El 29 de Abril de 1935 fue la fecha en la que la Vuelta Ciclista a España vio la luz, una luz que en sus comienzos fue más intermitente debido, una vez más, a los conflictos bélicos que asolaron primero España y después Europa. 3.245 kilómetros distribuidos en catorce etapas desafiaron a los 50 valientes que tomaron la salida en Madrid camino de Valladolid. Todo ello gracias a la iniciativa de Clemente López Doriga en colaboración con el director del periódico Informaciones, Juan Pujol. Como no podía ser de otra forma, de nuevo un medio escrito se encargó de sacar adelante una competición ciclista. Después de un gran duelo entre el belga Gustaaf Deloor y Mariano Cañardo, fue el belga quien se proclamó primer vencedor de la clasificación general, logrando repetir en 1936 siendo líder de principio a fin y ayudando a su hermano Alfons a finalizar segundo en una edición que estuvo a punto de suspenderse debido a la debilidad política reinante en España.

El estallido de la Guerra Civil Española y después la Segunda Guerra Mundial retrasó a 1941 la tercera edición de la Vuelta a España, una edición que estuvo marcada por el dominio nacional debido a la poca participación internacional, solamente cuatro suizos –país neutral- tomaron parte de una Vuelta que tuvo a Julián Berrendero y al velocista Delio Rodríguez como principales protagonistas. El primero se llevó la clasificación general que lograría revalidar en el año siguiente y el segundo se llevó doce etapas.

La precaria situación económica que asolaba el país fue el motivo de una nueva suspensión de la Vuelta. Tras dos años de ausencia, retomó la carretera en 1945 de la mano del Diario Ya y tuvo en la figura de Delio Rodríguez a su vencedor. Al año siguiente fue Dalmacio Langarica el ganador, mientras que un belga, Eduoard Van Dyck, rompió la hegemonía nacional en 1947. En 1950 la Vuelta tocaba fondo con apenas 42 ciclistas en la salida y tras su finalización, el Diario Ya abandonó, al igual que Delio Rodríguez, que puso punto y final a su carrera con 39 triunfos de etapa, récord que todavía perdura.

El relevó llegó cinco años después. En 1955 otro diario cogía el testigo de la organización, El Correo Español/El Pueblo Vasco tomo las riendas de la Vuelta a España consiguiendo que se sucediese ininterrumpidamente y logrando duplicar la participación en comparación a años anteriores, además de dotarla de más calidad internacional. Federico Martín Bahamontes, Jesús Loroño y Miguel Poblet encabezaron a los 106 ciclistas en la línea de salida, pero sorprendentemente el triunfo fue para el francés Jean Dotto. Un año después fue el turno para un italiano, Angelo Corterno. En ambas ediciones el Águila de Toledo finalizó segundo en la general, pero el primer español en conseguir un Tour de Francia no pudo conseguir ese éxito en casa. La participación de Fausto Coppi en 1959 fue el gran aliciente para el público.

A partir de 1960, el prestigio de la Vuelta fue creciendo y las estrellas de la bicicleta se fueron sucediendo por las carreteras españolas. Tras Coppi, fue Jacques Anquetil el siguiente. En su primera participación una gastritis le impidió rendir en condiciones, pero a la segunda, en 1963 consiguió la victoria para convertirse en el primer ciclista en ganar las tres grandes rondas por etapas, un hecho que sólo Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Alberto Contador han conseguido repetir. Un año después otro francés acabó vistiendo el maillot amarillo, Raymond Poulidor.

Después de unos años de estabilización, de nuevo los problemas económicos del organizador estuvieron a punto de suspender una vez más la Vuelta a España. La incertidumbre sobre el desarrollo de la prueba hizo que en 1966 cayera la participación extranjera, volviendo el triunfo a un ciclista español tras cuatro años de sequía. Francisco Gabica y el equipo KAS fueron los grandes protagonistas de ese año. Una vez superados los problemas, la Vuelta volvió a su nivel un año después, consiguiendo un gran elenco de ciclistas en su participación.

En 1968 la tragedia estuvo a punto de salpicar la Vuelta a España. La 15ª etapa que discurría entre Vitoria y Pamplona tuvo que ser anulada debido a un atentado terrorista que se produjo previo al paso de los ciclistas, afortunadamente sin daños personales. Felice Gimondi fue el vencedor final, consiguiendo así el triunfo en las tres grandes rondas por etapas. Un año después tuvo lugar el nacimiento del nuevo ídolo nacional, el conquense Luis Ocaña se convirtió en el favorito de los aficionados sucediendo a Bahamontes y finalizando segundo, solamente superado por Roger Pingeon, pero un año después, consiguió lo que Bahamontes nunca pudo, la victoria en la clasificación general. A ello uniría otros dos segundos puestos, con mención especial al de 1973, donde protagonizó el mejor duelo de todos los habidos hasta entonces con Eddy Merckx. Pero un año antes, José Manuel Fuentes, el Tarangu, ya había conseguido la primera de sus dos victorias, sólo interrumpidas por El Caníbal.

Otro de los grandes del ciclismo, Bernard Hinault consiguió la victoria en 1978 en el último paso de la misma por el País Vasco debido a la sucesión de incidentes que impedían el desarrollo de la carrera. Un año después, la Vuelta estuvo a punto de ser suspendida de nuevo. El Correo abandonó la organización de la misma, pero gracias a las mediaciones del presidente de la federación, Luis Puig, logró que la empresa Unipublic se encargara de la misma. Este hecho unido al aumento de la publicidad y al comienzo de la retransmisiones por TV dieron de nuevo un empuje a la prueba española. El holandés Joop Zoetemelk fue el vencedor de ese año.