Eran muchas las voces que consideraban la subida a Pal como una jornada en la que pocos acontecimientos podrían sucederse en una subida tendida pero falta de dureza. Ciertamente a algunos de ellos se les podría dar la razón una vez vistas las distancias en meta, siendo más determinantes las bonificaciones que estas. Pero eso ya es otro tema, del que seguramente tendremos que comentar al finalizar la Vuelta.
Sin ser una subida realmente dura pudimos sacar varias conclusiones de la jornada de ayer. La principal, Igor Antón es el hombre fuerte de la carrera, en una subida yendo de menos a más, no dejándose asfixiar por el ritmo que marcó Ezequiel Mosquera como fue el caso de Nibali y de sobretodo Joaquín Rodríguez.
Rodando a “mil por hora”, con múltiples intentos de fuga abolidos rápidamente por el pelotón arranco la etapa en Vilanova i la Geltrú. Cataldo, Txurruka, Gilbert,..algunos de los hombres que lo intentaron, pero el turno fue para Cherel (FDJ) y Tschopp (Bouygues).
Aunque el dúo de cabeza amasó rápidamente una ventaja considerable –una máxima de 14´55”- el pronto empuje del pelotón y teniendo un puerto como final de etapa, sus opciones nunca fueron reales. El Katusha, equipo del flamante líder, tuvieron una sorprendente colaboración en la cabeza del pelotón; el Rabobank de Denis Menchov emprendió el ritmo de caza. El ruso parecía haber recobrado sensaciones y apuntaba a disputar la etapa y la general.
Según avanzaban los kilómetros la fuga estaba condenada a morir, siendo escasamente 40” pasado el cartel del comienzo del puerto, momento en el que Rabobank dejaba a Katusha los mandos del grupo una vez asegurada la caza de la escapada. Pero las sensaciones realmente no fueron buenas. Menchov se cortaba a las primeras de cambio diciendo adiós a sus opciones a la general.
Fue Gonzalo Rabuñal el que asestó la primera estocada al grupo infringiendo un fuerte ritmo a favor de su líder, Ezequiel Mosquera, que una vez apartado su compañero asestó la segunda y definitiva estocada, yéndose en cabeza junto a Joaquín Rodríguez y Vincenzo Nibali. Sin dar un solo relevo, bastante tenían con poder seguir al gallego, mientras que por detrás Igor Antón y Fränk Schleck quedaban unos metros distanciados. El de Galdákano no pecó de cebarse con el ritmo de Mosquera, y vio, como primero dejaba de rueda al luxemburgués y como superada a un Joaquín Rodríguez que reventó y veía como sus opciones de conservar el liderato y optar a la general se diluían.
Después del de Katusha, tocó el turno a Nibali. El siciliano también se descolgaba de la rueda de un Mosquera que apuntaba a la victoria de etapa, pero que como otras tantas veces se quedaba a las puertas de ella. Un inconmensurable Igor Antón remontó desde atrás para superar al gallego y entrar victorioso y en solitario en la meta de Pal, consiguiendo de esta forma su segunda victoria en la presente edición y vestir, de nuevo, el maillot rojo de líder.
Segundo en meta a 3” entró Mosquera, mientras que remontando desde atrás Tondo entraba tercero a 10”, colocándose en el mismo puesto en la general. Dos hombres del Caisse, Urán y Bruseghin, fueron cuarto y quinto respectivamente a 15” de Antón. Nibali que pecó de cebarse con el ritmo de Mosquera entró sexto a 23” junto a Schleck y Moncoutie. Purito se dejó 59”, bajando a la cuarta posición en la general a 1´17”.
La general comienza a clarificarse después de unas jornadas donde las distancias fueron muy cortas. Así, Antón saca 45” a Nibali y 1´04” a Tondo. Una distancia para respirar con algo más de tranquilidad, pero que deberá aumentar en el tríptico cántabro-astur en vistas a la contrarreloj de Peñafiel, donde recordemos, las distancias pueden ser amplías.
En cuanto a la jornada de hoy, turno para los velocistas en Lleida, donde el británico Mark Cavendish tendrá una nueva oportunidad de estrenar su casillero individual en esta Vuelta a España.
Miguel Hermosilla