¿Es posible mejorar una temporada en la que tu equipo gana el Tour de Francia? Si unos meses después firmas a Thor Hushovd y Philippe Gilbert, no sólo es posible: es una obligación. En estas se encuentra el BMC de Andy Rihs, que ha destapado bolígrafos y talonarios para formar un equipo de absoluta élite, con capacidad para brillar en todo tipo de carreras y territorios. El conjunto norteamericano, que el año pasado también venció en pruebas como París-Tours, Tirreno Adriático o Tour de Romandía, compite por el título de escuadra más potente de la temporada 2012.

Altas y bajas en BMC

Philippe Gilbert, el nombre de la temporada 2011, eligió a BMC de entre las numerosas ofertas que recibió desde julio. Además del campeón belga y de Hushovd, los dos fichajes mediáticos, Rihs sacó beneficios de la desaparición del HTC-High Road: Marco Pinotti y el joven Tejay van Garderen llegan desde la casa magenta como apoyo para Cadel Evans. BMC también ha firmado al británico Stephen Cummings y, junto a él, a su compatriota Adam Blythe y al belga Klaas Lodewyck, dos jovenes ciclistas que llegan desde el Omega Pharma-Lotto con Gilbert. Las bajas tienen mucho menos peso: Kaster Kroon, Alexander Kristoff, Jeff Louder, Chris Barton, Chad Beyer y John Murphy. El salto de calidad es evidente: mientras que las siete altas suman 24 victorias, de entre los seis que se van sólo Kristoff consiguió levantar los brazos una vez en 2011.

Líderes en la carretera

Parece obvio, ¿no? Evans, Gilbert, Hushovd; Hushovd, Gilbert, Evans. El aussie, tras lograr el sueño de toda una carrera deportiva en 2011, querrá seguir dando lustre al impresionante palmarés que lucen sus 35 primaveras, tanto en Francia como fuera del país vecino. Hushovd, con un año menos que Evans, continuará con sus lecciones de cómo ganar siendo un sprinter que ya no tiene velocidad. Sin embargo, si hay un hombre en el que fijarse durante todo el año del BMC es Philippe Gilbert. Tras una temporada histórica, ¿dónde están los límites del campeón nacional belga? ¿Podrá repetirla? ¿Habrán encontrado sus rivales, incluyendo el recuperado Valverde, la forma de frenarle?

Puntos clave del calendario

Con una plantilla tan completa -quizá sólo les falta un velocista de primera línea, después de que parezca descartado que Van Avermaet lo vaya a ser algún día- veremos a los de rojo y negro brillando a lo largo y ancho del calendario. Aun así, puestos a simplificar, podemos reducir sus momentos clave a dos: la primavera y el Tour. Gilbert y Hushovd se repartirán lucha por las clásicas, con alguna coincidencia de objetivos (San Remo y Flandes) que veremos si resuelven sin dañar ningún ego. Mientras, Evans dispondrá de un bloque a priori más potente que el pasado para defender la corona que logró en París el pasado mes de julio.


La posible explosión de… Taylor Phinney

¿Qué queréis que le haga si BMC ha reunido a dos de las promesas más famosas del pelotón? Phinney y Van Garderen son el futuro del ciclismo estadounidense. Mientras TVG irá previsiblemente al Tour a trabajar para Evans, y aun con las dudas respecto a su valía para vueltas de tres semanas (paciencia, que es de 1988), Phinney (1990) seguirá creciendo como contrarrelojista y quizá empiece a asomar la patita por las carreras de piedras, en un equipo con tanto rodador y tan poca presión para él.

Nuestra apuesta: Alessandro Ballan volverá a ganar

Aquí había que arriesgarse. El que fuera arco iris en el Mundial de Varese, ha tenido un rendimiento absolutamente mediocre desde entonces, entre asuntos de dopaje y lesiones. ¿Por qué iba a resucitar este año, cuando tiene a Hushovd y Gilbert -como mínimo- por delante en las carreras que se le dan bien? No lo sé. Pero algo me dice que tener a dos líderes sólidos puede hacer crecer a Ballan, quitarle miras de encima y hacer que se reencuentre con la bicicleta. En cualquier caso, lo raro sería que en el BMC no inscribiesen su nombre como ganadores de alguna prueba de piedras: Gilbert, Hushovd, Hincapie, Ballan, Burghardt, Phinney, Quinziato, Van Avermaet…

Expectativas de C&H para BMC

Analizada de forma realista, no se puede esperar que la plantilla del BMC vaya a dar un número disparatado de victorias, a usanza del difunto High Road, especialmente por la comentada falta de velocistas. Lo que sí se debe esperar es que estén en la pelea de todas las clásicas importantes y del Tour de Francia, y no sólo que peleen, sino que se lleven un buen puñado de victorias de prestigio. Sin dejar de lado el azar implícito al ciclismo -especialmente en las pruebas de un día- el 2012 de BMC debe situarle en la pelea directa por ser la escuadra más dominante del pelotón.