Todo comenzó allá por 2007. Egoitz Murgoitio (Abadiño, 1983) corría en las filas del equipo profesional murciano del Grupo Nicolás Mateos. Tras haber luchado con ahínco saltar al campo profesional, la aventura del vizcaíno finalizaba amargamente el primer año como pro. La no continuidad del equipo le hizo replantearse su futuro en el ciclismo. Tras recalificarse la temporada siguiente con Cafés Baque, a final de 2008 dio el paso definitivo al ciclocross.

Para Murgoitio no era la primera experiencia rodar sobre barro. De hecho, sus inicios sobre las dos ruedas fueron como ciclocrossmen. En Porriño se proclamó Campeón de España cadete allá por 1999, logrando repetir el título en 2003 en categoría sub23. Tras la victoria, decidió centrarse en la carretera. Por su cabeza pasó luchar por ser profesional. Abandonó completamente el ciclocross durante cuatro largas temporadas.

En el regreso al barro ya mostró sus grandes dotes. Estrenó su palmarés en el circuito más duro de la temporada nacional. En Osintxu, sobre barro y hielo en la penúltima cita de la Copa de España, logró levantar los brazos por primera vez. Los buenos resultados cosechados le valieron para defender a España en el Campeonato del Mundo en Hoogerheide, segunda experiencia en el extranjero tras participar en la cita de la Copa del Mundo en la localidad francesa de Nommay.

La temporada siguiente comenzó a ser el reflejo de donde podría llegar Egoitz Murgoitio. Después de firmar buenas actuaciones en las pruebas que abrieron la temporada de ciclocross, el mes de diciembre supuso un antes y un después en su carrera. Vencedor en Castro Urdiales, Llodio, Elorrio, Campeonato de Vizcaya y el Campeonato de Euskadi, siendo además tercero en el Campeonato de España. En la 2010/2011 el nivel siguió creciendo. Además de participar en el calendario nacional, el ciclista del Grupo Hirumet Taldea salió a correr en más ocasiones en el extranjero. Victorias en Karranzta, Muskiz, Treto, Navia, Llodio, Alcobendas y revalidar el título vasco, mientras que el fantástico undécimo puesto en la prueba de la Copa del Mundo en Igorre dio muestras del potencial que reside en el ciclista vizcaíno.

Murgoitio buscará estar más cerca de los grandes (c) Grupo Hirumet Taldea

Después de lograr progresar a pasos agigantados en los últimos años, esta temporada se presentaba como el punto de inflexión para Egoitz Murgoitio. Tras cambiar la planificación y adelantar ésta buscando llegar más fuerte que en anteriores años al inicio de temporada, los resultados han callado las voces que clamaban contra él por tomar esta decisión. El comienzo en el calendario nacional ha sido abrumador, cuenta días de competición con victorias. Valladolid, Karrantza, Muskiz, Ermua, Gijón y Navia. Estas dos últimas, citas de la Copa de España que le sitúan claramente en el liderato, pedaleando hacia su primer triunfo en la clasificación general. Además, acumula cinco pruebas en el extranjero. Erpe Mere, Harderwijk y Kalmhout, además de dos citas de la Copa del Mundo disputadas, Plzen y Tabor. En la República Checa la suerte no le acompañó. En el circuito de Plzen se vio obligado al abandono tras una caída junto a Vanthourenthout, Glazja y Walsleben en la primera vuelta cuando rodaba en el grupo de cabeza, mientras que en Tabor, en una carrera en la que fue de menos a más, remontó desde la 42ª posición para finalizar 21º a 2:11 del vencedor, Kevin Pauwels. Sus declaraciones tras la prueba son un principio de intenciones y objetivos: “Esta carrera ha sido mucho mejor de lo que muestra el resultado y he visto que puedo y debo estar entre los quince mejores en la Copa del Mundo”.

La próxima cita de la Copa del Mundo será en Kokjside donde Egoitz Murgoitio acudirá cargado de moral tras el recital en las pruebas nacionales. El top15 será el objetivo, un resultado real, a la alcance de la mano y que sin duda supondrá dar un gran salto de calidad tanto para el ciclista vizcaíno como para el ciclocross nacional.

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