Tras dos jornadas de transición donde vivimos la brutal caída en el sprint de Wettingen que acabó con la victoria de Petacchi y la culminación de la escapada de Frutigen donde Marcus Burghart rompió la hegemonía del pelotón llegaba el turno para la montaña, la etapa reina de este Tour de Suiza, de 213,3 kilómetros, donde los ciclistas tenía que ascender tres colosos situados a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar y un desnivel positivo de 4.000 metros.
Con este menú, los escaladores tenían ante sí la oportunidad de abrir hueco en la única etapa apta para crear grandes diferencias. Fue la joya holandesa Robert Gesink quien más provecho generó, cuando después de saltar a un ataque de Andy Schleck, se fue a ritmo hasta coronar y encarrilar un descenso hasta entrar victorioso en la meta de La Punt, obteniendo 42 segundos de ventaja sobre un grupo encabezado por Rigoberto Urán y Joaquim Rodríguez, pero donde no se encontraban ninguno de los tres primeros de la general.

Robert Gesink, celebrando la victoria
La etapa comenzaba con el abandono de un Mark Cavendish que finalizaba el Tour de Suiza sin victoria alguna y rodeado de una polémica totalmente merecida.
Para los supervivientes, el comienzo era terrorífico. De salida y encadenados les esperaban el Sustenpass de categoría especial y el Oberalppass de 1ª categoría, cuya cima se situaba, respectivamente, en el kilómetro 28,5 y 67,7.
Una escapada formada en el inicio de la etapa compuesta por Juanma Garate (Rabobank), Philip Deignan (Cervélo), Juanjo Oroz y Amets Txurruka (Euskaltel-Euskadi), Pablo Lastras (Caisse d¡Epargne), Edouard Vorganov (Team Katusha), Alessandro Vanotti (Liquigas), Brice Feillu, Marco Marcato y Wouter Poels (Vacansoleil), Jérémy Roy (Frrançaise des Jeux) y Mathias Frank (BMC) fue la gran animadora de la etapa, llegando a alcanzar una ventaja de 7 minutos sobre un pelotón donde los hombres del líder junto al Saxo Bank eran los encargados de marcar el ritmo.
Tras superar los dos puertos de salida, los escapados afrontaban un largo descenso en busca del repecho de Fims, donde, tras un nuevo descenso se situarían a 60 kilómetros de la cima del Albulapass de categoría especial, último puerto de la jornada. Esos 60 kilómetros eran de continuo ascenso hasta llegar a la cima situada a más de 2.300 metros. En cabeza, los continuos ataques marcaban el devenir de la ascensión, mientras que por detrás, los hombres del Saxo Bank avivaban el ritmo junto a Maxime Monfort y Michael Albasini, los hombres del Columbia que acompañaban a Tony Martin.
Pero en plena ascensión ocurrió la anécdota de la jornada, un paso a nivel bajó sus barreras reteniendo al pelotón casi un minuto, aprovechando los escapados para distanciarse y ver como sus posibilidades de éxito crecían considerablemente.
Por delante, un incansable Brice Feillu se marchaba en solitario en busca de la gesta, con 3 minutos de ventaja cuando restaban 25 kilómetros a meta y 11 de ascensión. Pero no lo iba a tener fácil, Andy Schleck lanzaba un ataque al que respondían Matteo Carrara y Robert Gesink marchándose por delante, mientras que el líder empezaba a ceder terreno.
Las rampas no paraban de sucederse haciendo mella en un Feillu que era alcanzado y superado por Juanma Gárate y Amets Txurruka que se convertían en cabeza de carrera, pero por detrás, tras un reagrupamiento del grupo de favoritos donde estaban Andy Schleck, Gesink, Kreuziger, Fuglsang, Carrara, Devolder, Armstrong, Leipheimer, Urán, Frank Schleck, Joaquim Rodríguez, Zaugg y Morabito, el pequeño de los Schleck lanzaba un duro ataque al que de nuevo respondió Gesink, que tras contactar con el luxemburgués y recuperar, se marchaba hacía delante con un cambio de ritmo sin moverse de la bicicleta.
La situación de carrera cambiaba y por detrás era el otro Schleck quien intentaba marcharse en busca de un Gesink que comenzaba a tener un importante hueco sobre el grupo de favoritos. En la cima y a falta de algo menos de 10 kilómetros para la meta, el holandés aventajaba en un minuto a Kreuziger, Zaugg, Carrara, Armstrong, Urán, Joaquim Rodríguez, Frank Schleck y Morabito, mientras que el líder pasaba a más de dos minutos y medio.
Tan sólo faltaba el descenso, donde sin excesivas complicaciones el corredor del Rabobank llegaba a la línea de meta con 42 segundos de ventaja sobre el primer grupo, valiéndole para convertirse en el nuevo líder con 29 segundos sobre Rigoberto Urán, 36 sobre Steve Morabito o 38 sobre Fränk Schleck, mientras que Lance Armstrong se situaba séptimo de la general a 55 segundos cuando aún resta la CRI de 26,9 kilómetros, a priori la juez de la carrera.
Para mañana esperan 204 kilómetros entre Savognin – Wetzikon con un perfil sinuoso pero sin grandes complicaciones, donde el momento clave será el puerto de Bettswil de 3ª categoría situado a 13 kilómetros de meta.
Miguel Hermosilla