De los nueve líderes que hasta el segundo día de descanso ha tenido, y viendo la clasificación tendrá, la Vuelta a España 2011 sólo tres de ellos han sido españoles. Pablo Lastras, Joaquim Rodríguez y Juanjo Cobo. Son el primero y el último de los que hablaremos, sus similitudes y sus diferencias.
Dos corredores que en algún momento de su carrera se han planteado seriamente colgar la bicicleta pero que en la Vuelta 2011 se han vestido de rojo con total merecimiento tras victoria de etapa. Pablo Lastras lo hizo en Totana haciendo gala de lo que había sido su carrera: esfuerzo, calidad y saber moverse en el momento adecuado. Juanjo Cobo en l’Angliru, un puerto que poco a poco empieza a hacerse un nombre en el ciclismo, machacando a sus rivales desde el primer tramo duro del puerto el día después de su ataque en la Farrapona. Pero entre los dos ciclistas existen muchas diferencias.
Lastras, madrileño, ha vivido toda su carrera encuadrado en la estructura de los frailes. Trabajador infatigable ya había saboreado la gloria en sus primeras participaciones en Giro (2001), Tour (2003) y Vuelta (2002), pero su rol era el de corredor de equipo con libertad pero fiel a sus líderes. Y ha sido en 2011 cuando ante la falta de ellos ha asumido el rol que le pertocaba en una plantilla joven y tirando de galones se ha convertido en una de las piezas importantes. Sólo una pequeña mancha en su historial, hace años comentaba en una entrevista que uno de sus objetivos era ganar una prueba de la Copa del Mundo, pero su supeditación al equipo frustró su sueño, siendo su mejor resultado el tercer puesto en Lombardía del año pasado. Un hombre para el que la bicicleta es su pasión y que se ha ganado el aprecio de los aficionados por la devoción hacia un deporte como es el ciclismo y la defensa a ultranza que hace de él.
Cobo, cántabro, uno de los Matxirrindularis. Y es que nuestro amigo Joxean sabe cómo tratar a sus pupilos, dándoles el empujón para que puedan dar el paso adelante que necesitan cuando pocos confían en ellos y los mimos necesarios cuando pasan por un bache personal. Los corredores, por su parte siempre se lo agradecen y le devuelven el apoyo con resultados. Al Bisonte se le presentó la temporada anterior la oportunidad de dar el salto a un gran equipo como Caisse d’Epargne, pero su aventura de integrarse en el convento acabó saliendo rana, y volvió a la disciplina de un Matxín que le esperaba con los brazos abiertos, ya que de la mano habían logrado el gran éxito de su carrera hasta el momento, la Itzulia 2007; hasta el momento porque el rojo en la Vuelta a falta de una tercera semana “cómoda” tiene muchos números de llegar hasta Madrid. Un hombre para el que la bicicleta es su herramienta de trabajo y que según las sensaciones que transmite no ve en ella más de lo que el fontanero puede ver en la llave inglesa.
Quedó patente en la sección que RTVE nos suele ofrecer al final de las etapas del 10 contra 1. A la pregunta “A la bicicleta ¿se la quiere o se la odia?” ninguno de los dos tuvo ningún tipo de duda en responder. Pablo Lastras espetó con total seguridad “se la quiere” mientras que Juanjo Cobo no tuvo ningún problema en sincerarse y decir sin tapujos “se la odia”. Dos maneras diferentes de vivir el ciclismo y dos maillots rojos completamente merecidos; ahora, personalmente, si me preguntan quién prefiero que lo vista, no tengo ninguna duda. Y no soy de los que se me pueda tachar de profraile.