En otro día más de abrasadora canícula incluso en la alta montaña alpina, el Tour ha vivido una jornada espectácular de ciclismo prácticamente de principio a fin de la etapa. La jornada salía en un ligero descenso desde Avoriaz hasta el pie del primer gran puerto de la etapa, la Colombière, allí donde el año pasado los Schleck pusieron a prueba a Contador. En ese terreno previo a la tremenda dureza que concentraba la jornada se fraguó una escapada que iba a marcar el desarrollo de la carrera. Se colaron tres ciclistas del Caisse d’Épargne, entre ellos Luis León Sánchez, moderadamente bien clasificado en la general, y el equipo del nuevo líder, el BMC de Evans no quiso permitir que aquello fuera demasiado lejos.

Sandy Casar Tour

Foto de Graham Watson

No deja de ser curioso ver a la esquadra de Unzué reinventarse sin la figura de un líder sólido hacia la guerra de guerrillas de los triunfos parciales en su búsqueda de patrocinio, y a un equipo construido para brillar en la immediatez del día a día defender el liderato del Tour de Francia. Y es que pese a ser un bloque nuevo, el conjunto suizo-americano cuenta con poderosos todoterrenos fichados a golpe de talonario para brillar en las clásicas de primavera. Burghardt, Ballan, Kroon, Hincapie… todos ciclistas de categoría que pese a encontrarse lejos de su terreno ideal respondieron bien al envite de defender un maillot amarillo en las montañas del Tour.

Así, la distancia de los escapados nunca superó los seis minutos – el murciano estaba a cinco de Evans – y la carrera parecía controlada en términos de la clasificación general. Pocos pensaban viendo el conservador comportamiento de los líderes el domingo en Avoriaz que los peces gordos de la carrera fueran a plantear batalla en la larguísima ascensión a la Madeleine, situada como estaba su cima a 35 kilómetros todavía de la línea de meta. Pero el ritmo durante la primera parte de la etapa y el tremendo calor que lleva protagonizando el Tour prácticamente desde el inicio iban a pagarse a poco que se seleccionase la carrera. SaxoBank encendió la mecha con el ritmo del siempre nervioso Sorensen y Astana aceleró la combustión primero con Tiralongo y después con un tremendo Dani Navarro. ¡Boom!

Lo que quedaba de pelotón explotó en mil pedazos. Por delante, Schleck y Contador, Contador y Schleck, en un mano a mano que resolvió sin ganador y que promete emociones fuertes para los Pirineos. Un poco por detrás, Samuel Sánchez, en solitario, mostrándose el más fuerte de los mortales. Luego un rosario de buenos corredores minimizados por la dupla dominadora. Grupos pequeños y diferencias grandes, sinónimos de gran ciclismo. La peor parte para Evans, una vez más perdiendo el liderato de una gran carrera con estrépito, un día después de cogerlo, como en el Passo Coè en el Giro de su destape hace ocho años. Lágrimas al final en meta, de dolor físico por la fractura de codo sufrida el domingo y escondida por su equipo para manejar la carrera más cómodamente y de dolor mental por la derrota.

Por delante la fuga quedó reducida a cuatro corredores tras el trabajo de Gutiérrez y Moreau en favor de Luisle. Junto al murciano, autor de una gran etapa ligeramente empañada al final, un Cunego muy venido a menos buscaba al fin su primera victoria en la Grande Boucle, el siempre luchador Casar aguantaba a duras penas en las rampas finales de la Madeleine mientras el sorprendente Charteau, un veterano que está haciendo la carrera de su vida, protagonista ya en varias jornadas, se iba en busca de los puntos para el maillot de la montaña. Los cuatro decidieron guardar fuerzas para el final, hasta el punto que Schleck y Contador, arrastrando a Moreau, llegaron hasta ellos en el último kilómetro, complicando más el final. Casar fue el más hábil pasando por dentro la penúltima curva, tomando una primera posición que ya no cedería pese al sprint de Luis León y Cunego. La enésima lección de ciclismo en una etapa memorable y otra victoria de prestigio para un ciclismo francés que a falta de grandes figuras sigue viviendo de una muy saludable clase media.

Jordi Martínez

Andy Schleck Tour

Foto de Graham Watson