Los velocistas no tienen derecho a disputar clasificaciones generales. Eso parecen pensar los organizadores de muchas de las denominadas “vueltas de una semana” del circuito internacional, a tenor de los recorridos que vienen desarrollándose en las ediciones más cercanas a la actualidad. La última en apuntarse a este “movimiento” es el Santos Tour Down Under, que tendrá el final de su 5ª etapa en la Old Willunga Hill, una subida de 3 kilómetros con una pendiente media que ronda el 7’5% y que, salvo escandalosa sorpresa, impedirá que cualquiera de los velocistas pueda optar a lucir el maillot naranja de líder al día siguiente, en la última etapa, por las calles de Adelaida.

Andre Greipel Tour Down Under

De lo que aquí se trata es de abrir el abanico, de ampliar las posibilidades, de hacer posibles las sorpresas. En la variedad está el gusto. Que los sprinters con aptitudes, y sobre todo, con capacidad de sufrimiento en terrenos adversos, pudieran esforzarse durante varios días consecutivos para llevarse a casa un maillot que no fuera el de la regularidad. No se trata de carreras únicamente para sprinters, como el Tour de Qatar o el extinto Giro de la Provincia de Lucca. Hablamos de pruebas como eran hasta hace no muchos años la Vuelta a Andalucía o la Tirreno – Adriático. Esa era la idea: Vueltómanos vs. Velocistas. Todos tendrían su oportunidad si jugaban bien sus bazas. Así, comparten palmares Tony Rominger y Óscar Freire. Abraham Olano y Filipo Pozzato. Michael Rogers y Erik Zabel. Joop Zoetemelk y Herminio Díaz – Zabala.

Pero desde hace unos años, estas carreras han cambiado su estructura. Los últimos vencedores en La Corsa dei Due Mari (Evans en 2011, Garzelli en 2010, Scarponi en 2009, Cancellara en 2008, Klöden en 2007) figurarían más fácilmente en una lista de candidatos a la victoria de una Gran Vuelta que de una Milán – San Remo (a excepción de Espartaco en ’08, donde una contrarreloj de 26km decidió). En la vuelta a Andalucía, los tres últimos vencedores destacan en la lucha individual (Irizar en 2011, Rogers en 2010 y Posthuma en 2009). Hay que remontarse hasta 2005 y 2007 respectivamente para encontrar la última victoria de un sprinter en la general, siendo en ambos casos Óscar Freire el elegido para resistir los empujones de los especialistas en carreras de una semana.

Con el cambio de recorrido en el Tour Down Under, el abanico de favoritos vuelve a cerrarse y se une a las vueltas en las que los velocistas una vez tuvieron su oportunidad de luchar por algo más que una etapa. El final en alto de la quinta jornada elimina casi por completo las opciones de los sprinters de apuntarse la primera prueba World Tour de la temporada. No obstante, con Greipel todo es posible. Pero es un hecho que el ciclismo moderno, cada vez es menos país para sprinters.