish entraba victorioso en meta junto a un Goss que celebrando el éxito de su compañero fue superado en el último golpe de riñón por un Farrar que nunca tuvo opción de victoria.
En Burgos poco cambió la historia. Cinco fugados contra el empuje de un pelotón que a falta de 3 kilómetros dejaba el sprint como única vía al triunfo. En la calle Vitoria el más rápido, de nuevo, fue el británico, quién una vez superado a su compañero de equipo mostró su supremacía sobre el resto del pelotón entrando en meta de una manera poco ortodoxa, sus dos ruedas se elevaron unos 20 centímetros tras un salto. Aunque no fue una victoria tan cómoda como la de la jornada anterior, demostró una gran mejoría respecto al inicio de la Vuelta.

(Foto: © Bettini)
La clasificación general no sufrió cambio alguno en las dos jornadas, Igor Antón seguía siendo el portador del maillot rojo por delante de Vincenzo Nibali y Xavi Tondo.
Ahora llega uno de los momentos cruciales de la Vuelta, cuatro jornadas consecutivas de continuo esfuerzo con las llegadas en alto de Peña Cabarga, Lagos de Covadonga y Cotobello y la CRI de Peñafiel, que deberán de servir para esclarecer aún más la clasificación general antes de la definitiva etapa de la Bola del Mundo.
Miguel Hermosilla