La prueba
La carrera en ruta de la categoría sub23 es la gran antesala a la prueba reina del domingo, aquella carrera que todos esperan ver para elucubrar por fin, con algo de sentido, sobre como puede condicionar el circuito la prueba. Pero la traslación no pasa de ahí. La prueba sub23 suele deparar una carrera mucho más loca, condicionada por unas selecciones con menos ciclistas (máximo de 6 representantes) y por una categoría sin habitualmente tantas figuras o grandes favoritos al triunfo. Todos se creen con opciones y todos van a por ello, por lo que a menudo, hasta circuitos a priori menos selectivos como Madrid o Salzburgo han acabado deparando carreras más selectivas de lo previsto. También es cierto que ha habido casos, como Stuttgart o el año pasado Geelong, dónde la carrera ha ido mucho más controlada, también por la presencia de grandes favoritos como lo eran en 2007 Boasson Hagen y los holandeses o sobretodo el año pasado Matthews y Degenkolb, a la postre oro y plata.

Sin sorpresas. El año pasado en Geelong la carrera siguió el guión establecido y el sprint se lo jugaron los dos grandes favoritos. (Foto: GettyImages)
El recorrido
El mismo circuito que para todas las pruebas de la ruta, los 14 kilómetros revirados pero bastante llanos, al que se darán 12 vueltas para un total de 168 en total.
Los favoritos
El quid de la cuestión. No parece ser este un año de grandes favoritos, como sí lo era claramente el año pasado. El circuito parece claramente propicio al sprint y eso debería aclarar las cosas, pero la verdad es que esta temporada no ha aparecido ningún velocista dominante a lo largo del año. Este puede ser un factor que de hecho juegue en contra del sprint, y es que con la perspectiva clara de una carrera con múltiples ataques y contrataques -algo inevitable en sub23- no parece que haya selecciones que claramente vayan a ejercer un control claro para la llegada masiva. Por lo menos, eso es lo que parece a priori.
Quizá la selección más potente, y además enrachada como estamos viendo en Copenhague, sea la de Australia. La federación aussie lleva haciendo un trabajo excepcional en la base desde hace tiempo y los resultados ya hace tiempo que salen a la luz, aunque ahora están llegando a dar sus mejores frutos por cantidad y calidad. La escuela de la pista del AIS es una cantera inagotable no solo para el velódromo, si no también para la carretera. Este año no vienen con el campeón saliente, Michael Matthews, todavía sobradamente en edad sub23 pero ya inhábil para la categoría al estar en el World Tour, pero vienen con un equipazo de percherones que ya han arrasado en la contrarreloj y que se adaptan perfectamente al circuito llano, técnico y abierto al viento que parece será el de Copenhague. Son todos grandes rodadores y por potencia tienen su punta de velocidad, así que a los Michael Hepburn (1991) -quizá el más killer de todos y probablemente jefe de filas pese al polémico corte de mangas-, Rohan Dennis (1990), Luke Durbridge (1991) y compañía habrá que tenerles muy en cuenta. Jueguen la baza del sprint, o usen su potencial para meterse en cortes y tratar de jugar una posible superioridad numérica.
Luego en sub23 siempre hay que ir con los clásicos. Italia. Los transalpinos tienen un infinito historial de figurones y exhibiciones (sobretodo en los 90, con ese triplete mágico de Valkenburg) en esta categoría, y es que además de tener al mejor pelotón amateur del mundo en sus carreras, vestir la azzurra es algo muy especial para cualquier ragazzo italiano. Su capo parece claro, Sonny Colbrelli (1990), passista velocissimo que el año pasado fue sexto en el sprint de Geelong y este año ha crecido en sus resultados aunque no haya podido vencer en ninguna gran prueba. Pero hay que ver si Italia corre como grupo o lo hacen sus individualidades, y es que hombres como su compañero en la todopoderosa Zalf Desirée Fior Nicola Boem (1989) o el sprinter Filippo Fortin (1989), pueden reclamar perfectamente su cuota de protagonismo.
En todo caso, si hay sprint masivo, que aun con el alto grado de imprevisibilidad, parece lo más probable, seguramente el máximo candidato al triunfo acabe siendo el francés Arnaud Demaré (1991). Este sprinter puro, que el año pasado en su primer año en la categoría ya fue quinto en Geelong y este año se ha marcado una enorme temporada, con tres victorias en la Copa de las Naciones -La Côte Picarde y dos etapas de la Ville Saguenay- y que se ha permitido el lujo de derrotar a un velocista consagrado como Hutarovitch en una llegada en Francia antes de pasar como stagiaire a su FDJ, es quizá el hombre más rápido de la carrera. El equipo francés lo sabe y probablemente será uno de los que trabaje más unido. Demaré tendrá sus mejores apoyos en el poderoso Adrien Petit (1990), ya profesional en Cofidis este año, que viene de ser cuarto en el GP Fourmies, y en el todoterreno de perfil más escalador Rudy Molard (1989), que pasará al mismo Cofidis el año que viene.

Demaré ya sabe lo que es ganar con el maillot tricouleur. Lo ha hecho tres veces este año en la Copa de las Naciones.
No nos podemos olvidar de la selección local, que además de la ventaja y la motivación que supone correr en casa, cuenta con un equipazo. Hombres como el ex-HTC Rasmus Guldhammer (1989), repatriado por añoranza tras no adaptarse a la internacionalidad del máximo nivel, el fichaje de SaxoBank Christopher Juul Jensen (1989), ganador de la Copa de las Naciones de Ville Saguenay o del trotón medallista contrarreloj Rasmus Quaade (1990), son gente muy a tener en cuenta por su potencia y seguramente por conocimiento y adaptación al terreno. La presión de correr en casa, de todos modos, puede ser un factor en contra si la carrera se resuelve en la frialdad de la táctica y los nervios.
La selección española no parte, ni mucho menos, como favorita, pero trae un equipo competitivo que puede ser protagonista de la carrera sobretodo si esta se vuelve loca. Su mejor ciclista, y el más en forma, es el catalán Jordi Simón (1990), que viene de hacer un gran Tour del Porvenir y en el que el seleccionador José Luis de Santos tiene una gran confianza, por su valentía y su capacidad técnica para correr en circuito. De todos modos, el recorrido parece demasiado blando para que la carrera se seleccione lo suficiente para que Simón pueda usar efectivamente su puntita de velocidad. El vitoriano del Orbea Jon Aberasturi (1989) debería ser, en caso de sprint, la baza española. Completan el equipo los prometedores y todoterrenos Jesús Ezquerra, Víctor Martín y Román Osuna, cuya misión debería ser estar en todos los cortes para dar presencia y ahorrar trabajo a los líderes.
Más allá de estos bloques, hay que comentar otras ruedas muy a vigilar en este terreno llano y técnico. Como las del siempre potentísimo -aunque descabezado sin Kelderman- equipo holandés (Jetse Bol, Ramon Sinkeldam, Raymond Kreder,…), las del belga Tosh Van der Sande, del sprinter canadiense Guillaume Boivin -bronze el año pasado- y su compañero David Boily, segundo en el porvenir. También las de los británicos Fenn, Yates o Rowe, potentes y muy rápidos, sobretodo el último, pistard galés fichado por el Sky que apunta altísimo. Y siguiendo en el bloque anglosajón, otro que puede ser importantísimo es el sprinter yankee Jacob Rathe, el último hombre bala de Vaughters, que ya sabe lo que es mojar en toda una Vuelta a Portugal y viene bien rodeado por buenos escuderos como Craddock o Squire. Ojo también al semidesconocido campeón europeo, el teutón Julian Kern y a su compañero Jasha Sutterlin o al letón Toms Skujins. También hay que estar atentos al fichaje sueco del Skil Tobias Ludvigsson, o a la legión rusa, siempre impredecible pero con nombres interesantes como Tsatsevich o Vorobev, además del figurón Nikita Novikov, al que seguramente le falte dureza para sacar su calidad.
Otros talentos que andarán por Copenhague pero a los que el circuito se les queda corto en dureza son el austríaco ganador de la Copa de las Naciones Toscana Georg Preidler, la doble K bielorrusa de Klimiankou y Krasnilkau o los escarabajos colombianos y venezolanos, que pese a haber sido muy protagonistas de las últimas carreras de la categoría, esta vez lo tendrán bastante difícil.