Hace justo un año Rui Costa entraba casi definitivamente en los planes de Eusebio Unzue como integrante del por entonces Caisse d´Epargne en el nueve del equipo para el Tour de Francia. Las victorias en el Tour de Suisse (expoleado por la gran actuación de José Joaquín Rojas actuando de secante de Maxime Monfort) y en el campeonato nacional portugués de contrarreloj, le ayudaron durante el mes de junio a ganarse esa plaza y a continuar dejando constancia de su clase durante esa primera parte de la temporada pasada. Su actuación en el Tour fue pobre. Más sonó por su altercado en la meta de Gueugnon con Carlos Barredo. Quizás una señal de lo que más tarde le esperaba. Desde la conclusión en París; los rumores de su no inclusión en ningún nueve del equipo en lo que quedó de temporada, la confirmación de su positivo por metilhexaneamina (junto con su hermano Mario) y la definitiva -en aquellos momentos- separación de caminos entre el equipo navarro y el talento luso. Todo hechos relacionados unos con otros y que dejaron del lado del portugués la necesidad de defenderse y de buscar equipo si resultaba inocente.

Desde aquel mes de octubre hasta que se resolvió su caso, en febrero, se mantuvo a la expectativa. Dejó fuera de toda implicación al equipo y se dedicó a promover su supuesta inocencia. La ingerencia involuntaria de una sustancia prohibida que incluía un complemento alimenticio que no lo especificaba en la etiqueta, que también afectó a su hermano Mario en un control del campeonato portugués del mes de junio de hace un año, quedó en nada tras los análisis y resoluciones pertinentes. Si los rumores de su separación de la escuadra navarra sonaron mucho durante el verano pasado, más lo hicieron, pero por lo contrario, cuando las autoridades declararon a Costa no culpable y legítimo para buscar equipo y poder volver a correr. Algo más de un mes después de la resolución de su caso, el actual campeón luso contra el crono volvió al redil de los frailes firmando con Movistar Team.

Un fichaje por y para el beneficio de ambas partes. Rui Costa volvía a un equipo en el que estaba integrado, con claras perspectivas para liderarlo en varias carreras de mucho nivel, y el conjunto de Unzue conseguía tener en él a otra pieza más que completara el tremendo nivel medio del equipo. Más cuando días antes de su firma el equipo perdía a Rubén Plaza por su caída en Murcia. El debut de azul del portugués no se hizo esperar y ya a finales del mes de abril formó parte del nueve del equipo en varias carreras, llegando a destacar en el Tour de Romandía, donde estuvo cerca de incluso conseguir un triunfo de etapa en el segundo parcial de la carrera suiza.

Rui Costa Vuelta a Madrid

El mes de mayo fue el de su adaptación total al equipo. Victoria en la general de la Vuelta a la Comunidad de Madrid y posiciones destacadas en un muy competido Circuit de Lorraine. Alegría, satisfacción y tranquilidad. Junio esperemos que sea el de la confirmación de una vuelta necesaria para él y para el equipo. Acudiendo al Critérium Dauphiné Libéré como líder del Movistar Team junto con un Beñat Intxausti, que anda inmerso en la preparación del Tour de Francia, esta semana, y las que vienen, serán importantísimas para el de Póvoa de Varzim. Semanas en las que debe ahuyentar fantasmas del pasado y demostrar el talento que tiene en sus piernas en carreras de alto nivel. Desde ayer corre el Dauphiné Libéré en Francia (13º en el prólogo ganado por Boom), donde acabó su año 2010 con más penas que glorias tras la Grande Boucle. Mes de escaparate para él, mes de nivel y, por qué no, mes en el que justificar una posible presencia en el Tour de Francia. Desde ayer empiezó el mes de la redención pública de Rui Costa.