En un deporte tan duro como es el ciclismo, todo sacrificio no es una decepción. Pero siempre, por actitudes y expectativas que se tienen en uno u otro corredor, la decepción es lo que a veces transmiten ciertos ciclistas. Cada año siempre hay varios corredores que no hacen lo que se espera de ellos, porque están en una baja forma alarmante o porque, simplemente, no han estado a la altura en determinados momentos.
5º. Heinrich Haussler (Garmin – Cervélo)
Tras su tremendo 2009, la temporada pasada, debido a las lesiones, no tuvo su año. Tantos problemas físicos hacen que entrar en este tipo de categorías no sea justo. Pues bien, durante la reciente temporada se lo ha ganado a pulso. No se le ha visto en ningún momento importante del año. Empezó bien en su aproximación a la Primavera ciclista, ganando en el Tour de Qatar dos parciales y quedando segundo en la general final. En París-Niza rozó en varias ocasiones la victoria, hecho que le hizo llevarse la clasificación por puntos. En la Classicissima falló, quedando en el grupo de Ventoso y Rojas, en una carrera que se le ajusta muy bien y donde su performance fue una decepción. Como también lo fue su 61º en De Ronde y su abandono en la París-Roubaix.
Tras este fiasco siguió vagando por alguna carrera alemana, el Tour de Suiza y el Tour de Polonia en lo que era una aproximación decente -pero sin victorias- ante los otros objetivos del año; su Gran Vuelta del año (la de España) y el Mundial de Copenhague. En nuestra GT no hizo nada reseñable, más que escaparse y luchar por la victoria en la etapa de Noja, donde terminó petando, y en el Mundial un Goss espectacular durante los meses anteriores le fue comiendo la tostada como la opción aussie en Dinamarca. La victoria en Men Tou Gou lo único que consiguió es subir hasta 3 el número de victorias -las tres en carreras menores- y mejorar su resultado en puntos.
4 º. Andy Schleck (Leopard – Trek)
Es muy sintomático que un tipo con las condiciones y resultados del luxemburgués esté como cuarta mayor decepción del año. Y lo es porque solo una victoria (la tremenda del Galibier durante el Tour, sí) no es bagaje suficiente para alguien con sus condiciones. Se aproxima a las carreras con un pasotismo total y los dos ojos puestos en el pulsómetro. Tras el Tour, carrera en la que no cumple con los objetivos, que es ni más ni menos que ganarlo, cierra su temporada tras un paseo por Colorado y una renuncia a la Vuelta, donde un ciclista con orgullo iría, y otra posterior al Mundial y Lombardía, acuciado por un dolor de muelas que le deja K.O. durante todo el otoño.
Un corredor con su potencial no puede tener un sentido competitivo tan bajo. No puedo ir a las carreras previas a sus grandes objetivos (Lieja y Tour) y esquivar la posibilidad de vencer una etapa en Suiza o en Itzulia. Un corredor de su historial en Grandes Vueltas, con varios podiums en Giro y Tour, no puede renunciar a correr la Vuelta o, cuando la corre, no exprimirse buscando un resultado positivo. Y hacer lo mismo en Mundiales que le vienen bien, así como en el octubre italiano, es harina del mismo costal para un corredor que se ha conformado con correr a su nivel un día en todo un año.
3º. Luis León Sánchez (Rabobank)
Luisle es ya uno de los eternos debates entre la afición ciclista. ¿Qué es el murciano? ¿Un corredor para clásicas? Parece que no, viendo que en las grandes citas no rinde. ¿Alguien para Grandes Vueltas? Todo indica a que no quiere serlo… y en Rabobank tampoco parece que tengan interés. ¿Un croner? Ganar el nacional no es síntoma de ello. ¿Un corredor que debe exprimir su potencial en vueltas menores? Por su 2011 no parece que con los neerlandeses vaya a serlo tampoco. La indecisión, la incertidumbre y hasta la autocomplaciencia son el sinónimo de la carrera del de Mula hasta ahora, teniendo resultados en todas las materias pero no siendo nada. En la presente temporada esto se ha agravado debido a su complicada adaptación a Rabobank.
Un corredor con esa facilidad para llanear, subir puertos de cierta entidad y que disfruta de esa esencia de killer que muy pocos tienen, no puede terminar el año con dos victorias y con un rendimiento paupérrimo en los grandes días del calendario. Tras un nefasto comienzo de temporada, donde no se encontró en ni una carrera, llegó al Tour, su carrera fetiche, donde consiguió su tercera victoria de etapa en cuatro año. En Saint Flour empezó y acabó su temporada, viendo que después en la Vuelta solo acertó a meterse en la escapada de Cabeza de Manzaneda, la que ganó Moncutie, y en el Mundial estuvo horrible, estando descolocado y perdiendo la opción de ayudar a sus compañeros muy pronto. La señal incuestionable de su mal año es que en el Tour de Beijing, esa carrera, sumó con un 8º puesto final la cuarta parte de sus puntos según CQRanking. Tener ese tremendo potencial y no exigirse ni que se le exija mucho más es una decepción innegable.