(Foto: © Bettini)

Como si se tratase del siglo XV durante los años finales de la Reconquista, Philippe Gilbert se “reencarnó” en la figura de Fernando el Católico para conquistar el castillo de Gibralfaro, así como el liderato. Justo premio para un final de etapa espectacular. El valón superó en la meta malagueña al español Joaquín Rodríguez, el cual pecó de una mala colocación en los momentos cruciales y quedándose un remontada a un escalón del triunfo y el liderato.

De nuevo el calor fue el principal protagonista en tierras andaluzas, así como la intoxicación alimenticia que sufrieron los integrantes del Team Sky que vieron como en la jornada de hoy perdían dos integrantes, el surafricano John Lee Augustyn y el velocista Ben Swift, sexto en la jornada de ayer.

No llegaba a 160 kilómetros el trazado entre Marbella y Málaga, pero exigente de principio a fin. De salida se iniciaba la ascensión al puerto de Ojén de segunda categoría, propicio para los intentos de protagonizar la escapada del día que aún contar con numerosos saltos no fue capaz de fraguarse dicha escapada, mientras que por detrás el líder Cavendish quedaba descolgado a las primeras de cambio. Fue camino del sprint especial de Alozaina cuando se formó la escapa integrada por Egoi Martínez (Euskaltel-Euskadi), Kadri (AG2R), Vanendert (Omega), Cherel (FDJ), Terpstra (Milram), Serafín Martínez (Xacobeo Galicia) y un Ramírez Abeja (Andalucía) que repetía fuga después de ser protagonista en la jornada de ayer. Mientras tanto, el de la Isla de Man perseguía a un pelotón al que sólo la relajación tras la formación de la escapada permitió contactar con el grueso del grupo.

Los siete de cabeza pedaleaban hacia el primer puerto de entidad de esta Vuelta 2010, el puerto del León de primera categoría, con una ventaja máxima que llegó alcanzar los 9´40” minutos, pero el trabajo de Liquigas, Katusha, Saxo Bank y HTC-Columbia situó al pelotón a poco más de 3 minutos justo en el momento que llegaba la parte crucial de la etapa. Eran casi 16 kilómetros de ascensión donde tanto los hombres de la fuga como del pelotón sufrieron en sus piernas la dureza del puerto malagueño y el intenso calor reinante. Pronto cedió terreno Cavendish, conocedor que su liderato llegaba a su fin. Por delante, Serafín Martínez lanzó un ataque convirtiéndose así en cabeza de carrera, pero por detrás el ritmo fue en aumento reduciendo poco a poco la ventaja del gallego y descolgando a ilustres del pelotón como Andy Schleck o incluso al que sería vencedor de etapa, pero tanto la dosificación como tomar cierto riesgo en la bajada propició el reingreso en el pelotón.

Con sólo el movimiento del francés Moncoutie a 3 kilómetros de coronar en un intento de unificarse al dúo perseguidor de Serafín compuesto por Egoi Martínez y Cherel terminó el puerto del León. Apenas 1´52” separaba la cabeza del pelotón cuando aún restaban 37 kilómetros a meta. Tan sólo una mala organización por detrás otorgaría esperanzas al gallego. Pero la aventura no tuvo un final feliz. La autovía y las largas avenidas de Málaga condenaron al pupilo de Álvaro Pino que veía como metro a metro la ventaja decrecía a favor de un pelotón donde varios equipos tomaron la cabeza del mismo a favor de la persecución. El bravo corredor del Xacobeo aguantó hasta las primeras rampas de Gibralfaro, pero una carrera lanzada por los hombres del Omega-Pharma acabó por engullir el sueño de Serafin. Como consuelo, el liderato en la montaña.

La victoria estaba por decidirse y como en muchos otros casos, tanto pecar de anticipación como una mala colocación fueron cruciales para el desarrollo de la misma. Nibali pecó de precipitación, haciéndosele la ascensión demasiado larga y viéndose superado por un Gilbert que saltó como una exhalación en busca de una victoria en una temporada marcada por las lesiones. Mientras el valón caminaba hacia la victoria, “Purito” intentaba remontar desde atrás después de una mala colocación que le condenaría en las rampas de Gibralfaro. Finalmente 3” fue la ventaja de un Gilbert que también se hacía con el maillot rojo de líder. En tercera posición entró Igor Antón a 13” precediendo a un Nibali que acabó cediendo 15”, mientras que otros favoritos como Menchov, Mosquera y Fränk Schleck llegaron a 18” y 19” respectivamente.

Buen sabor nos deja la subida a Gibralfaro en vísperas de Valdepeñas, otro final con un repecho esta vez infernal y que tanto han hecho vibrar a los aficionados del Giro de Italia y que ahora podemos disfrutar en la Vuelta a España.

Miguel Hermosilla