La Vuelta a España de este año 2011 se ha cerrado con un ganador a todas luces inesperado, sobre todo teniendo en cuenta el puñado de ciclistas contrastados presentes en Benidorm, tras una emocionante última semana pese a que la subida a l’Angliru había dejado la general muy clarificada siete días antes de llegar a Madrid. Ha sido una edición que, pese al corto kilometraje al que nos tiene acostumbrado Unipublic, ha habido marcada dureza con la presencia de puertos en numerosísimas etapas, muchas (quizá demasiadas) llegadas en alto y la presencia de los favoritos en cabeza desde los primeras jornadas.

Sin embargo, muchos de los aspectos que han rodeado desde el principio a la ronda hispana no han estado a la altura de lo acaecido en las carreteras. En primer lugar, los perfiles no fueron publicados en la página web hasta ¡11 días! antes del inicio y, además, con unos cambios no explicados ni reseñados respecto al recorrido preliminar presentado allá por diciembre de 2010. Lo mismo ocurrió con los dorsales, que en un primer momento se dieron de forma equivocada y que provocaron problemas (no fueron los únicos), en la página oficial.

Por otro lado, aunque el entorno virtual de La Vuelta está adosado dentro del conjunto de competiciones administradas por ASO y tiene el mismo diseño que la página del Tour, ha pecado de lentitud en las actualizaciones directas de la carrera y ha ofrecido un servicio como es la “Película dinámica”, que no ha funcionado correctamente en ningún momento: contraindicaba en la película de la etapa y las referencias que daban solían ser ¡de varias horas de ventaja! La página web es una puerta abierta a todo el mundo, y el cuidado de la misma da una impresión positiva o negativa sobre la carrera a quien la visita. Comparándola con los trackers americanos en carreras como el Tour de Utah o el USA Pro Cycling Challenge, ¿cuál diríamos que es la carrera de primera y la segunda?

Por último, comentar también la pobre calidad de la retransmisión por parte de la producción de RTVE. Es comprensible que en los últimos años no se haya podido adquirir nuevo material por parte del ente público, pero la imagen no era muy distinta a la de, por ejemplo, 1999. Nada más comenzar la carrera, nos dimos de bruces contra ella… ¡el maillot de Quick Step se veía verde! Estoy convencido que no fui el único que se levantó a comprobar las conexiones del televisor o que cambió de canal para cerciorarse si era problema del propio televisor. Junto con ello, continuos cortes de señal y eco en las voces de Juan Carlos García, que acumulaba día a día participaciones en la retransmisión con susurros de fondo. Aunque estos problemas se arreglaron con el paso de las etapas, la calidad seguía manteniéndose muy baja, tanto que la televisión británica advirtió a sus telespectadores de que los problemas de imagen eran ajenos a ellos. A su vez, la realización no estuvo al nivel de la prueba, probablemente debido a la poca experiencia (este año solo han hecho La Vuelta y Campeonato de España) respecto a otras televisiones europeas que producen muchísimas más carreras que TVE, como France Télévisions, RAI o Sporza/RTBF. El cartel de los kilómetros restantes y las diferencias entre grupos fue un recurso infrautilizado por la cadena pública, que en ocasiones se quedó sin cámaras para cubrir el desarrollo de las etapas.

En definitiva, pequeños pero continuos fallos en los que debe trabajar Unipublic de cara a las próximas ediciones si quiere equiparar la relevancia actual de la carrera con la del Giro, o incluso, si no quiere verse superado por el incipiente pero resonante nuevo orden anglosajón y sus nuevas carreras que la UCI tiene bajo su amparo.