Me extraña, con lo que son los frailes, que Movistar Team haya iniciado un proceso nada sencillo, como era la presentación de Alejandro Valverde como nuevo corredor del equipo navarro, sin saber a lo que se atenía. Me extraña porque no han sido años fáciles para la escuadra de Unzue, y mucho menos para el triste protagonista de esta historia de justicias, injusticias, sospechas y formas cuestionables. Esto que comento, una opinión como otra cualquiera, va argumentada tras años de fijación absoluta en los responsables del equipo y en cierto conocimiento de la causa. Me extraña, reitero, que a dos meses de que el murciano concluya con su periplo como sancionado por dopaje, se atrevan desde MT, porque sí, a atentar contra una UCI que ha demostrado mucha fijación en el caso y en su protagonista… y que siendo conocedora, seguramente, del evento, no fuera hasta el último cuando se anunciara su suspensión. Aunque aquí seguro que hay intrahistoria.

No es que Alejandro Valverde y Movistar Team se hayan mantenido en una absoluta discreción, y con las normas y leyes de la UCI como lectura de cama; el murciano ha competido en dos marchas cicloturistas sin dorsal a lo largo de este año, por aquello de no llamar la atención. La UCI, por su lado, amparada en sus leyes, le prohibió pedalear en su propia marcha y, durante la concentración del equipo en Mallorca, en febrero, recibió un toque de atención al rodar junto con sus ex compañeros, sin el uniforme ni el material del equipo. Estos hechos se antojan resultado de una fijación exacerbada y fuera de lugar. Una fijación insana y que incluso a muchos les ha llegado a cuestionar el objetivo de por qué, justo este año, la UCI anunció que su sistema de puntuación no contaría un solo punto, y durante dos años, a los corredores que volvieran tras una sanción.

Valverde Movistar Team

La UCI se escuda en el artículo 320 de su reglamento, por el que se impide que un corredor sancionado participe o pueda aparecer en cualquier acto organizado por un equipo, organizador o federación que esté adscrito a ella. Una ley que debe cumplirse y que Movistar Team debe respetar. Yo, como digo antes, no veo a los de Unzue especulando con esto e importunando accidentalmente a un patrocinador clave como es la telefónica. Creo, intuyo, que razones tendrían para organizar el evento y darle a la oficialidad del fichaje de Valverde la cobertura que merece. Como se ha leído durante la tarde ayer, la sanción por tal suceso se intuía fuera de lugar; dos años más de sanción para el corredor, 10.000 francos suizos para el equipo y la descalificaciíon automática de la propia UCI.

El argumento de la intensa fijación de la UCI con el de Puerto de las Lumbreras, y su máximo dirigente, Pat McQuaid (todos recordamos sus declaraciones en Romandía ´10), en el caso, toma mucho peso cuando uno se acuerda del caso de Ivan Basso. El italiano fue presentado con la Liquigas seís días antes de que expirara su sanción. Lo peor que puede hacer un órgano rector -y legislador- es escudarse en las leyes cuando le conviene. La UCI, que ofrece una intestabilidad en comunicación y organización severísima, parece subestimar la sensación que está dejando entre afición, equipos y corredores.

A todo esto, el equipo tiene previsto en breve la primera concentración de la temporada en Gorraiz (hasta la Challenge de Mallorca no habrá otra). En ésta, donde los corredores se someterán a varias pruebas médicas, biomecánicas, y se realizarán diferentes sesiones de fotos y charlas, tenía pensado estar Alejandro Valverde. Queda pendiente del juicio de la UCI seguir escudándose en leyes que en otros casos no hace cumplir, para ver por primera vez, y de forma oficial, vestido con el azul de Movistar al murciano. Y, en cualquier caso, le tendremos durante varios años más para disfrutar de su golpe de pedal y su competitividad. Lo que le queda por sufrir a McQuaid.

Nota del autor: no me gusta el nacional deportivismo. Aseguro que todo lo que escribo en este artículo, lo escribo porque soy un valverdista convencido y, aunque considere justa su sanción, estoy en total desacuerdo con las maneras de proceder y comunicar de la UCI y McQuaid. Otro órgano rector es posible en el ciclismo.