El talento humano es el recurso más importante para el buen funcionamiento de cualquier estructura organizada. A efectos deportivos, el talento es una aptitud específica susceptible de una evolución positiva por encima de la media. En cualquier equipo, estructura, la búsqueda de talentos es la principal preocupación del área deportiva. Encontrar deportistas que destaquen por encima del resto de adversarios te hace tener muchas más posibilidades de éxito.

En Liquigas han sabido rentabilizar ésta máxima durante las últimas temporadas. Fruto de ello, se extraen los grandes resultados que la escuadra italiana ha ido cosechando año tras año. Tan sólo hace falta echar la vista hacia atrás. Bien pasados directamente del campo amateur, bien fichados de otros equipos, la estructura de Roberto Amadio rodeó el equipo de numeroso talento. Desde los Franco Pellizotti, Filippo Pozzato, Luca Paolini, Danilo Di Luca, Dario Cataldo o Enrico Gasparotto, pasando por los más recientes Vincenzo Nibali, Roman Kreuziguer, Robert Kiserlovski o Eros Capecchi y llegando a la nueva generación de ciclistas italianos que vienen pisando fuerte encabezada por Elia Viviani, Daniel Oss, Davide Cimolai, Japoco Guarnieri y Simone Ponzi. Pero el verdadero diamante en bruto fue el descubrimiento de Peter Sagan. El joven prodigio eslovaco fue el mejor reflejo de talento adaptado al ciclismo en estos últimos años a nivel mundial.

La unión entre ciclistas veteranos y experimentados con los jóvenes talentos está dando un gran resultado en el seno de la Liquigas. Pero al igual que importante es encontrar el talento, más importante es todavía conservarlo. Con el poderío económico de otros equipos se ha ido al traste la misiva de lograr retener al talento. Así, temporada tras temporada, la fuga de talento de la Liquigas está a la orden del día. Amadio y compañía no pueden retener a sus ciclistas motivados por ofertas bastante suculentas del exterior, renunciando a su pesar a contar con ellos para más años. De esta forma, ciclistas como Pozzatto, Cataldo, Kreuziguer o Kiserlovski han dicho adiós en las últimas tres temporadas. Bajas de peso, fichajes que en principio garantizan resultados a lo largo de la temporada, valores seguros o valores que tienen que ir a más.

Simone Ponzi ha completado una gran temporada en 2011

Finalizada la presente temporada, la sangría ha continuado. Tres jóvenes italianos, tres ciclistas que están llamados hacer grandes cosas en el futuro han dejado el conjunto gasístico. Davide Cimolai, Jacopo Guarnieri y Simone Ponzi han puesto rumbo a otros equipos. Dos hombres rápidos y un clásicomano de los de antaño. Cimolai, hombre salido de la pista, pasará a formar parte del treno de Alessandro Petacchi en la Lampre-ISD con la incógnita de saber en cuanto tiempo logrará ser la locomotora principal. Por su parte, Guarnieri y Ponzi acudieron a la llamada de Silvio Martinelli para reclutarles en Astana. Allí Guarnieri compartirá galones con Borut Bozic, mientras que Simone Ponzi tendrá una dura rivalidad por la lucha en las clásicas. De las tres salidas, tanto la de Cimolai como la de Guarnieri son más comprensibles. Su lucha por un puesto con Viviani y Sagan no les beneficiaba para sus intereses. Más dudosa parece la marcha del de Manerbio. Por méritos propios, Ponzi se había convertido en uno de los hombres importantes de la Liquigas en las carreras de un día. Más que a motivos deportivos, su fichaje por Astana se debe a motivos económicos.

Para 2012 el reclutamiento de talento seguirá fiel. A día de hoy y una vez cerrada la plantilla, las llegadas de Moreno Moser –sobrino de Francesco Moser- y Stefano Agostoni infunden nuevas esperanzas en el seno del equipo de haber encontrado, de nuevo, dos diamantes en bruto que sean capaces de brillar en un corto período de tiempo.