Una de las premisas al confeccionar un equipo profesional con serias aspiraciones sigue el mismo patrón sea cual sea el deporte practicado. Tener una estrella, un deportista destacado que te asegure triunfos y presencia en los mayores acontecimientos que disputes. Para completar el puzle, rodearle de buenas puezas, deportistas de nivel que puedan asumir el rol del líder en diversas circunstancias, es decir, tener más variables por si el líder falla.

El BMC Racing Team parecía cumplir esa premisa cuando decidió dar el salto de calidad a finales de 2009. Después de tres temporadas más modestas donde los resultados llegaron en su mayor parte de Estados Unidos, la temporada de 2010 supuso un giro para el equipo americano. El aumento de presupuesto por parte del fabricante de bicicletas suizo supuso la llegada de George Hincapie, Marcus Burghardt, Karsten Kroon, el ex Campeón del Mundo Alessandro Ballan y sobretodo, el vigente portador del arcobaleno, Cadel Evans.

Aun no perteneciendo al club del Pro Tour, el BMC Racing Team disputó las mejores pruebas del calendario internacional. Pese a ello, el bagaje de la primera temporada en la elite fue escaso. La Flecha Valona y la etapa del sterrato en Montalcino del Giro de Italia fueron las victorias de un Cadel Evans gran protagonista de la primera mitad del calendario. Dos triunfos de nivel que se quedaron cortos para el aussie, pero que atesoró numerosos puestos de honor desde su comienzo de la temporada en el Tour Down Under hasta el Giro de Italia. Del sexto puesto en Australia al tercero en la Tirreno-Adriático pasando por el quinto puesto en la Lieja-Bastogne-Lieja o el Giro de Italia, donde a pesar de no subir al pódium cuajó una gran actuación consiguiendo el maillot por puntos. ¿El resto del equipo? Se resume en las dos victorias de Marcus Burghardt en el Tour de Suiza.

Flecha Valona 2010

La victoria en la Flecha Valona uno de los mejores triunfos del BMC Racing Team

Después de un discreto primer año los refuerzos continuaron para la presente temporada. Greg Van Avermaet, Amaël Moinard, Manuel Quinziato, Ivan Santaromita y el joven talento estadounidense Taylor Phinney reforzaron al equipo bicicletero. Mayor calidad en la plantilla pero mismo resultado.

Casi llegados al ecuador de la temporada ciclista la Evans-dependencia es mayor incluso que en 2010. Por el momento son tres la victorias con las que cuenta el equipo, eso sí, de calidad. La general de la Tirreno-Adriático y el Tour de Romandia, ambas del circuito World Tour, y la sexta etapa de la Tirreno en Macerata. Todo ello logrado por Cadel Evans, ¿quién si no? Además, el segundo puesto en la general del Critérium de la Duaphiné completan los resultados para un Cadel Evans que no pudo disputar el tríptico de las Árdenas por problemas físicos. ¿Y los demás? Greg Van Avermaet completó una buena temporada de clásicas siendo uno de los grandes protagonistas en la Milán-San Remo y en la Lieja-Bastogne-Lieja, siendo el segundo puesto en la general del Tour de Bélgica su mejor resultado hasta la fecha. Si en la temporada pasada el equipo fue protagonista en el Giro de Italia por la participación de Evans, la baja el australiano supuso un desplome de las aspiraciones. A ello se sumó la suspensión de Alessandro Ballan –segunda en dos años- por el equipo debido a las investigaciones vigentes sobre su ex equipo, el Lampre. La suspensión supuso la exclusión en el equipo para el Giro del Centenario donde tras tres semanas de competición el nueve de James Ochowicz pasó totalmente desapercibido.

Evans vencedor Tirreno

La general de la Tirreno-Adriático, mejor resultado de 2011

La Evans-dependencia es tal que con sólo mirar los resultados obtenidos durante 2010 y 2011 se puede comprobar que el australiano es el alma mater del equipo estadounidense. De las siete victorias conseguidas en el periodo, Evans suma cinco. De los dieciocho segundos puestos son seis y de los doce tercer puestos son ocho.

Mientras el australiano mantenga el nivel los resultados llegarán, pero el problema vendrá cuando eso no suceda. Después de dos años no existe otra figura que aporte resultados asiduamente, un error de la planificación de la plantilla que, por ejemplo, no tiene un sprinter de nivel que te pueda sumar protagonismo en las llegadas masivas.