Se cumple el final del tríptico de cotas con el cuarto monumento del año, Liège – Bastogne – Liège, La Doyenne que cumple 100 ediciones. Y con ello el final de un análisis por Fränk Schleck que nos ha permitido ver en primera persona y con una visión técnica y profunda cada una de las más importantes clásicas de finales del mes de abril. Para el corredor luxemburgués, segundo en 2011, la cita con la decana belga posee un sesgo especial y personal, pues valora como propio el triunfo de su hermano pequeño Andy en 2009, después de trabajar todo el día para él: “fue increíble, era su día y yo pude ayudarle a conseguirlo. Igualmente creo que su mayor nivel volverá, estoy de nuevo a su lado y todo el equipo le arropa, solo hace falta trabajo y paciencia. Estoy completamente seguro que regresará al nivel de entonces”.

Valoración de la Liège – Bastogne -Liège

“En principio todo estará bastante controlado hasta pasar por Bastogne cuando la carrera tome dirección retorno a Liège camino de Houffalize, donde además de estrecharse la carretera el ritmo se incrementará”, donde habrá que ir buscando los primeros puestos en el pelotón para no sufrir problemas. “Se concentran multitud de aficionados para animar en el paso por la Côte de Saint-Roch (-140 km.), primera cota realmente dura de la prueba que si bien no será relevante para los favoritos, sí será para aquellos que busquen una fuga si no ha sido conformada con anterioridad, así que lo más importante aquí es no perder la carrera por culpa de una caída”.

“Después se rodará y rodará muy rápido para llegar al mítico trío de cotas a máxima velocidad”, terreno selectivo que ha definido el recorrido durante años: la Côte de Wanne (2,8 km. al 7,2%), la Côte de Stockeu (1 km. al 12,4%) donde tiene su monumento Eddy Merckx —lugar escogido hasta en tres ocasiones por el Caníbal para lanzar el ataque definitivo de las cinco victorias que cosechó— y la Côte de la Haute-Levée (3,6 km. al 5,6%). “Tres subidas durísimas donde empieza realmente a disputarse la carrera a falta de 84 km. para la llegada, el que no tenga fuerzas quedará automáticamente fuera o muy mermado para lo que queda por delante”.

Perfil Lieja

Tras coronar Levée, afrontarán un terreno llano en el que de nuevo se volará rumbo a la Côte de Vecquée, a 22 km de la anterior cota, para atravesar otras tres ascensiones encadenadas: “Realmente es un terreno menos exigente en cuanto a dureza”, tanto por Vecquée, la Côte de la Redoute y la Côte de Forges. “En sí es más dura la segunda pero se hacen insufribles literalmente porque no hay ni un momento de respiro”, explicando el porqué de la sensación experimentada: “El hecho que no estén directamente conectadas hace que el ritmo en las bajadas y llanos se vaya a todo gas y el desgaste es brutal a pie de cada cota, sino tienes el arropo de algún compañero en este momento estás perdido”.

Pasado Forges restarán 30 km. a meta y los que opten a la victoria estarán ya seleccionados, será el lugar para poner en liza las dotes tácticas personales e inteligencia de carrera. “Es trascendental permanecer frío a los continuos ataques que se darán tanto en la Côte de la Roche-aux-Facons, extremadamente dura tras lo recorrido y de vuelta este año como nuevo punto de referencia, como en la Côte de Saint-Nicolas, lugar preferido por ilustres corredores italianos que vencieran lanzando su ataque en esta cota”, como Moreno Argentin, Michele Bartoli o Paolo Bettini.

Nombres que han trascendido para la historia de la decana y lugar donde suele definirse la carrera: “una decisión precipitada, una rueda mal elegida o una sensación de fortaleza engañosa que precipite una ofensiva marcarán la pauta para el vencedor en Ans, pues tras 263 km quien equilibre mejor fuerza-inteligencia-suerte será el vencedor de la edición el centenario”.