Las tres últimas etapas del Giro han vuelto a deparar, sin remisión ni descanso día tras día, un espectáculo que está aupando a esta primera parte del año ciclista como una de las mejores de los últimos lustros.
Las llegadas de las etapas 9ª y 10ª que se preveían aptas para velocistas, terminaron siéndolo. Y de manera acertada, ya que los velocistas no pueden perder ninguna oportunidad que puedan tener en un Giro que desde la primera etapa está sufriendo un frenesí continuo que, desgastando poco a poco a los ciclistas, provocará una última semana, presumiblemente, increíble. En Cava De´Tirreni ganó el australiano de Columbia Matthew Goss y ayer Tyler Farrar se llevaba su 2ª victoria -segunda para Garmin también- en Bitonto de manera imperial gracias a una extraordinaria labor de equipo de Julian Dean.
El día de hoy, con final en los Abruzzos, concretamente en L´Aquila, ciudad devastada por un terremeto hace unos meses y en plena reconstrucción, era previsible como día de relax dentro del pelotón, una jornada maratoniana de 260km en la que las piernas de los líderes descansarían para afrontar en buenas condiciones las próximas etapas. Nada más lejos de la realidad. En la primera hora un grupo de más de 50 corredores se destacaba del pelotón principal -que casi terminó por no serlo debido a los corredores que se fueron quedando y abandonando-. En este grupo de corredores que a más de 200km de meta decidieron probar suerte se encontraron, formando así un mini pelotón peligroso y condicionante, Sastre y Tondo (Cervélo), Wiggins (Team Sky), Arroyo y Kiryenka (Caisse d´Epargne), Gerdemann (Milram), Pozzovivo (Colnago), Agnoli y Kiserlovski (Liquigas) Voeckler (BBox) y el que al apostre terminaría siendo el líder de la carrera, el sorprendente Richie Porte (Saxo Bank). Por detrás quedaban los líderes de la carrera, los capos que se han ido batiendo el cobre etapa tras etapa y que un sólo fallo les ha hecho caer de modo irremesible del top10 de la general; Vinokourov, otrora líder, Evans, Basso, Nibali, Scarponi o Garzelli se quedaron a la expectativa hasta que la cincuentena de corredores que se habían distanciado llegaron a superar los 17 minutos de renta tras la segunda hora de carrera.

Richie Porte, líder tras la etapa de L´Aquila
Todo lo que suene a irreal tras esta primera parte de carrera se queda corto al terminar por ceder Liquigas, y poner a tirar hasta a sus dos líderes al ver que el potencial de Astana y BMC iba perdiendo eficiencia al llegar a los 12 minutos de renta por parte de la cabeza de carrera. La lluvia y la poca consistencia de ambas plantillas -que además han perdido a varios corredores durante el día de hoy- terminaron por convencer a los de Bruno Cenghlianta de que la responsabilidad final era suya; por nacionalidad, squadra y necesidad.
Así, los kilómetros fueron sucediéndose hasta llegar a las próximidades de L´Aquila, ciudad con la que varios equipos tuvieron un detalle solidario, como A&S luciendo un maillot especial o Liquigas subastando los cascos de sus corredores por eBay y donando lo obtenido a favor de los damnificados por el terremeto que asoló la ciudad italiana el pasado año.
En un final muy exigente, con unos últimos 1.600 metros picando hacia arriba, Eugeni Petrov (Katusha) terminó venciendo con unos 500 metros finales extraordinarios, dejando de rueda a Sastre y pasando a Cataldo, que había atacado a 2 de meta. Con anterioridad, los intentos de otro Quick Step, Pineau, ganador la semana pasada en Novi Ligure, y del siempre batallador Voeckler quedaron en agua de borrajas cuando el ruso se impuso para darle la primera victoria de este Giro a su equipo.
Por detrás, a casi 13 minutos, llegaron los despuestos capos de la Corsa Rosa, que tendrán en el sábado, con el Monte Grappa, y el domingo, con final en el terrorífico Zoncolan, dos imperdonables oportunidades de limpiar el top10 de nuevo para situarse en una situación óptima para optar al triunfo finald e un Giro de Italia loco, divertido, duro e imprevisible. Un Giro que tuvo en el día de hoy su enésima eclosión, y que ha dejado a una cuarentena de corredores fuera de control y, por ende, a numerosos equipos en cuadro y cerca del K.O. técnico.
Javier Cepedano.