El pasado sábado tres de mi grupeta y yo, además otro amigo de uno de ellos, nos dispusimos a hacer la Clásica de Vitoria, de 250 kms. Ésta es una prueba bastante dura. 7 Puertos, entre ellos Herrera con 200 kms en las piernas. Muy dura, pero un buen entrenamiento para la Quebrantahuesos del próximo 18 de junio.

Como la prueba empezaba a las 7 de la mañana y vivimos a 50 minutos en coche, yo decidí ir el viernes y dormir en casa de mi hermana. Al resto le tocó madrugar un poco más. Aún así, a las 6 y 20 de la mañana estábamos todos en el parking de Mendizorrotza, el lugar de la salida y meta. Nos dedicamos a montar las bicis, coger los dorsales, desayunar un poquito, llenar los bidones… y saludar a un crack como Eriz Ruiz de Erentxun, ex-Orbea. También hubo tiempo para saludar a un par de amigos más.

Ésta prueba no es competitiva. No hay tiempos ni clasificaciones. Hay que parar obligatoriamente en un par de avituallamientos para sellar el libro de ruta y que de esta forma quede constancia de que hemos hecho la prueba. Aún así se ve gente de nivel. El propio Eriz, Aitor Kintana (ex-pro y ganador de varias Quebrantas), Gorka Beloki… Nosotros, a intentar acabar lo más dignamente posible, y si quedan ganas, darnos un poco de cera, para preparar las piernas para el futuro cercano.

De esta forma a las 7 en punto de la mañana se “cortó la cinta” y comenzamos a rodar, primero callejeando por Vitoria y después ya en dirección a Agurain, donde en breve comenzaría el primer puerto del día. En los 30 kms hasta Agurain, bastante llanos, estuvimos delante, incluso nos permitimos el lujo de tirar un rato largo del grupo. También me dió tiempo de conocer mejor a Eriz, un tío muy majo.

Poco después de Agurain comenzó el puerto de Opakua. Subimos a un ritmo bastante alto y como era previsible, el pelotón (de 239 en la salida) se empezó a cortar en mil pedazos. Yo pude ir delante, con Eriz, y un poquito detrás de los “capos”. En la cima ya había muchos grupos pequeños, pero en la bajada hacia Navarra nos juntamos bastantes. Ahí veníamos 3 de mi grupo y el otro amigo. Sólo nos faltaba uno, que prefirió guardar fuerzas desde el principio.

Tras unos kms de llano picando hacia abajo comenzamos a subir Urbasa. Es más tendido que Opakua, y como se sube a ritmo no hay cortes en lo que queda de pelotón. Yo creo que ya sería de unos 70 personas. Más cortes hubo en la bajada de Urbasa, muy técnica. El pelotón se fue alargando y se produjeron cortes.

En el llano hasta el siguiente puerto, Lizarraga, me encontré con otro viejo amigo, con el que coincidí en Flandes el año pasado. Así que charlando con él nos fuimos acercando a Lizarraga pueblo, donde comienza el puerto del mismo nombre. Lo subimos rapidito, a unos 20 kms/h. No hizo falta ataques para que la gente se fuera quedando. Con el ritmo bastaba. Todavía ibamos los 4 amigos en el grupo de cabeza, de no más de 30 personas.

Así coronamos el 3º puerto del día. Ahora tocaba una larga bajada hasta Abárzuza, donde estaba el 1º avituallamiento obligatorio. Allí se desperdigó todo. Nosotros nos lo tomamos con más calma y cuando salimos de allí nos vimos sólos. Ya llevábamos 125 kms, media prueba. A partir de allí, casi como una salida de sábado, entre colegas.

Pasamos Estella y tuvimos el único incidente del día. Un amigo hizo el afilador con otro y se fue al suelo. Por suerte sólo rompió el culotte y tuvo algunos rasguños, así que pudo continuar. Rodando rodando cogimos a más gente, que se ponía detrás nuestro. Ahí nos cabreamos un poco, porque esa gente no daba ni un sólo relevo y hacíamos nosotros todo el gasto. Poco a poco llegamos a la siguiente subida, al Santuario de Codes… durísima. Era corta, pero tenía un km y medio con rampas de hasta el 18%. Yo me fui para adelante, y un poco más atrás venían mis amigos. Y más atrás, el resto de esos chuparruedas. En la cima aprovechamos para que mi amigo se cambiara de culotte y seguimos hacia la siguiente subida… Lapoblación.

Vitoria

Esta subida era bastante más larga que la de Codes, pero por suerte más tendida. Se formó un buen grupo, aunque la gente pasaba de dar relevos. Se notaba el cansancio. Tras coronar, un rápido descenso hacia Laguardia. Allí, en el km 200, se encontraba el 2º avituallamiento obligatorio en las Bodegas Primicia. Una parada larga para descansar un poco y comer algo diferente a barritas. Plátanos, cocacolas, pasteles de arroz… bufff.. qué pereza coger de nuevo la bici!!

Y además… ahora llegaba lo duro.. 4 kms después del avituallamiento, Herrera, el puerto más duro del día. Rampas continuadas del 14%, 200 kms en las piernas, las 2 de la tarde… bufff. Por suerte yo aun tenía fuerzas y me fui para arriba sólo. Fui recogiendo cadáveres por todas las esquinas.. El puerto tenía 6 kms de subida… yo creo que hubo gente que hizo 8 kms… menudas “eses” hacían.. vaya recital.. Arriba esperé a mis amigos. 5 minutos de nada. Quedaban aún 40 kms a meta y no era plan de irme sólo. Arriba estaba mi madre, mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos, jeje. Mientras les esperaba me bebí un aquarius en el avituallamiento líquido que había, y me puse un periódico en el pecho para la bajada. De mientras en la carretera, un señor tenía que parar a 100 mts de la cima con calambres…

Llegaron mis amigos y tras comer algo fuimos para abajo. A 1100 mts hacía algo de rasca, así que manguitos para arriba y listo. En la bajada, con muchos repechos traicioneros (por no llamarlos de otra manera), mi amigo el de la caída pinchó, así que tuvimos otro pequeño descanso mientras lo arreglaba. Enseguida llegamos a Treviño, que es una zona de Burgos dentro de Álava. Un rato de llano y por fin el último puerto. Zaldiaran, bastante fácil, aunque a alguno se le atragantó el final. Yo, que me veía bien, tiré de nuevo para arriba, donde de nuevo estaba mi familia animándonos a todos.

Un par de minutos después llegaron mis amigos. 6 kms a meta, y ni un metro de subida más. Unos 3,5 kms de bajada y después llano hasta el parking de Mendizorrotza. Hicimos una bajada rápida, ya con ganas de llegar. Menudos relevos dábamos los 4 en el llano hasta meta!! Llegamos a Mendi a las 4 en punto de la tarde, 9 horas después de la salida. En total, según mi cuentakms, 246 kms y pico, y mi tiempo pedaleando fue de 8h 13 mins, a una media de 30 kms/h. Si contamos las paradas, esa media baja hasta algo menos de 28 en esas 9 horas.

Era hora de poner el último sello a la hoja de ruta y recoger los obsequios. Tortilla para merendar, maillot o culotte a elegir (yo un culotte), una botella de vino, unos productos de afeitado y una medalla de la prueba. Una prueba más finalizada. Y con buen sabor de boca, buenas piernas y 4 de los 5 amigos llegando juntos. Ésto no pasará en la QH, jeje. Allí cada uno a su mundo.

Mis amigos se fueron a duchar al poli y yo me fui a casa de mi hermana. No vi la llegada de nuestro 5º elemento, que llegó una hora después de nosotros, pero con una felicidad enorme. La verdad es que todos acabamos muy contentos, tanto por la prueba como por las sensaciones. La verdad es que veníamos bien entrenados, y eso se nota en el fondo. Por algo llevábamos semanas haciendo 200 kms los sábados, jeje

Para acabar, quiero dar las gracias también a mi cuñado y a otro colega, que hicieron toda la prueba en coche por si necesitábamos algo, para sacar fotos… cracks!! Ahora a por la Quebranta de la semana que viene!! A ver si mejoramos nuestros tiempos!


Asier Ruiz de Eguino

Asier es amigo de Cobbles & Hills, un globero espectacular que escribe en Blog Cicloturista.