Quien le iba a decir al bueno de Sylvain que después del tortazo que se pegó allá por Abril iba a poder estar en el Tour de Francia y conseguiría la gesta que ha realizado en esta primera semana de competición, dos victorias de etapa que le han llevado al liderato y al entusiasmo de los aficionados locales los cuales están faltos de una estrella sobre la bicicleta.

Con la segunda baja para Euskaltel-Euskadi tras la retirada de Juanjo Oroz arrancaba la etapa en Tournus y apenas transcurrido cinco kilómetros la fuga estaba hecha. Resulta sorprendente la facilidad para su formación durante esta primera semana, donde a las primeras de cambio y sin mucha complicación la fuga salía adelante. Esta vez era el turno para el portado de malliot con puntos rojos, Jerome Pineau (Quick Step) que ante una jornada con seis puertos puntuables buscada asentar su liderato. Junto a él, Rubén Pérez (Euskaltel-Euskadi), Christian Knees (Milram), Samuel Dumoulin (Cofidis) y Danilo Hondo (Lampre) marcharon por delante llegando a conseguir una renta superior a los ocho minutos frente a un pelotón que dejaba hacer.

Con el francés de Quick Step coronando por las diferentes cotas transcurría la etapa sin tener claramente un equipo que asumiese el control para echar abajo la escapada. Fue el Bouygues quien tomó la iniciativa de la caza para buscar las opciones del campeón nacional francés, Thomas Voeckler.

Así pues, con el trabajo de los corredores del equipo francés la renta fue menguando hasta dejarla en un minuto en plena ascensión al Col de la Croix de la Serra de segunda categoría, momento en el que Voeckler junto a su compañero Gautier aprovecharon para marcharse en busca de los fugados, uniéndoseles en un primer instante Perget (Caisse d’Epargne) y Lloyd (Omega Pharma-Lotto) y poco más tarde Valls (Footon) y Cunego (Lampre).

Pero el movimiento clave sería el salto de Garate, Chavanel y Kolobnev, en el que sólo el francés sería capaz de contactar con los que adelante que buscaban a Hondo y Pineau, sobrevivientes de la escapada del día.

Ya en plena ascensión a la última dificultad de la jornada, la Côte de Lamoura, Gárate se unía al grupo de Chavanel, al igual que José Iván Gutierrez, y poco después, como si estuviesen sincronizados, los dos corredores del Quick Step atacaron, Pineau a Hondo y Chavanel al grupo. Los dos consiguieron su propósito y sería el segundo quien alcanzaría al primero cuando restaban 13 kilómetros para la meta marchándose en solitario hacia el triunfo. Por detrás, Valls salía a la caza de Chavanel y en el pelotón tiraba un Astana que dejaba descolgados a Cancellara, Geraint Thomas y a Andreas Klöden como hombres más importantes.

En meta, doble premio para Chavanel que se vuelve a vestir de amarillo con la difícil misión de defenderlo en Morzine en la verdadera primera jornada de montaña, con dos puertos de primera donde uno de los cuales, Morine-Avoriaz, estará instalada la línea de meta. Por su parte, Valls finalizaba en una brillante segunda posición a 57 segundos con Garate tercero y el grupo de favoritos a 1.47 del ganador.

Miguel Hermosilla